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Hambrientos, soñolientos y sin estímulos para aprender: así terminan los niños cubanos otro curso escolar. Por Laura Sarmiento Pérez. Diario de Cuba. 

Hambrientos, soñolientos y sin estímulos para aprender: así terminan los niños cubanos otro curso escolar
Por Laura Sarmiento Pérez
Diario de Cuba
23 de junio de 2025



'Estamos en modo supervivencia, y la supervivencia de los maestros no es perder el trabajo por desaprobar a niños que son víctimas del sistema', dice una profesora.

Concluye el curso escolar 2024-2025 y Noris está preocupada por el aprendizaje de su hija de seis años, que asiste a una escuela de Santiago de Cuba. "Su lectura es muy mala y su escritura peor", explica. "El primer grado es crucial para que los niños aprendan las bases del idioma, pero para eso se necesita practicar. Sin libros de caligrafía y con el de lectura desbaratado es casi imposible, y si a esto le sumas la falta de repaso, muy poco aprenden estos niños. Por suerte, primer grado no tiene pruebas finales", concluye.

El repaso privado después de clases, que muchos padres pagaban para sus hijos en cursos anteriores, es ahora difícil de mantener debido al elevado costo y a los apagones. Un repasador cobra por niño un promedio 1.000 pesos mensuales, casi la mitad de un salario mínimo en el país. Solo padres "pudientes" pueden costearlo, lo que aumenta las diferencias entre los alumnos según el nivel económico de sus familias.

Las pruebas finales en las escuelas comienzan en junio y se extienden hasta la segunda semanas de julio, primer y tercer grado no tienen pruebas finales. La preocupación de Noris es común entre los padres cubanos con hijos en la enseñanza primaria.

"Mi niño está en tercer grado, y te digo la verdad, está bastante mal. No hay manera que le entre la tabla de multiplicar", dice Yadira trabajadora de Comunales. "Las operaciones combinadas son un serio problema para él. Y yo trato de repasarlo en la casa, pero sin luz no hay quien se concentre, no le entra nada. No tengo paciencia, vivo pensando en qué se va a comer, en qué invento para buscar un peso. Comer es lo más importante, si total aquí nadie repite el grado".

En el programa escolar cubano primer y tercer grado no realizan pruebas finales. Los estándares para que un estudiante pase de grado en Cuba se han ido relajando durante décadas. Principalmente en las escuelas primarias, y debido a las presiones de los directivos del sector, los maestros pasan a los niños de grado aunque no hayan aprendido. Un niño repitente significa una mala evaluación para el maestro, con una posible rebaja salarial y hasta de categoría docente.

"Yo apruebo a todo el mundo y no me busco líos ni con la dirección, ni con los padres", dice una maestra de primaria que pide no ser identificada. "¿Tú sabes el papeleo que hay que hacer cuando desapruebas a un niño? La calidad de la educación es mala, y no solo por la carencia de libros, cuadernos y lápices, sino también por la calidad de vida de los niños. Llegan con sueño y hambre, sin desayunar. Yo me preocupo porque por lo menos traigan una merienda, aunque sea un mango y se lo digo a los padres. Aquí lo importante ya no es si aprenden, sino si comen", expresa.

Un profesor de secundaria que también pide anonimato apunta que debido al cansancio con que llegan los niños por los apagones se les está dejando mucho contenido, como tareas, para que estudien en sus casas, sobre todo los fines de semana.

"Los niños no pueden estar bien académicamente, el déficit de atención infantil es muy alto", advierte. "Son demasiados problemas que afectan el proceso docente educativo: la comida, la corriente, el agua..., son problemas diarios, no hay tiempo para estudiar en la casa porque casi nunca hay corriente. Los niños no duermen bien, están cansados, y no prestan atención a lo que se imparte, hay que hacerles muchas repeticiones para que les entre algo. Si introduces un contenido nuevo, tienes que repetírselo como dos semanas para que lo retengan, y lo más triste es que los padres no tienen tiempo para repasarlos", lamenta.

Para el Gobierno lo más importante es el adoctrinamiento ideológico. En cada clase hay que relacionar los temas con gestas históricas y revolucionarias.

Pero "a unos niños hambrientos y soñolientos, ¿cómo se les convence de que la Revolución es justa e igualitaria, de que estudiar es lo mejor para el desarrollo futuro del país?", cuestiona Yanis, otra maestra primaria. "En los hogares, los padres están pensando en emigrar y no ven futuro para sus hijos en Cuba. Estamos en modo supervivencia, y la supervivencia de los maestros no es perder el trabajo por desaprobar a niños que son víctimas del sistema", expresa.

Padres y maestros coinciden en que la crisis sistémica que vive Cuba es la causa principal de la debacle educativa, que no se reflejará en la cantidad de desaprobados, sino en la cantidad de analfabetos que se gradúan en el país.

"Tengo un niño cuya aspiración máxima es ser chapeador, como su padre", explica Celeste, maestra de sexto grado. "No tengo nada contra ese oficio, pero esa no puede ser la aspiración de un niño. El niño no sabe leer corrido y no hablemos de su escritura. Lo vienen cruzando de grado con todos esos problemas y cruzará para la secundaria, no seré yo quién lo detenga. Será un gran chapeador, graduado de nivel medio. Aunque no sepa que Cuba está en el continente americano, lo importante es que sabe que está muy cerca de Estados Unidos", concluye.