Cuba Democracia y Vida

(Parte III) La fracasada organización de la economía socialista en Cuba. Por el ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.

(Parte III) La fracasada organización de la economía socialista en Cuba. Por el ingeniero industrial Roberto L. Capote Castillo.                                                                                                                                  CUBA DEMOCRACIA Y VIDA.ORG                                                                      web/folder.asp?folderID=136


“Los socialistas creen en dos cosas que son absolutamente diferentes y hasta quizá contradictorias: libertad y organización.” Friedrich Hayek

Roberto L. Capote Castillo.- Periodo 1990-2000. Cuba a inicio de los años noventa se encuentra, por primera vez, desde su declaración de socialista en total aislamiento económico y político. Esta situación la obliga a procurar la autosuficiencia económica pues según el refranero popular: “no estaba ni con Dios ni con el Diablo”. Era la consecuencia de la acumulación de errores políticos y económicos, internos y externos, de las décadas pasadas. Además, a inicios de los 90 entró en vigor la ley Helms-Burton en los Estados Unidos. Ante este escenario el Estúpido en Jefe” denominó a esta situación: “Período Especial en Tiempos de Paz”. Para el cubano la palabra especial supone algo bueno fuera de lo común. La realidad demostró que era más malo de lo imaginable por cualquier ciudadano. Al parecer el origen de esa frase era militar, pues se aplicaron medidas similares a las de tiempos de guerra. Este era el momento más apropiado para que un estadista decoroso reconociera sus errores, fracasos y burradas renunciando a su cargo pues estaba completamente derrotado, pero de un megalómano no se puede esperar tal conducta.

Los años más draconianos fueron los comprendidos entre 1991 y 1993, Cuba se enfrentó a una situación “especial” pues no se podía trabajar ni producir por la falta de recursos principalmente combustible y la suspensión del subsidio de Moscú y sus satélites.

El Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo un 35% en tres años. Personalmente creo que, por las consecuencias sociales, esta cifra fue mayor pero como siempre se manipuló por la cúpula castro-comunista. El hambre causó una epidemia de neuritis óptica y polineuropatía periférica carencial en la población, una condición que causó ceguera temporal y que se vinculó a la falta de ingesta de nutrientes. Aparecieron los primeros casos entre 1991 y 1992, aunque el gobierno no reconocía que eran causados por el hambre entregó suplementos vitamínicos gratuitos. Las cifras oficiales reconocían que en 1997 el total de casos ascendía a 56 800, pero según mi criterio fueron mucho mayores. En un programa de la TV en aquellos años, el viceministro de Higiene y Epidemiología Héctor Terry tuvo la valentía de desmentir la versión del Estúpido en jefe” de que la causa era la ingesta de bebidas alcohólicas, fumar y otros elementos tóxicos. Esta persona ratificó que la causa era la desnutrición. Fue destituido a los pocos días.

También hubo repercusiones mentales y sociales en la población, pues la mayoría de la población que aun simpatizaba con el régimen, reconocía que el hambre en Cuba era causada por factores políticos y económicos responsabilidad del régimen castro-comunista que impuso extremos racionamientos. Buena parte de la población perdió varios kg de peso y la desnutrición fue casi generalizada, verbigracia, en un estudio realizado en una escuela primaria al lado de la casa de mi suegra dio como resultado que la mayoría de los niños estaban desnutridos. La situación se tornó tan precaria que el gobierno aceptó donaciones norteamericanas de alimentos, medicinas y dinero en efectivo. Esto era un duro golpe para el “Estúpido  en Jefe” por su odio visceral al gobierno norteamericano. Por lo anterior, esta acción humanitaria no fue divulgada.

Enumerar todas las medidas implementadas para “salvar al socialismo” en Cuba en esa oscura década seria tedioso pues es conocido, por los que las sufrimos, que fracasaron. Además, tendría que escribir una monografía al respecto, no obstante, me referiré a las principales, soslayando las estadísticas porque solamente se puede acceder a las oficiales y siempre han sido fraudulentas. Para mitigar el impacto social se mantuvieron los empleos y los salarios, aun cuando sus empresas estaban paralizadas, esto por supuesto era mediante subsidios del Estado lo que inducia mayores desequilibrios macroeconómicos. 

Recuerdo que en el año 1990 mi jefe me envió a una reunión en el Comité Estatal (CEN) donde trabajaba, era para ver una conferencia por video del General Ramón Espinosa Martín en la que expuso los posibles escenarios que se podían presentar en el país si se desintegraba la URSS y sus satélites socialistas cambiaban su política. Al regresar a mi casa le dije a mi esposa que debía acaparar todo lo que pudiese incluyendo las bombillas y me dijo: “Ay no te asustes si en las tiendas hay letreros con las bombillas”, por supuesto no me creyó. Pasado un tiempo, todos los artículos de consumo que estaban liberados en las tiendas, se incorporaron al sistema de racionamiento, para tratar de garantizar una distribución equitativa pero luego desaparecieron y por supuesto pasaron a formar parte de la oferta del mercado negro con precios superiores.

La dictadura castro-comunista se enfocó en las remesas de los “apátridas”, la inversión extranjera y el turismo. En agosto del 1993 se aprueba un decreto que despenaliza la tenencia de dólares y la fiscalía ordena liberar a los que cumplían sanciones en las cárceles por este “delito” que nunca debieron ser penalizados. Se implementan otras medidas para posibilitar mayor apertura al capital extranjero. En la agricultura se transformaron las empresas estatales en cooperativas de producción agropecuarias (UBPC); se entregaron algunas tierras en usufructo para determinados cultivos; se creó el mercado agropecuario con precios basados en oferta-demanda. Se autorizan las remesas y se crean las casas de cambio (CADECA S.A.), se autorizan las cuentas bancarias en dólares, se crean las cadenas de tiendas en dólares para su captación por la cúpula castro-comunista. Se permite el empleo por cuenta propia en algunas actividades autorizadas.

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Estas medidas fueron implementadas por necesidad y no para iniciar un cambio estructural en la economía sino obligados por la situación política, social y económica del país. La población estaba en la situación más precaria después del año 1959. Lo “especial” de la situación del país incitó a los ciudadanos al éxodo en el que el hundimiento del Remolcador 13 de marzo y la manifestación reprimida en La Habana conocida como el Maleconazo fueron hechos que sacudieron al castro-comunismo.

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Creo que fue el primer gran susto de la cúpula en el poder, reaccionando, como siempre, con una estrategia política para disminuir la presión. El Dictador en una comparecencia en la TV en el 1994 (el día de su cumpleaños), informa que abrirá las fronteras marítimas, declarando

“Tendremos que darles a los guardas fronteras instrucciones de no obstaculizar las salidas de embarcaciones que quieran viajar a Estados Unidos y de no obstaculizar la salida [entrada] de embarcaciones que quieran venir de Estados Unidos a recoger aquí a sus familiares y a ciudadanos cubanos”.

Se convirtió en la segunda temporada del Mariel. Más de 50,000 cubanos emigraron por esta vía, como siempre los problemas políticos de Cuba los resuelven los Estados Unidos. Opino que mientras ese gobierno permita estas trampas los cubanos solamente se enfocarán en el éxodo y nunca pensarán en derrocar a la dictadura. Lo penoso es que los jóvenes quienes deben tener el mayor compromiso de inducir el cambio, son los más interesados en emigrar, incluyendo algunos actuales “opositores”. Recordemos que en la época en que éramos colonia, una de las condenas más dolorosas para los cubanos era la deportación, sufrida por José Martí que por su perseverancia tuvo que ser deportado dos veces y siguió dedicándose a la lucha por la independencia de nuestro país. Tenemos mucho que aprender de nuestro Héroe Nacional.   

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En esta década además se reorganiza el Estado con la reducción de Ministerios y organismos centrales. En esta reorganización se incluyeron las empresas estatales: simplificaron estructuras, se crearon nuevas formas empresariales (corporación, unidad básica empresarial); se autorizó el autofinanciamiento en divisas. Se creó el Banco Central, se diversificaron las instituciones bancarias y sus funciones. Esta última medida la considero una estrategia a largo plazo pues eran conscientes que nunca saldarían sus deudas, actualmente el castro-comunismo no las reconoce ante el Club de Paris, alegando que las instituciones bancarias que las deben honrar ya no existen y sus jefes cometieron actos de corrupción y fueron sancionados.

Algunos economistas al analizar esta década reconocen “resultados positivos”, verbigracia: Las medidas internas que se aplicaron a partir de 1993, incrementaron el PIB en un 21% entre 1993 y 1999. Con todo respecto este no es un resultado positivo pues la economía estaba quebrada en 1993. Además, estos crecimientos no eran domésticos pues los ciudadanos no los percibieron. Siempre expreso que los indicadores macroeconómicos como el PIB debe disminuir la pobreza y la miseria para ser creíble.
El déficit del presupuesto del Estado del 33,5% del PIB en 1993, mejoro hasta un 2,4% del PIB en el año 2000. Las estadísticas siempre son manipuladas y no confío en ninguna. Disminución de los precios de algunos mercados como el agropecuario hasta 1996. Luego se incrementaron y no estaban al alcance de la mayoría.

La tasa de cambio del dólar, que alcanzó los ciento cincuenta pesos, se disminuye a veinticuatro pesos por dólar, inducido por la creación de las Casas de Cambio oficiales. La cantidad y frecuencia de las remesas a los familiares en Cuba jugaron en esta etapa un factor importante, pero considero en lo personal que se debe tener en cuenta el mercado negro que en no pocas ocasiones se proveía de hurtos al Estado y sus precios eran menores que el de las “Shopping”. Este criterio no lo expreso como economista sino a modo de uno de los tantos ciudadanos que no recibía remesas. No estimo necesario hacer la lista de productos y una comparación de precios para demostrar mis razonamientos pues los que vivieron esta etapa lo saben.

Se diversifican las fuentes de ingreso en divisa del país, con mayor participación del turismo, de los servicios internacionales de transporte aéreo, y del comercio interno en divisas. En el turismo y el comercio interno en divisas están incluidos los “gusanos” que emigraron después del 1959 y además “la escoria” del Mariel.

Se reactivaron las exportaciones como el níquel, cobalto, pesca, tabaco y ron. Muy afectadas por la falta de combustible. Esto fue posible por la autorización de las inversiones extranjeras tan repudiadas por el régimen.

Los resultados más negativos en la década, según mi valoración, fueron los siguientes:

Ratificó la convicción de que la única solución a los problemas del país es la emigración.
Los servicios de salud y educación se depauperaron con sus adversas consecuencias. No existen estadísticas de las muertes por las hambrunas, epidemias y enfermedades provocadas por el periodo especial en esta década.
Se incrementaron y afianzaron las desigualdades sociales, a niveles nunca antes vistos después del 1959, que fueron el principal motivo esgrimido por el Dictador para su Revolución.
Las necesidades en la alimentación, la vivienda, los materiales de construcción y la vestimenta se acrecentaron para la mayoría de los cubanos.

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A finales de esta década se consiguió cierta recuperación, pero las mejorías fueron gracias a la aparición de un nuevo mantenedor de la economía con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en febrero de 1999, Este dictador se consideraba hijo de Fidel Castro dándole los recursos que necesitaba para revitalizar su depauperada economía. Venezuela se transformó en el nuevo Moscú para Cuba, y quizás, más generoso y benevolente. Según The New York Times: “La Revolución cubana encontró en Venezuela el apoyo económico necesario para sostener su fracaso financiero, mientras que la revolución bolivariana buscó en Cuba el prestigio simbólico que le faltaba. Hoy, ambos proyectos insignes de la izquierda latinoamericana parecen ejercicios fallidos y su futuro, indisolublemente unido”.

Venezuela otorgó beneficios extraordinarios a Cuba a través de intercambios comerciales como la venta de más de 100 mil barriles diarios de petróleo a precios subsidiados con créditos a lo largo plazo. Cuba, al igual que hacía con el que recibía de Moscú, lo revendía a otros países a precio internacional, obteniendo miles de millones de dólares para cubrir los gastos de educación, salud, alimentación, surtir las “Shopping” y la mordida para la cúpula castro-comunista.

Desde el punto de vista histórico Chávez aprovechó las mismas circunstancias que Fidel para convertirse en un dictador y dueño absoluto del país. En la sociedad venezolana estaba afianzada la corrupción política, la democracia representativa estaba desacreditada, existía una desigualdad muy pronunciada en los ciudadanos a pesar de las riquezas del país. Chávez se presentó, al igual que Fidel, como el Mesías que lo cambiaría todo para salvar a Venezuela. Además, era militar, carismático, odiaba a los burgueses, a los “yanquis” y les prometía el paraíso a los venezolanos. No transcurrió mucho tiempo para manifestar sus ambiciones de dictador.

En el próximo articulo reseñaré la década 2000-2010.

 

Click en este enlace para que lea la ( Parte IV )
 

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