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Video: Ex preso político en EEUU por E6, Enrique Tarrio, Proud Boys, y su madre con Ota Ola. Fue perdonado por Trump y tambien declarado inocente en corte de apelación, que mostró que se trató de una maniobra política.

Enrique Tarrio rompe el silencio: su encarcelamiento, el perdón de Trump y la lucha por la libertad
Por Cubanos por el Mundo el 9 de marzo de 2025




Enrique Tarrio: De preso político al perdón presidencial, la historia que los medios no cuentan

El nombre de Enrique Tarrio ha estado en el centro de una de las historias más polémicas de los últimos años en Estados Unidos. El exlíder de los Proud Boys fue condenado a 22 años de prisión por supuestamente conspirar en los eventos del 6 de enero de 2021, a pesar de que no estuvo presente en el Capitolio. Ahora, tras recibir el perdón presidencial de Donald Trump, Tarrio rompe el silencio y cuenta su experiencia en una entrevista reveladora, con el afamado influencer cubano, Alex Otaola

El encarcelamiento y la “terapia de diésel”

Durante la entrevista, Tarrio describe su tiempo en prisión como una tortura psicológica y física, en la que fue trasladado constantemente a distintas prisiones en un proceso conocido como diesel therapy (terapia de diésel), una táctica utilizada para evitar que los presos políticos tengan estabilidad o apoyo en su defensa.

“Me movieron por 40 prisiones distintas. Me tenían en la misma categoría que El Chapo Guzmán”, relató. “Si no estaba en solitario, estaba en movimiento. Y si no estaba en movimiento, estaba yendo a juicio todos los días”.

A pesar de esto, nunca perdió la determinación ni se doblegó ante la presión del gobierno, que le ofreció una reducción de sentencia a cambio de testificar en contra de Donald Trump. Tarrio reveló que agentes federales le ofrecieron la libertad inmediata si firmaba un documento inculpando al expresidente. “Me pasaron un papel y me dijeron que lo firmara. Si testificaba contra Trump, en una semana estaría libre”, confesó. Su respuesta fue tajante: “Váyanse al diablo”.

Un juicio político y una condena injusta

Tarrio no duda en calificar su caso como un juicio político, una advertencia para quienes osen desafiar al sistema. Su madre, quien también participó en la entrevista, expresó su decepción con el sistema de justicia estadounidense:

“Siempre pensé que este país tenía justicia, pero lo que viví fue una farsa. Enrique no estaba en el Capitolio, no hubo conspiración y, aun así, lo condenaron. Fue una persecución política en toda regla.”

La evidencia presentada en el juicio no pudo demostrar que Tarrio organizara o planificara los eventos del 6 de enero, pero el sistema necesitaba un culpable, y él fue el elegido. El fiscal del caso solicitó 33 años de prisión, la condena más alta impuesta por estos hechos, pero finalmente el juez dictaminó 22 años.

El perdón presidencial y la verdad que sale a la luz

El 21 de enero de 2025, un día después de que Donald Trump asumiera nuevamente la presidencia, Tarrio recibió el indulto que lo puso en libertad. Pero su lucha no terminó ahí. Poco después, ganó su apelación, lo que confirmó que su condena no solo fue injusta, sino que se trató de una maniobra política para debilitar a los opositores al gobierno de Biden.

“Estoy perdonado, pero también ganamos en la apelación. Así que, además de ser inocente, estoy libre”, declaró.

Desde su salida, Tarrio ha enfrentado la hostilidad de los medios y de ciertos sectores políticos. Durante la entrevista, mostró cartas de amenazas de muerte y relató cómo la izquierda radical ha intentado silenciarlo. Sin embargo, lejos de intimidarse, afirma que seguirá luchando por la libertad de expresión y los valores que defiende.

La persecución política y el futuro de Estados Unidos

La historia de Enrique Tarrio no es un caso aislado. Representa un peligroso precedente sobre el uso del sistema judicial para perseguir a opositores políticos. Su caso expone cómo el gobierno y los medios pueden fabricar narrativas para destruir a individuos que desafían la agenda del poder.

En la entrevista, Tarrio deja un mensaje claro: “La derecha tiene que unirse y organizarse. No podemos dormirnos. La izquierda siempre está organizada y si no despertamos, van a destruir lo que queda de nuestra libertad”.

La conversación con Alex Otaola deja una reflexión profunda sobre el estado de la política y la justicia en Estados Unidos. La pregunta es: ¿Quién será el próximo en ser perseguido por pensar diferente?