Médicos repugnantes y dañinos a la Revolución. Por Dr. Eloy A. González. Estos médicos no “formados” por y en la Revolución, pero candidatos a “desertores” se les sancionó a trabajar en lugares inhóspitos y alejados de sus familias. Recuerdo por aquellos tiempos la frase empleada para calificarlos: “están castigados por querer irse del país”. Permanecían en esos lugares alrededor de 7 años bajo el estricto control de los funcionarios partidistas siempre prestos a ensañarse con ellos y aplicarles la sanción laboral más severa si incurrían en el más leve error en su trabajo diario. Por: Dr. Eloy A. González Repugnantes y dañinos a la Revolución son algunos de los calificativos que utiliza el régimen castro-comunista en el trato consular que suele dar a sus nacionales, médicos de profesión, radicados en el extranjero y que desean viajar a la Isla-cárcel. Y es que el problema, que no es nada nuevo, se agudiza con la entrada en vigor de las nuevas medidas anunciadas por el régimen de La Habana en ocasión de la celebración en esta capital de la conferencia: “La Nación y la Inmigración”. Las medidas, entre otras cosas, permiten a los cubanos radicados en el exterior, viajar a Cuba sin necesidad de una Visa de entrada, pero eso si con un “pasaporte habilitado’ que es, el mismo perro con diferente collar. La historia comienza por los 60’s. El régimen estableció sin margen de dudas su condición de Estado-Patrón y controló el siempre libre ejercicio de la práctica médica. Los médicos pasaron a ser, como el resto de la población laboral, asalariados dóciles del Estado. Cuando muchos de estos médicos optaron por emigrar, al agravarse la situación político-económica del país a principios de la década del 60’s y porque, entre otra cosas, ya se había declarado el carácter socialista de la Revolución; se vieron imposibilitados de salir de Cuba al producirse el cierre de la compañías aéreas que operaban entre Cuba y los Estados Unidos de forma intempestiva. Esto ocurrió a raíz de los eventos de la Crisis de los misiles en el 1962. Estos médicos no “formados” por y en la Revolución, pero candidatos a “desertores” se les sancionó a trabajar en lugares inhóspitos y alejados de sus familias. Recuerdo por aquellos tiempos la frase empleada para calificarlos: “están castigados por querer irse del país”. Permanecían en esos lugares alrededor de 7 años bajo el estricto control de los funcionarios partidistas siempre prestos a ensañarse con ellos y aplicarles la sanción laboral más severa si incurrían en el más leve error en su trabajo diario. Cuando finalmente lograban irse llevaban consigo, además del tiempo perdido y las carreras truncadas, sus amarguras y frustraciones siempre difíciles de desprenderse de ellas para convertirse en inmigrantes a destiempo. No creo que a estos les interesó en algún momento regresar, por lo demás, no había por ese tiempo ‘pasaporte habilitado’ Los médicos ‘formados” por (o en) la Revolución, si deseaban emigrar no podían hacerlo bajo ninguna circunstancia. Eran “frutos” de la Revolución, ésta los había ‘formado” el costo económico de su formación había corrido por su cuenta, en tal sentido, eran “privilegiados” que adquirían la condición de esclavos; los hijos de la Revolución tenían que correr la misma suerte. Pero muchos no querían vivir la experiencia revolucionaria y aquellos, paradójicamente más proclives a la ideología revolucionaria, militantes aguerridos ,soldados incondicionales de la Revolución y forjados en la lucha; aprovechaban la primera oportunidad de un viaje oficial , con motivo de algún Curso o Congreso en el exterior para bajarse del avión en Gander o Barajas y poner espacio de por medio entre la Revolución y su anatomía.Recuerdo en mis tiempos de estudiante cuando se conocía de estos casos de comunistas-sarampionosos, que hacían una opción preferencial por el capitalismo salvaje. El choteo era mayúsculo. Durante la década de los 70’s y 80’s, al incrementarse el número de misiones médicas cubanas en África y otras latitudes, el número de médicos también aumentaba y con ellos las posibilidades de deserciones. Las misiones internacionalistas constituyeron y aún constituyen una posibilidad para emigrar de los profesionales cubanos en general. Esto aumentó la presencia de esa población profesional calificada por el régimen de “desertores” y a los cuales se les prohíbe ingresar a Cuba o reunirse con sus familiares. Estos médicos caen dentro de la categoría de “desahuciados” pudiendo regresar a la Isla si tienen suerte o le conceden una especie de perdón, que nadie sabe quien o que organismo e institución lo otorga. Al principio de la década de los 90’s ocurre el fenómeno más interesante en la compleja situación social de Cuba por aquellos tiempos. Con la caída del Muro de Berlín y la subsiguiente desaparición del campo socialista, el régimen castro-comunista ejecuta uno de los más paradójicos pero eficiente procedimiento para aliviar la tensión social existente; miles de profesionales salieron de Cuba y entre ellos muchos médicos que se instalaron en otros países a trabajar sin perder el vínculo con su país de origen y las representaciones diplomáticas y consulares de Cuba. Se conoció como el “Exilio de Terciopelo” y a esta categoría no faltaron los “esclavos de bata blanca” que creyeron que una carta de invitación y un contrato de trabajo en el extranjero los haría libres. No fue así. Nunca entenderé esta movida del régimen al permitir la salida de tantos nacionales con sólida formación profesional, sólo porque tenían una carta de invitación o un contrato de trabajo. Fue parte de una solución de un problema mayor, evitar un estallido social. No debemos de pasar por alto que, en relación a los dos éxodos masivos, esto es, Mariel/80 y la Crisis de los Balseros del 1994, muchos profesionales de la Salud aprovecharon para escapar de la Isla. En el caso del Mariel, el régimen al percatarse del flujo de profesionales que salían le puso fin de inmediato controlando esto por medio del chequeo del registro laboral adjunto al carné de identidad. En el caso de los balseros del 94, muchos médicos optaron por esta travesía, pero el éxodo tuvo un fin que todos conocemos. De todo lo anterior se infiere que existe una población de inmigrantes cubanos, médicos de profesión, radicados en el extranjero. No existen cifras estadísticas, pero debe ser un número considerable de aquellos que optaron por vivir en Libertad aunque no la obtuvieron del todo. Atrás quedaron en muchas ocasiones una familia-rehén que sufre las consecuencias y penalidades del carácter vengativo del régimen. Hoy muchos de los médicos radicados en el extranjero desean regresa de visita a su país de origen; pero se ven imposibilitados de hacerlo, incluso cuando, según las nuevas regulaciones no necesitan un Visado de entrada. El problema no es nada nuevo, el régimen castro-comunista se niega a re-habilitar a los “desertores” y les recuerda a los integrantes del “exilio de terciopelo” que su condición implica transitar por los caminos de la lealtad a la Revolución, mientras les recuerda a otros que son “repugnantes y dañinos a la Revolución”. (*) En Chile los médicos cubanos comenzaron a llegar entre 1995-1999, cuando unos 278 profesionales revalidaron sus títulos. Alrededor del 2001, el número de médicos cubanos se establecía en unos 1 000; sin embargo tuve la oportunidad de hablar con un médico cubano recién radicado en Miami y que antes trabajaba en Santiago de Chile; este me aseguró que el número de médicos cubanos en Chile supera los 2 000. Estos médicos han notificado de una Ley secreta de la dictadura Castro-comunista que les prohíbe viajar a Cuba a visitar a sus familiares , lo cual implica un exilio forzoso para aquellos que pensaron que , habiendo salido con un permiso de Inmigración , y estando establecidos en Chile, podrían viajar libremente a Cuba . No ha sido así, y esto ha ocasionando protestas de la comunidad médica cubana en Chile. Otro tanto ocurre en Brasil, donde fueron enviados un buen número de médicos a establecer en algunas zonas el Plan del Médico de la Familia, y en otros casos emigraron según los mecanismos antes expuestos. La situación parece ser más dramática y se refleja en la denuncia dada a conocer por ellos y que a continuación trascribimos: “Desde Brasil queremos notificar la persecución a que estamos sometidos los médicos desertores de la tiranía castrista. Desterrados, con entrada a Cuba prohibida indefinidamente, con esposa e hijos retenidos en la Isla; somos otra de las muestras vivas del odio y la antihumana política del régimen dictatorial cubano”. También los médicos cubanos radicados en Europa son objetos de todo tipo de tropelías y abuso a su dignidad y derechos; como puede conocerse en un documentado artículo aparecido en la prensa digital , y es que los médicos cubanos residentes en naciones europeas tampoco son elegibles para viajar a la Isla con su pasaporte “habilitado”, solo por eso, por ser médicos. Los propios periodistas independientes en Cuba nos recuerdan de la condición de los médicos allí, que han podido estudiar y alcanzar esta categoría profesional “gracias a la Revolución”, esos son usados por esta Revolución como medios básicos de ella . Las limitaciones actuales para aquellos médicos domiciliados en la Isla que deseen emigrar indican sanciones por deslealtad política . ¿Entonces?, ¿Por que nos sorprende cuando “la mano larga de la Revolución” se extiende hasta los médicos residentes en el extranjero recordándoles sus deslealtades políticas? Crecimos y nos formamos al amparo dañino de una Revolución que pisotea el Derecho y enturbia toda nobleza, creíamos que con sólo obrar de buena fe encontraríamos el derrotero correcto para la práctica de nuestra profesión. Viciaron nuestra capacidad de obrar, no nos engañemos, donde quiera que estemos, no sólo nuestros familiares son rehenes de un régimen vengativo que no duda en aplicar su poder. Aquí no hay exilios ni exiliados distintos, el optar por establecerse en otro país, lo cual es uno de los derechos básicos, te hace merecedor del calificativo de desertor y como tales son tratados cualquiera que sea el tiempo pasado fuera de Cuba. Lidiamos con un régimen vengativo y como señala uno de esos médicos ‘desertores” de las “solidarias y desinteresadas” misiones internacionalistas en África: “El régimen (de Castro) a fracasado en todo lo que ha intentado, pero conserva una gran capacidad de venganza.Castro disfruta vengándose, y aun conserva una gran capacidad para hacerlo" . Así que si eres médico escapado, serás siempre médico sancionado, e iras a engrosar una secreta “lista negra” a la cual solo tienen acceso los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Dictadura. ¿Hasta cuando seguiremos transitando en este doloroso Exilio, entre las falacias y las arbitrariedades del régimen? Salir siempre es un acto de Libertad para aquellos que definitivamente se desembarazan del régimen, y no se dejan manipular por los mecanismos que ensombrecen la dignidad y fracturan el decoro; como eso de “habilitarme” un pasaporte para tener derecho a viajar a mi Patria. Para aquellos que nos negamos a vivir sin decoro nos espera un regreso promisorio, y ya libres experimentaremos el reencuentro coronado por la virtud de la cual nunca se dudo, el amor que nunca se perdió y el recuerdo que nunca fue apartado. En definitiva, “no hay Patria sin Virtud” y a una Patria plena de virtudes aspiramos. © 2005 Dr. Eloy A. González
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