Inciativa "NO a la Exclusión Social". Por Dr. Darsi Ferrer Ramírez, Dir. del Centro de Salud y Derechos Humanos "Juan Bruno Zayas".

 

 

 

 

 

 

 

Acitvistas de derechos humanos realizaron otra acción humanitaria para aliviar las terribles carencias de cubanos marginados, que sobreviven en condiciones infrahumanas, bajo el rigor de la extrema pobreza.

 

Unas sesenta personas muy humildes recibieron ayudas de la donación de medicinas, ropas, juguetes y literatura infantil, repartida en el asentamiento ilegal "LLega y Pon" del Diezmero, en la Capital Habanera, el pasado 19 de Febrero. Así mismo, se brindó asistencia médica a varios enfermos del lugar.

 

Se conoce que solo en Ciudad de la Habana existen cerca de 120 asentamientos de este tipo, cuyos moradores son considerados "ilegales" por el gobierno, al no  contar con autorización para residir en dichos lares.

 

En los "LLega y Pon" mal viven cientos de miles de cubanos, esos barrios están conformados por casuchas en pésimas condiciones constructivas. Las casuchas no tienen abastecimientos de agua, electricidad, e incluso, muchas carecen de instalaciones sanitarias. Es alarmante la proliferación de vectores transmisores de enfermedades, entre ellos, ratas, moscas, mosquitos, cucarachas. La situación extrema de vida conlleva a que un elevado por ciento de esos seres presenten trastornos psiquiátricos, adicción a las drogas o al alcohol, conductas suicidas, así como padezcan de desnutrición, parasitismo, anemia, infecciones de transmisión sexual, etc.

 

Los niños son los más vulnerables y desprotegidos en esas circunstancias, no reciben siquiera los alimentos racionados que se garantizan a la población en general a través de la cartilla alimenticia al no aparecer en los registros del Estado por ser hijos de padres ilegales, se les priva hasta del suministro de productos esenciales para su desarrollo y crecimiento como la leche y las compotas. 

 

Es habitual que la policía efectúe redadas sorpresivas en las afueras de los asentamientos, para cazar como animales a los padres de familias cuando salen en busca de trabajos para subsistir. Lo que más martiro origina en estos seres humanos es la constante preocupación de ser víctimas, en cualquier momento, de los desalojos forzados que al azar llevan a cabo efectivos policiales de conjunto con funcionarios del Estado; quienes pasan por esa situación como les tumban las casa empeoran, aún más,  el drama  de su existencia.

 

 

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