Así escribo en la agonía del destierro. Por Eloy A González.*
“Heridos, en la agonía del destierro, tan cerca del hueso que no nos parece que cuelga más que de un hilo la vida, ni nos quejamos, ni bajamos la cabeza, ni abrimos el puño, ni lo volvemos sobre nuestros hermanos que yerran, ¡ni se lo sacaremos de debajo de la barba al enemigo hasta que deje nuestra tierra libre! Nosotros somos el freno del despotismo futuro, y el único contrario eficaz y verdadero del despotismo presente. Lo que a otros se concede, nosotros somos los que lo conseguimos. Nosotros somos espuela, látigo, realidad, vigía, consuelo. Nosotros unimos lo que otros dividen. Nosotros no morimos. ¡Nosotros somos las reservas de la patria!” José Martí. Discurso en el Masonic Temple, 10 de octubre de 1888.
Se ha perdido el tiempo y con ello las palabras. Un noble intercambio de ideas sucumbe ante el ímpetu de querer mostrar que lo que pensamos en siempre lo acertado, lo correcto. Hay una espesa niebla de vanidad y desesperanza en este Exilio que día a día nos consume. Hay una suerte de desgracia colectiva que nos produce tantas congojas y nos lanza al espacio irremediable de la muerte. Hay en fin también, cierta esperanza.
Encuentro en mi papelería un intercambio con un joven empresario cubano radicado en Europa. Esto se produjo después que apareciera mi artículo intitulado: “A la Patria de una vez”. Conmueve ver una mente joven y dispuesta, hablar de Patria. Anhelar un regreso en libertad y convenir que hay que trabajar para ello. Apelar a tantos cubanos que habiendo dejado Cuba, en realidad Cuba no los dejo a ellos. Interesa ver repetir una frase que es como una obsesión cuando conviene en afirmar que basta ya de exilio; cuando sabemos que el fin del Exilio empieza con la desaparición de un régimen tiránico. Sabido es que no termina un Exilio cuando no se produce el derrocamiento de una dictadura, causa por demás de que hoy nos encontremos en este doliente destierro.
Sí, vivimos en la agonía del destierro. Y no es menester que en medio de un intercambio de puntos de vistas creativo y noble , la contraparte, sin ánimos de contienda, me endose un adjetivo nada favorable y que sumerja sus ideas en palabras en apariencias animosas. En ocasiones resulta lastimoso pasar del respeto a la irreverencia con argumentos irrelevantes.
A este punto me traen los mismos argumentos que envié como respuesta, que aunque parecen simples, fueron en su momento una contestación que pedía más que nada la continuidad de un diálogo que nunca pensé que podía interrumpirse. Estas fueron mis palabras:
“Siento y pido disculpas por haber demorado en contestarle lo que usted de forma amable me ha hecho llegar después de conocer de mí más reciente artículo. Comparto con usted los problemas relativos al drama del Exilio. Sobre esto hay muchas reacciones. Todo depende entre otras cosas de cuales fueron las motivaciones por la cuales muchos cubanos salieron de Cuba, la fecha y los eventos que vivieron en Cuba. He visto muy variadas reacciones y algunos ni se molestan en interiorizar el drama del Exilio. He conocido de personas que han salido de Cuba como refugiados políticos y ya aquí no les importa en los más mínimo, ni Cuba ni las decenas de presos y activistas de los cuales un día ellos mismos fueron parte de ese empeño opositor. Me alegra saber que usted siendo como es joven y habiendo salido de Cuba en condiciones muy distintas a otros, muestra especial cuidado en atender al drama que conlleva el Exilio, y ve con preocupación cual prolongado se hace lo que resulta ya un triste desarraigo. Este es con mucho un Exilio demasiado largo y al que no se pude llegar habiendo vivido más de 50 años. Hace varios años que estamos en este Exilio, aquí en una ciudad de Texas a donde llegamos como refugiados políticos. En ella nos asentamos y un día fuimos a probar suerte en Miami donde residimos algo más de un año. Nos ha ido muy mal…., muy mal. Se ha dicho con cierta certeza de que Miami no es una ciudad amable. No , no lo es. Pero esto es sólo un punto de vista. En Cuba trabajé en la oposición y cuando no me fue posible continuar allá, vine al Exilio. Visitando una exposición de Arte de Miami, me encontré con una persona con la cual hablé unos 20 minutos; dos días después me había recomendado para que escribiera. Ahí comenzó una práctica, la de escribir, que no ha encontrado descanso. Nunca he recibido remuneración alguna por esta actividad. Me alegra saber cuando un compatriota le va bien y lleva una vida exitosa en el Exilio; cuando esto sucede es como si me fuera bien a mí. Pero este Exilio para muchos resulta trabajoso. Es grado saber que este esfuerzo que hago (el de escribir), como otros en completa soledad y caminando por los nada agradables senderos del desamparado y la pobreza, encuentren adecuadas referencias. Dios quiera que la enfermedad que hoy visita el alma no me alcance como para no poder contar con el regreso. Un abrazo, deseándole todo lo mejor para Ud y su familia, conviniendo que las bendiciones de Dios le sean propicias.”
Y no hubo más respuestas; el silencio contrajo las buenas intenciones. Así es de complejo esta rara mezcla de Exilio y comunicación irrisoria que se da en estos tiempos.
Que el Exilio sea agonía, muerte lenta y en ocasiones queja y desamparado; no quiere decir que estemos a merced de la desesperanza y el abandono del fin supremo que es lograr para la Patria la libertad que ha sido quebrantada. Pero no nos merecemos en esta hora de infortunio, que aquellos que nos son próximos en este destierro, muestren el agresivo puño y se precien de atacar sin el menor asomo de decoro. No estamos para desgastarnos en pleitos de cantina, cuando la Patria se desgarra y sucumbe día a día.
Aún en medio de tanta pena, cuando el peso de los años, la enfermedad y la zozobra suelen minar los espíritus más preclaros de este Exilio. Este se erige en bastión y oposición eficaz en medio de la desesperanza y el abandono. No importa cuan difícil sean los tiempos que hoy vivimos; en cada alma noble entregada a la causa de la libertad de Cuba hay combate y consuelo. Seguimos siendo contrarios eficaces frente a una tiranía que se niega a desaparecer y que la única forma que hay para que desaparezca es recorrer los caminos de la beligerancia y el derrocamiento.
Nos negamos a morir, pero si así fuera; otros llevaran nuestro despojos a la Patria agradecida. Habrá un regreso jubiloso con días de regocijo para todos y las sonrisas de los niños serán confundidas con el clamor tardío de los mártires.
©2008
*Columnista. Panorama de Nuevos Horizontes. Hispanic Newspaper. 12-sep-08. Fort Worth, TX. E-mail: eloy_gnzlz@yahoo.com
_____________________
|