NO PERDAMOS TIEMPO. ARRIBAMOS A LA HORA DEL CENTRO. POR HUMANIDAD ALTO AL FUEGO, CARAMBA. Por José Vilasuso

Columna no rechazada por ningún medio importante de habla hispana, no fue necesario: presumíamos su triste destino, y no sometiéndola nos ahorramos el rato amargo.
Todo tiene su significado. Margarite Duras.
José Vilasuso.- Esta mañana al dejar la cama, y hojeando el periódico: el número de noticias dignas de primera plana realmente era excesivo, exhorbitante. No tuve otro remedio que, escoger, subrayar columnas de sabrosa lectura y anotar lo indispensable. Como siempre mi primera y a su vez última hora se concretó en Ucrania.
Resumiendo secciones primordiales. Carecería de rudimentario análisis, si intentara discutir la escandalosa omisión del gobierno asentado en Kiev; seguramente las cosas no irían bien. Con aglutinante, poderosa lógica no escasos líderes de la Unión Europea, Canadá, Dinamarca, acaban de alzar sus voces con propósito de otorgarle al sentido común, racionalidad y al usufructo de los tiempos; una justa y confortable butaca en la mesa de conferencias.
Ahondando en entresuelos, urge acentuar esclarecimientos sobre los negociadores protagonistas del conflicto. Por supuesto, (sin consultar la Enciclopedia Espasa Calpe), para conectarnos a los niveles de dichos representativos. Figuran a la cabecera los hombres de negocios. Los hombres de negocios, prácticos; no son políticos; reloj en mano. Acostumbran resolver sus problemas de manera expedita, simple y llanamente, previendo para más tarde no verse obligados a restarle tiempo asuntos más importantes, productivos, etc, por ejemplo: subir aranceles, bajar costos operacionales, inversión, ahorro y capitalmente presupuestos; los presupuestos siempre son muy importantes. Así, con la economía de tiempo, dinero, papeleos y saliva; los hombres de negocios sintetizan su participación en entresuelos atados a la guerra de Rusia contra Ucrania. En resumen después de breves y específicas parcelas pronto dilucidadas, como: la comprensión absoluta de todos los alineamientos moscovitas por parte del Secretario de Defensa de Estados Unidos, señor Pete Hegseth; personaje por instinto recordatorio de aquel Vidkum Quisling británico quien, allá por los años cuarenta del pasado siglo; bajo el estallido y peor intensidad de los bombardeos nazis sobre Londres, frente al Parlamento: resueltamente esgrimía las ideas y argumentos de Adolfo Hitler en apoyo del neutralismo inglés. Me basta; no es necesario añadir otra sílaba, y trazar pausa saltando a planteamientos de mejor oblicua índole.
Inopinadamente entramos en una agenda excluyente de hilaridad. Remacho cómo esta mañana dejé la cama despojado de elemental sentido del humor. Justificación sobrante para una vez pasada la página, detenerme leyendo, atentamente, declaraciones del señor Enmanuelle Macron en particular, y por cierto de la mano con Pedro Sánchez presidente del gobierno español. Macron anticipa otro encuentro dónde Ucrania a solicitud, ha de ocupar su butaca incomprensiblemente, desocupada. Observación certera garantizadora del consenso aglutinador mundial en pro de una solución inteligente, racional y aceptable frente a un conflicto cada día, cada hora, minuto más preocupante y, desgarrador para la conciencia responsable y equidistante en pos del interés número uno de la humanidad. La paz. ¿Verdad que sí?
A pesar de no resignarme a que hayamos topado el vórtice de un holocausto engendrado en la carnicería del otrora Granero de Europa. Como en anterior ocasión cito: “Un soldado ruso y un soldado ucraniano suman Dos Soldados Muertos,“ termino la cita.* Por lo pronto nos remitimos a la amenaza sin cálculo ni tregua empinada hacia cumbres inimaginables: hablo por aquellos días aún no tan lejanos, cuándo disfrutábamos la Revolución de Terciopelo, así bautizada por Vaclav Havel, y vislumbrada cual promisorio horizonte de convivencia universal. ¿Se recuerda? Aquel ocaso glorioso del pasado milenio, hoy bien o mejor dicho: mal puede percibirse como triste ayer lentamente frustrado, desvanecido y perdido sin alas, ni imaginación. Sinceramente ni los supieron escuchar, como tampoco deseaban entenderlos; por lo tanto a la mano estamos sufriendo sus consecuencias. Lamentable, muy lamentable.
Olfateando. ¿Estaremos frente a las fogatas preliminares del tercer holocausto universal? Ni lo sé ni a nadie se lo pregunto. Tampoco es necesario, los tiempos cargan con la respuesta. Entre tanto, consagro mis herramientas y provisiones al querido espacio noticioso internacional permitiendo mi humilde testimonio, Suecia. Desde aquí pretendo sostener opiniones, clarinadas de alarma y alerta: otrora sugeridas, y por infortunio alcanzando peligrosos niveles de actualidad. Sin Novedad en el frente.
Una cosa u otra. Hasta el momento lo realmente prevaleciente se cifra en no encrustrarnos en el limbo, y dar el paso vanguardista resumido en propalar ideas, personalidades y gallardos testimonios fortalecedores a tiempo completo de la eternamente bella, eficaz, sublime causa de la convivencia entre todos los hombres. Se recuerda hoy, y nos parece otro cuento maravilloso de Las Mil y Una Noches. Naturalmente, otro ideal no podría aportar tan meritorio, vigoroso empuje a beneficio y provecho de nuestro ser antropológico.
Con los pies sobre la tierra. Las amenazas, tentáculos y crecimiento escalofriante del terror, no aguardan por nadie a las puertas de las principales cancillerías internacionales. En contraste con los infantilismos del señor Pete Hegseth, antes citado; nuevos gobernantes, políticos y estadistas mayores de edad, serenos y experimentados del mundo occidental, el señor Keir Starmer, Primer Ministro del Reino Unido e Irlanda del Norte pongo por caso, a nombre de la sensatez y postulados de cordura, enfoques; informes y datos correctos, colocados sobre la mesa de trabajo para demandar. Alto al fuego, caramba. Admirable, bravo. Aunque hablando en plata, acabo de expresarme en lenguaje de miedo; lo reconozco; pero mejor léxico no cabría si incluyo al señor Pete Hegseth sujeto poco serio; a cuyo ruego se pretendía que omitiéramos al Carnicero del Kremlyn, Vladimir Vladimirovith Putyn. Pero no, Nicomedes, ni expresándonos en broma. Todo tiene su significado, palabras de Margarite Duras. El entorno no se permite pasar por alto a ningún Adolfo Hitler de pacotilla, estrenando cortes a la medida: cuello fino y corbata dorada. Es que afrontamos el doble juego hirviendo y humeante con sus más y sus menos; pero acallados instantáneamente por el golpazo sobre la mesa asestado por Sire Winston Spencer Churchil, en antes citado episodio cuándo Vidrun Quisling asomó su ridícula verborrea; incidente también hasta irónico-festivo, si se hubiera vertebrado en instancia menos trágica para la humanidad; claro que sí: absurdo tal, hubiese desencadenado las carcajadas del Alegre Rogelio.*
* Veánse notas al calzo.
Como decía el venerable maestro don José Ortega y Gasset: desembocamos en la verdadera cuestión, poniendo a la vista proyectos maduros, frutos de la experiencia y consecuentes comprobables al auspicio de la tantas veces citada Revolución de Terciopelo. Sus mentores y portaestandartes, Havel, Gorbachov, Walesa, Kurt Mansur, Shajarov, Yelsyn, Elizardo Sánchez Santacruz, amén del glosario de patriotas, pensadores, científicos y almas sensatas ya por entonces, de retorno hastiados de liberalismos unilaterales, fuera de caja, y ganancias paridas por réditos jugosos al disfrute del dos por ciento de la humanidad. O en su efecto: abacorar por entero el total de la riqueza y producción nacional en el vientre voluminoso, grasiento, del estado omnipotente y muy bien armado, listo para la guerra; mientras tanto el llamado pueblo, es decir quienes no vestimos uniforme de alta oficialidad y/o la nueva clase gobernante, resumida en la burocracia repartidora equitativa de la pobreza sobrante: a base de menos y menos para los más y los más.*
Concentrado hasta el esfuerzo final para superar las tendencias emergentes y actuales, dirigidas al rescate y refugio de cuevas y subterráneos misteriosos para preservar sobrevivientes dispersos por recónditos rincones del planeta. ¿Nuevos cromañones? Posible. Es posible. ¿Y verificable? Silencio……………………………………….
Por lo tanto, ni me acojo a las ofertas de la derecha acaparada por los exitosos hombres de negocios; ni tampoco a la izquierda privativa del Kremlyn, cristiano ortodoxo, heredero de la Federación Rusa y libre empresario incompetente, jamás triunfante; aunque férreamente abrazado al poder per secula seculorum sin amén.
Nada podemos esperar de tales excesos y/o radicalismos experimentados, y trasnochados. Fundamentalmente a causa de su barbarie asomada por los cuatro costados. Barbarie, ignorancia y crueldad no detenidas que, ni alivian, amainan, ni perdonan. No los necesitamos; ni a unos ni a otros. Por consiguiente, con firmeza y responsabilidad, prefiero al morigerado, flexible y equilibrado centro.
Por lo visto, basta con recitar nuestra cita. NO PERDAMOS TIEMPO. ARRIBAMOS A LA HORA DEL CENTRO. ALTO AL FUEGO, POR HUMANIDAD, CARAMBA, termino de recitar la cita.
* Título rubricado por el autor.
* Símbolo del poder británico.
* Confirmado por la revolución cubana.