Cuba Democracia y Vida

(Parte I) La formación de los dirigentes de las empresas socialistas. Por Roberto L. Capote Castillo.

(Parte I) La formación de los dirigentes de las empresas socialistas. Por Roberto L. Capote Castillo.                                                                                                             CUBA DEMOCRACIA Y VIDA.ORG                                                                      web/folder.asp?folderID=136


“La excelencia de un líder se mide por la capacidad para transformar los problemas en oportunidades”.  
 
Peter Drucker

Roberto L. Capote Castillo.- En el año 1959 el gobierno revolucionario emprendió el mayor proceso de confiscación de propiedades del hemisferio occidental. Comenzó por las grandes empresas, bancos, etcétera y luego las medianas hasta el puntillazo de la “Ofensiva Revolucionaria” anunciada el 13 de marzo del año 1968 realizada con la consigna: lucha contra el capitalismo y la creación del “hombre nuevo”. Según datos del gobierno, durante la ofensiva se confiscaron 55.636 pequeños negocios, muchos operados por una o dos personas. Entre ellos 11.878 comercios de víveres (bodegas), 3.130 carnicerías, 3.198 bares, 8.101 establecimientos de comida (restaurantes, friterías, cafeterías, etc.), 6.653 lavanderías, 3.643 barberías, 1.188 reparadoras de calzado, 4.544 talleres de mecánica automotriz, 1.598 artesanías y 3.345 carpinterías. No quedó ni un vendedor ambulante. Creo que fue el principio del desastre de la economía socialista cubana. Todo este proceso provocó la pérdida de las personas capacitadas para dirigir la economía. Según datos oficiales: “Al cierre de enero de 2023, 6 704 nuevas cooperativas no agropecuarias y micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), habían sido aprobadas como parte de la estrategia para dinamizar la economía cubana”. La realidad es que el comunismo ha significado un retroceso total en la economía cubana, se puede decir que han sido más de seis décadas perdidas.

La falta de dirigentes cualificados que habían dirigido con éxito los diferentes negocios fue sustituida por la nueva clase revolucionaria. De esta forma de la noche a la mañana surgieron ministros, directores, administradores, etcétera que nada sabían de economía ni de las actividades comerciales que dirigían. El ejemplo más representativo es el de Ernesto Guevara, que siendo médico (algunos dudan de su titulación), ocupó los cargos de presidente del Banco Nacional, director del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y ministro de Industria. En todos los casos el susodicho personaje con sus ideas “Guevaristas” destruyó lo existente y fracasó en sus metas. De esta forma comenzó la desorganización, ineficacia e ineficiencia de la economía que había ocupado lugares cimeros en América y en el mundo, de acuerdo a sus indicadores macroeconómicos, aunque la situación social y la desigualdad económica propiciaron el triunfo del populismo del Delirante en Jefe.

Con la “Robo lución” surgieron los nuevos dirigentes de la sociedad socialista cubana y fueron llamados “cuadros”. Esta es una denominación del castro comunismo pues en el escenario mundial en ningún país los partidos políticos, gobiernos, empresas, instituciones, etcétera, utilizan esa terminología para identificar a los dirigentes de dichas organizaciones. Aunque el diccionario de la RAE lo acepta en una de sus acepciones, en Cuba se utiliza la relacionada con lo militar. La política sobre los cuadros no fue definida de forma específica hasta el Primer Congreso del PCC en 1975, los subsiguientes congresos ratificaron la del primero o aprobaban resoluciones prorrogándola con exhortaciones y proclamas comunistas insustanciales, que para los dirigentes de la economía no han funcionado. Dentro de los preceptos comunistas, considero que la política sobre los cuadros más definida en forma específica fue la del Primer Congreso del PCC en 1975. Este congreso tenía como principal objetivo la institucionalización del país e implementar el modelo económico soviético en el país.

Posterior al fracaso de la zafra de los diez millones, que significó un desastre económico y social para el país, Fidel Castro se vio obligado a dirimir sus discrepancias con la URSS. En específico las contradicciones entre la coexistencia pacífica (Brézhnev) y la lucha armada revolucionaria en todos los continentes (Ernesto Guevara). Ante este panorama tuvo que claudicar y aceptar el modelo económico de la locomotora del comunismo mundial. Como consecuencia de lo anterior Cuba es aceptada en el CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica) el 11 de julio de 1972. Esto obligaba al país a implementar el modelo económico soviético. El primer Congreso del Partido (1975) enfoca su atención en la institucionalización del país haciéndola similar, en lo económico, a la existente en la URSS.

En el Primer Congreso se aprobó una resolución titulada “Sobre la política de formación, selección, ubicación, promoción y superación de los cuadros”, que en su esencia permanece vigente pero tampoco se cumple. Su contenido definió las cualidades y deberes de los cuadros. En el susodicho documento se definieron doce “cualidades político-ideológicas y morales”, la primera (el inciso a), dice: “Fidelidad a la patria, a la clase obrera, al socialismo y al internacionalismo proletario”. Además, instituyó ocho “características técnico-laborales” a manera de requisitos a cumplir por los dirigentes de las que quiero destacar las tres primeras:

Los incisos anteriores han sido incumplidos habitualmente. La principal cantera para la selección de los cuadros del sistema empresarial son los dirigentes del Partido Comunista, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), los del Gobierno que han concluido su mandato y oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Estas personas algunos poseen titulaciones relacionadas con las ciencias sociales (políticas), la historia o de instituciones militares.

No está definida adecuadamente la interpretación del inciso c) conocimiento de las cuestiones económicas fundamentales, pero tampoco se cumple esta característica técnico-laboral. En el desempeño de sus funciones los dirigentes empresariales manifiestan deficiencias en la conducción de sus organizaciones por insuficiente preparación en finanzas, realizan pocos análisis económicos, tampoco hacen análisis de gastos, etcétera. Una buena parte de las empresas poseen una contabilidad no confiable, sus dirigentes tienen poco dominio de las especialidades de la gestión empresarial y funcionan con pérdidas o con exiguas ganancias. Solamente la minoría cumple a cabalidad las tres características técnico-laborales aprobadas por el susodicho congreso. La realidad ha demostrado que en la decisión final para la designación de un cuadro empresarial la cualidad más requerida es: “Fidelidad a la patria, a la clase obrera, al socialismo y al internacionalismo proletario”. Pero esta también muestra problemas con su interpretación pues algunos dirigentes de empresas defenestrados son sancionados basados en el incumplimiento de esta condición que no define concretamente cuales deben ser sus manifestaciones en el desempeño de la dirección en el sistema empresarial.

En la política aprobada por el primer congreso del Partido también se expresan veintidós deberes para los cuadros en incisos desde la a) hasta la s). El inciso a) dice: “Cumplir y hacer cumplir los planes y directivas del Partido y del Gobierno”, en el resto no hay uno solo que exprese algún aspecto sobre la realización económica para aquellos que dirijan empresas.

Una de las causas principales de la falta de eficacia y eficiencia del sistema empresarial es el sometimiento de los dirigentes empresariales a las directivas del Partido y del Gobierno pues, aunque sea inconcebible, la mayoría de estas orientaciones conspiran contra la realización económica de las organizaciones que dirigen y controlan. Al analizar las “cualidades político-ideológicas y morales” demandadas a los cuadros en el mencionado documento, se torna difícil conseguir persona alguna con todos esos atributos, es indiscutible que se trata de un ser humano de laboratorio. Al parecer se diseñó en base al añorado “hombre nuevo”. Por lo anterior, descarto la clonación pues no se encontraría el donador de la célula u organismo embrionario, ni siquiera en las más altas esferas de poder. Una utopía más entre tantas otras.

Sobre la superación y formación de los cuadros, en el citado documento del congreso del Partido, enuncia lo siguiente:
“Es necesario estudiar sobre todo la teoría marxista-leninista de la organización de la sociedad, el papel de los organismos del Partido, el Estado, la UJC y organizaciones de masas, la interrelación entre unos y otros, los mecanismos internos de estas interrelaciones. Es necesario estudiar la economía política marxista, la teoría y la práctica de la organización científica del trabajo, los nuevos métodos de planificación, y en general, los nuevos métodos de dirección y gestión de la economía”. 

Peter Drucker muchos años antes se había pronunciado sobre la preparación de los dirigentes empresariales expresando lo siguiente:

“Porque la preparación es siempre auto preparación. Nada podrí ser más absurdo que el hecho de que la empresa asumiera la responsabilidad de preparar a un hombre. La responsabilidad descansa sobre el individuo, sus capacidades, sus esfuerzos.” 

“… el boom de la administración alcanzó al mundo comunista: un país tras otro en Europa, comenzando con los yugoslavos heréticos y siguiendo después con los polacos, los húngaros y los checos, organizaron escuelas e institutos de administración y comenzaron a traducir obras occidentales, especialmente estadounidenses; e iniciaron así la enseñanza de la administración como solución al estancamiento económico.

En definitiva, incluso la Unión Soviética sucumbió. En 1969-1970 creó dos escuelas superiores de administración y al mismo tiempo intentó, aunque con muchas vacilaciones, examinar la posibilidad de establecer direcciones autónomas en las principales industrias y grandes empresas”. 

El boom aludido por Drucker también alcanzó a Cuba. Derivado de los acuerdos aprobados en el primer congreso del Partido se creó un sistema de escuelas para formar licenciados en dirección de la economía. Se crearon las Escuelas de Dirección de la Economía en todas las provincias, como filiales del Instituto Superior de Dirección de la Economía (ISDE). En la Licenciatura en Dirección de la Economía, en algunas asignaturas, se utilizaron textos de autores de origen occidental. De esta forma los directores y directivos del sistema empresarial podían alcanzar una titulación universitaria en administración y conocer algunas prácticas empleadas por las empresas de éxito en occidente, con un currículo basado fundamentalmente en el modelo soviético que ya en esa época no funcionaba.

El SDPE ( Sistema de Dirección y Planificación de la Economía) y la estructura que lo sustentaba se transformó, a finales de los años ochenta, en su efímero sustituto, el SUPSCE, (Sistema Único de Preparación y Superación de los Cuadros del Estado), para luego integrarse a las Escuelas Provinciales de Cuadros del Partido donde finalizaron su función formadora de dirigentes para el sistema empresarial. Eran tiempos difíciles para Fidel Castro pues Gorbachov había aplicado sus nuevas políticas de la Glasnost y la Perestroika en la URSS y ya se vislumbraba el peligro de su desintegración. 

De acuerdo a lo aprobado por el V Congreso del Partido el Consejo de Estado aprobó mediante el Decreto-Ley # 187, las Bases Generales del Perfeccionamiento Empresarial para su aplicación progresiva en la economía nacional, orientando iniciar el proceso en 95 empresas de 18 organismos centrales. Posteriormente se aprobó El Decreto 281 del Comité Ejecutivo del Consejo de ministros estableciendo el “Reglamento para la implantación y consolidación del sistema de dirección y gestión empresarial estatal”. El mismo pretende lograr el perfeccionamiento empresarial, pero puede considerarse “más de lo mismo”, pues en dicho documento no se especifican cuáles conocimientos requieren, para su desempeño, los dirigentes del sistema empresarial. En las 229 páginas del aludido reglamento se establecen dieciocho sistemas que debían ser implantados en las empresas, refiriendo todo lo que debe hacerse en cada uno de ellos, pero no dice en todos “el cómo”, ni define de qué manera aprenderán los dirigentes las nuevas habilidades de dirección requeridas para lograr los objetivos de los susodichos sistemas, sino que incluye la acostumbrada palabrería marxista-leninista resaltando la superioridad de la empresa socialista (en el papel).

Actualmente la cúpula del castro-comunismo sugiere utilizar como guía la tesis de doctorado en “Ciencias de las estupideces” del presidente designado. Los dirigentes empresariales solamente necesitan tener una titulación de técnico medio o universitaria en cualquier especialidad y demostrada actitud revolucionaria, no quedándoles más remedio que trabajar basados en su intuición, “experiencia” y la tesis del presidente designado para complacerlo, no para resolver los problemas tan acuciantes del país.

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