UN POCO DE ORDEN EN EL MUNDO, ESTO SERÁ UNA CRUZADA CONTRA LAS ABERRACIONES DE LA IZQUIERDA Y DE LOS PROGRES.
Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos de América alguien
que detendrá el curso que había tomado la gran nación bajo el control de los demócratas con su discurso y postura cada vez más hacia la extrema izquierda.
Doctor Alberto Roteta Dorado.- Santa Cruz de Tenerife. España.- Desde hace un tiempo el desorden que ha establecido la gentuza de la izquierda – sí, porque son gentuza, son escorias, son seres malvados y perversos siempre– es motivo de preocupación para aquellos que no aceptamos sus propuestas.
Más allá de cualquier explicación científica, biológica, antropológica o filosófica, el caos imperante que se extiende, cual maléfico cáncer por doquier, es una expresión de la imposición de la ideología de género, algo en lo que los autoproclamados progresistas son verdaderos expertos.
Ahora les dio por defender a ciertos sectores poblacionales, entre los que se encuentran los gays, las lesbianas, los transformistas, transexuales, entre otras innumerables categorías que han ido surgiendo en sus mentalidades (género binario, género fluido, sin género, etc.)
Esto tiene su sentido. La izquierda socialista jamás estuvo del lado de los homosexuales ni de los transexuales. Recordemos que durante el reinado del llamado campo socialista, integrado por la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y un puñado de naciones de la Europa del este y central, así como de sus correspondientes satélites de Cuba, China y Vietnam, entre otros, los homosexuales fueron perseguidos, desplazados, torturados y asesinados.
Si alguien pone en duda lo que afirmo le invito a recordar los campos de concentración para homosexuales, entre otros marginados, establecidos en Cuba, el principal satélite de la antigua URSS, en los años iniciales de la mal llamada revolución, sin olvidar las numerosas persecuciones y expulsiones de las universidades a aquellos considerados como débiles de carácter o definitivamente homosexuales; algo que, al parecer, los colectivos de LGTBIQ+++ han preferido olvidar a cambio de aparentes beneficios ofrecidos por los que están en el poder.
Esto no ha cambiado para nada. Ellos siguen odiando a los gays, lesbianas y todas sus variantes. Solo que ahora los están utilizando para su megaproyecto de la ideología de género con el objetivo de tener votos ante la carencia de seguidores y ante la inevitable extinción de un sistema social y económico que la historia se encargó de demostrar que carece de sentido. Las propias doctrinas y categorías marxistas sobre las leyes del desarrollo dejaron de ser operativas en este sentido. Sencillamente se extinguió de un día para otro el socialismo en una Europa dominada por regímenes totalitaristas.
De modo que estos grupos que, otrora fueron marginados por la propia izquierda, ahora se benefician con sus supuestas bondades, toda vez que, no solo les han dado un lugar simbólico en la sociedad; sino que les han vendido un protagonismo sinigual. Por otra parte, la izquierda, siempre tan perversa y haciendo lo que tenga que hacer para mantener su estatus de existencia, se beneficia de sus nuevos seguidores: las huestes de los LGTBIQ++++, los que cada vez aumentan sus filas al incluir a los gordos, a los ecologistas, naturalistas, negros resentidos, entre otros tantos que se han drogado con el verdadero opio de los pueblos: el marxismo cultural y el neomarxismo.
UN POCO DE ORDEN EN MEDIO DEL CAOS: DONALD TRUMP Y ELON MUSK
Foto debajo: Elon Musk, empresario y activista político conservador, ha emprendido una serie de acciones que pretenden restablecer el orden en las competiciones deportivas y en las premiaciones artísticas ante la invasión progresiva de la cultura woke y el alza de los movimientos LGTBIQ+++.
Dos sucesos sacuden al mundo por estos días. 1. La elección democrática de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América. 2. Las múltiples declaraciones y acciones del millonario, empresario y activista político conservador Elon Musk.
Ambos coinciden, además de sus posiciones conservadores y sus grandes fortunas, en la idea de poner fin a la "cultura" woke y a los movimientos LGTBIQ+++, lo que ha suscitado una marcada bipolaridad. Por una parte, aquellos que defendemos poner orden en medio del caos generado por el progresismo socialista, estamos muy de acuerdo con todas las acciones emprendidas, sobre todo por Elon Musk, mucho más activo en este sentido que el presidente estadounidense, el que ha tenido que poner en orden de prioridad el grave problema migratorio y de la delincuencia de la gran nación norteamericana, lo que no significa que esté dejando a un lado lo que previamente había propuesto en relación con el álgido tema de la ideología de género. Donal Trump está ideando y ejecutando ciertas órdenes y directrices encaminadas a detener el progreso de la pseudocultura woke y de los movimientos LGTBIQ+++ y similares.
Mientras, los amantes de la izquierda, los que, por desgracia, son muchos – el efecto antropológico generado por el adoctrinamiento progresista es un hecho innegable– están enfurecidos contra las ideas de ambos magnates. Un grupo de artistas estadounidenses han expresado su decisión de dejar Estados Unidos de América para ir a vivir a otras partes del mundo. También las comunidades de LGTBIQ+++ están desenfrenadas exigiendo lo que jamás se les debió otorgar, amén de las acusaciones a cargo de las sectas feministas,* los fanáticos del clima, los pervertidos del sexo, etc.
De cualquier manera, esto solo acaba de empezar y promete fortalecerse.
Es necesario emprender una gran cruzada para poner fin a toda esta metralla
de la pseudocultura woke y de la ideología de género. Una cosa es
la tolerancia, el respeto y la no exclusión hacia ningún grupo o entidades
individuales porque tengan preferencias, gustos y pensamientos diferentes a los
nuestros, y otra bien diferente es que se imponga en los centros educativos
enseñanzas que solo pertenece a unas minorías que pretenden tomar el curso y el
destino del mundo por su cuenta.
Recordemos, una vez más, que solo existen dos géneros, masculino y femenino, esto es, o se es 46 XY o se es 46 XX. Biológicamente esto es invariable y cuando ocurren fallos genéticos se considera como algo patológico. Ejemplos concretos 47 XXY y 48 XXXY, los que serían el cariotipo patológico de hombres con el Síndrome de Klinefelter; pero como bien expliqué al inicio de este tema, esto no sería una demostración biológica, antropológica, etc.; sino un comentario para contribuir a generar el orden en medio del caos.
Si alguien está o no conforme con lo que la naturaleza, Dios, el Universo o quien sea, le ha dado, eso no debe generar un problema a otros. Si eres 46 XY significa que eres para siempre masculino; aunque te pongas todos los tratamientos hormonales del mundo y hasta te cambien el sexo en un juzgado o en la policía local, o donde lo hagan. Esto presupone que es ilegal que alguien compita en un certamen como mujer, toda vez que no es una mujer, sino alguien que prefiere serlo, pero jamás lo será. Ya precisé antes que las leyes biológicas son invariables y ante cualquier fallo natural aparecen estados patológicos. De igual manera, si se trata de un hombre biológico, esto es 46 XY, no se le puede otorgar una distinción o premio en las categorías de artistas femeninas porque es y seguirá siendo para toda tu puñetera vida un hombre y basta.
Un poco de orden en el mundo es necesario. Esto es lo que pretenden restablecer, no solo Donald Trump y Elon Musk; sino aquellos que seguimos siendo normales, que no nos creemos la tontería de que la gente se pueda sentir identificada o autopercibida como gatos, perros, árboles, etc. Al carajo con la tontería de que eres un hombre atrapado en cuerpo de mujer o cualquier otra aberración estrafalaria.
Ya se sabe que Donald Trump y Elon Musk no son profetas, como tampoco sus propuestas son postulados mesiánicos. Son hombres y como mortales tienen virtudes y defectos, pueden acertar y también equivocarse. También se perfectamente que un par de hombres, por muy poderosos que sean, no podrán enderezar a las podridas multitudes inmersas en la ignorancia, el oscurantismo, la delincuencia, la drogadicción, entre otras antivirtudes humanas. Mi comentario de hoy se centraliza en un álgido punto que ambas personalidades pretenden detener para el bien de las amplias mayorías. Me refiero a la supresión de la pseudocultura woke y de los movimientos LGTBIQ+++.
Esto es solo el comienzo de una nueva etapa que se abre al mundo, a un mundo necesitado, no solo de progreso económico, derechos laborales, libertades de pensamiento y expresión, entre otras tantas cosas, sino de ser respetado desde todo punto de vista: ético, moral y espiritual. Violar las leyes de la naturaleza no es ético. Imponer las aberradas doctrinas de la ideología de género en la infancia a través de la enseñanza pública constituye un verdadero sacrilegio.
Estamos iniciando la gran cruzada contra las aberraciones y los delirios de la izquierda “progresista”, algo que, les guste o no, se lo debemos a la elección democrática de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América y a las múltiples acciones emprendidas recientemente por el activista político Elon Musk.
¡VAMOS POR ELLOS!
*En otro tema trataré el polémico asunto del feminismo y trataré de demostrar que se trata de verdaderas sectas si se tiene en cuenta su comportamiento y sus métodos para establecerse como categoría.
