"Nos están matando": crece la desesperación en Moa por contaminación. Decenas de residentes, denuncian una grave contaminación ambiental provocada por la industria del níquel. Cubanet.

Decenas de residentes en Moa, Holguín, denuncian una grave contaminación ambiental provocada por la industria del níquel.
Una carta enviada al periodista Mario Pentón y numerosos testimonios en redes sociales denuncian la grave situación ambiental que vive el municipio de Moa, en la provincia cubana de Holguín. Ciudadanos acusan a la Empresa de Níquel Comandante Ernesto Che Guevara de emitir sustancias tóxicas que afectan directamente la salud de la población.
“Es como si respiráramos veneno. Esta gente nos está matando lentamente”. Así lo denunció un cubano residente en Moa, quien envió la carta a Pentón para pedir ayuda ante lo que describe como una “pesadilla diaria”. El mensaje fue compartido en redes sociales por el comunicador y rápidamente generó una ola de reacciones de otros vecinos del municipio, que confirman la gravedad de la situación.
Según el autor de la misiva, la contaminación es constante y visible: “Limpias y al momento ya estás sucio otra vez. Lo que sale de tu garganta es negro”. La desesperación, subraya, se suma al hambre, los apagones y el estrés cotidiano, agravando aún más la calidad de vida de los moenses. El remitente pidió a Pentón preservar su identidad por temor a represalias.
La publicación del periodista ha servido como catalizador para que decenas de personas denuncien públicamente lo que aseguran llevar años soportando. “Estamos respirando un tizne tóxico que nos está haciendo daño y para peor situación, los niños son los que más sufren”, escribió Yamilka Orduñes, quien asegura que hay numerosos casos de tos ferina y afecciones cutáneas entre menores de edad.
Una vecina identificada como Marelis Suárez imploró a Pentón que visibilice el caso: “Por favor, pon tu esfuerzo a ver si se soluciona esta situación en este municipio. Nos están matando al pueblo de Moa”.
Otros residentes han compartido imágenes en redes sociales donde se evidencian restos oscuros en la piel y el entorno. Un ciudadano publicó una foto de sus manos cubiertas de un polvo negro con un mensaje dirigido a las autoridades locales y a la dirección de la empresa Che Guevara: “Esto tiene solución, y no es parar la fábrica, sino invertir en nueva tecnología menos contaminante. Están matando al pueblo poco a poco. Esa fábrica es un cáncer seguro”.
Otra imagen muestra una columna de humo saliendo de la planta industrial, acompañada del mensaje: “La foto habla sola. Diez hornos liberando al ambiente todo el polvo y gases reductores que hay en su interior, directo a los pulmones de cada moense. Que Dios tenga misericordia”.
David Manson, licenciado en Geografía, comentó que durante sus estudios universitarios se analizó el impacto ambiental en la zona: “La población de Moa tiende a tener menos años de vida que el resto de los municipios en Holguín”.
A esto se suman reportes sobre escapes de amoníaco durante la madrugada y un elevado número de casos de enfermedades oncológicas, que algunos residentes atribuyen directamente a la exposición prolongada a metales pesados y gases tóxicos.
A pesar de la magnitud de las denuncias, los vecinos aseguran que no reciben respuestas de las autoridades locales, ni del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), ni de los dirigentes del Partido Comunista. “¿También van a decir que son los americanos los culpables?”, cuestionó el usuario Rubén Mendoza.
El municipio de Moa, históricamente vinculado a la industria del níquel, ha sido objeto de múltiples alertas medioambientales debido a la actividad minera. Sin embargo, las denuncias actuales apuntan a un empeoramiento sin precedentes, sin que se vislumbren soluciones estructurales.
La petición es clara y urgente: que se visibilice el problema a nivel nacional e internacional para exigir a las autoridades inversión en tecnologías limpias y medidas concretas que protejan la salud de la población. Mientras tanto, los habitantes de Moa aseguran que seguirán respirando “una muerte lenta” en su propio hogar.