CARTA A LOS MILITARES CUBANOS. Por el Comandante Huber Matos.
Compatriotas: Estamos en el peor momento de nuestra historia, compitiendo en angustias con Haití, el más pobre e infortunado país del continente americano. Dos huracanes recientes han puesto en transparencia el drama acumulado durante medio siglo, resultante de un fraude enmascarado detrás de la demagógica campaña contra el "imperialismo yanqui".
Es obvio que no podemos superar las calamidades que enfrentamos hoy si ignoramos que Cuba lleva largo tiempo golpeada por políticas absurdas que han arruinado nuestra economía, dañado seriamente la infraestructura, dividido las familias y atentado persistentemente contra los valores y las costumbres que honran nuestras raíces.
Éramos una república que la Revolución debía consolidar y perfeccionar, incentivando el potencial de nuestro pueblo y el lógico aprovechamiento de nuestros recursos naturales, una vez restablecidas las libertades públicas y el sistema democrático pluripartidista, cumpliendo así el compromiso que nos llevó a la toma del poder en enero de 1959.
Lamentablemente se dio la espalda a ese compromiso con nuestros héroes y mártires, con nuestro pueblo, con nuestra América y con el mundo. La agenda de la egolatría, de la aventura guerrerista y de la traición se impuso, camuflada hábilmente por la demagogia y la mentira, empujando taimadamente a nuestro país al estalinismo y hacia toda clase de aberraciones. Incluida nuestra degradación a satélite de la URSS, a la complicidad con el narcotráfico y el terrorismo a nivel mundial.
El paredón, la prisión política despiadada, la tortura y el chantaje represivo han sido instrumentos muy útiles en esta prolongada agonía impuesta a nuestro pueblo. Cuba es hoy, y desde hace muchos años, un feudo empobrecido, atormentado ahora más que nunca, y explotado por una cúpula dinástica y corrupta encabezada por Fidel y Raúl Castro Ruz, quienes tienen de todo, hasta miles de millones de dólares depositados en el extranjero. Y como saben que el pueblo los detesta y temen el mismo final que el dictador rumano Nicolae Ceaucescu, están preparados con aviones y barcos para escapar llegado el momento.
¿Y qué piensan nuestros militares en estas largas y tristes horas, de un pueblo que no tiene cómo resolver los problemas de la existencia porque bajo el sistema impuesto por los Castro, todo depende del control del Estado y del Partido, es decir, de los instrumentos coercitivos manejados por ellos para prolongar la esclavitud de la población? ¿Qué compromiso de acatamiento puede haber con una élite mafiosa que nos impone un modelo de sociedad fracasado y absurdo, ya condenado al basurero en la marcha de la historia?
Y no nos engañemos pensando que un éxodo masivo de miles y miles de balseros es la solución. No, ni Estados Unidos ni los demás paises vecinos van a permitirlo. En el Siglo de la Informática, el futuro de la Nueva República está en una democracia que garantice el desarrollo del potencial de nuestro pueblo, una relación dinámica con el mundo globalizado, la integración cultural y política con las repúblicas latinoamericanas y el intercambio comercial con Estados Unidos.
Cubanos de la Fuerzas Armadas y del Ministerio del Interior: hay sólo una vía razonable y digna para responder al dramático reto que tiene ante sí nuestra comunidad nacional: la alianza con el pueblo, forjada en el abrazo fraterno de la multitud traicionada, con los soldados de Nuestra Patria. evitando a tiempo las consecuencias aún más trágicas de epidemias, hambruna y el caos generalizado que seguirán a los males presentes.
Una Junta de Gobierno, integrada por representantes de los Cuerpos Armados y de la Sociedad Civil en suelo cubano, con el respaldo del Exilio, se haría cargo de poner en marcha la transición y las medidas de urgencia para enfrentar la gravísima situación que golpea actualmente a la familia cubana. Aprovechando, para resolver la crisis, la oferta de ayuda masiva del gobierno de Estados Unidos y los recursos económicos y experiencia del Exilio, sumados al talento, iniciativa y laboriosidad de nuestro pueblo.
En cualquier caso, la libertad de todos los presos políticos cubanos debe ser una prioridad en la implementación del cambio y la edificación de la Nueva República. El Exilio responderá solidariamente, tanto para enfrentar las urgencias como para contribuír al resurgimiento integral de la nación cubana.
Con toda seguridad la historia se encargará de reconocer los méritos de aquellos que se identifiquen con las necesidades del pueblo y el bien de Nuestra Patria.
Comandante Huber Matos Miami, Septiembre 17 de 2008
La dirigencia actual del país y su sistema totalitario son incapaces de solventar la situación caótica en que está sumida nuestra nación. Sólo procuran las fórmulas para mantenerse en el poder, no las que puedan resolver la crisis que sufre el pueblo, incluyendo a los propios militares y sus familias.
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Palabras al pueblo cubano. Video realizado por Guillermo Milán Reyes, editor y redactor de "Cuba Democracia y Vida" con la ayuda del corresponsal de "Cuba Democracia y Vida" en Miami el 6 de enero del 2007 en la casa del Comandante Huber Matos. Miami USA.
OTRA CARTA DE HUBER MATOS A LOS MILITARES CUBANOS.
Compatriotas:
Este no es mi primer mensaje al personal del Minfar y del Minint, incluídos los retirados; y los veteranos del Ejército Rebelde. Insisto porque creo en los valores que van en nuestras raíces como pueblo y nación.
Es una realidad incuestionable que nuestra comunidad nacional en su conjunto encara una crisis de dimensiones catastróficas. La historia de medio siglo y las crudas realidades que angustian día tras día a nuestras familias en la república degradada a nivel de feudo miserable, ponen en transparencia unas cuantas cosas que nos obligan a buscar soluciones inaplazables, antes de que la situación demencial, la metodología del terror y el desprecio al pueblo, que prevalecen en la cúpula del poder, se concreten en más humillación y calamidades para los cubanos.
En Cuba hay pobreza porque el comunismo ha sido un fracaso en todas partes. Porque no hay libertad, porque los cubanos no pueden desarrollar su capacidad de trabajo y su creatividad bajo un régimen que los explota y persigue. Esto explica también que dos millones de los nuestros tomaran el camino del exilio. Otros cubanos menos afortunados han terminado en los "paredones", en el fondo del mar o enfrentando un presidio político horroroso, donde todavía se atormenta a corajudos e ignorados héroes del pueblo.
En realidad, Cuba entera es una cárcel grande donde el nativo vegeta a niveles de indigencia y exclusión, porque las preferencias son para los extranjeros con abundantes dólares, para los privilegiados de la "nueva clase"; y, por supuesto, para la "cúpula usurpadora".
Ansiosos de asegurar la obediencia incondicional de los militares, los Castro han repartido las empresas estatales a manera de "piñata" entre unos cuantos preferidos que incluyen, significativamente, a miembros del "clan dinástico". A esto se añade el manejo de los dineros del Estado en cuentas anónimas usando la banca extranjera con métodos similares a los del narcotráfico internacional, con el que, obviamente, han tenido buenas relaciones. La cocaína y la guerrilla de Colombia rebotan con fecuencia en La Habana y Varadero. Cuba ha sido y es santuario de la ETA y de otros connotados malhechores internacionales.
Durante años, la farsa criminal del Castrato ha sobrevivido apuntalada por la represión implacable, por "la válvula de escape" y por la complicidad de naciones como España, Canadá y otras que han mantenido recios vínculos económicos con La Habana. En los últimos tiempos, los petrodólares y la "fanfarria politiquera" de Hugo Chávez han evitado el colapso del régimen. Pero ahora la tiranía de La Habana está, inequívocamente, en "fase terminal' frente a un pueblo cansado de vivir en la mentira, con hambre y toda clase de humillaciones. La "estampa" de los Castro anuncia el final: Fidel es un escombro humano maquillado, una momia decrépita que repite pamplinas. Es Calígula dictando pautas entre el manicomio y el cementerio. Y Raúl es un "híbrido" de odio y miedo disfrazado de general y de líder. La muerte de Camilo Cienfuegos y la de Arnaldo Ochoa están entre sus muchas "hazañas".
Compatriotas: Pertenecer, o haber pertenecido, al Minfar o al Minint, no les impide participar en la reconstrucción de Cuba. Al contrario, todos los militares que no hayan cometido crímenes, son potencialmente valiosos aliados del pueblo cubano. Ustedes, desde los generales hasta los modestos soldados, pueden y deben ayudar a fundar la Nueva República, rompiendo con la tiranía e identificándose como aliados del pueblo que los apoyará y aplaudirá como héroes. Hay una distancia enorme entre ser hoy instrumento de una tiranía agonizante y corrupta, y ser protagonista de la nueva historia de la nación cubana. Pero hay que conjugar el deber con la audacia para la acción precisa que conduzca al éxito.
Ya la figuras representativas de la oposición en suelo cubano arribaron a un acuerdo de "Unidad para la Libertad", que cuenta con el respaldo casi unánime de sus iguales en el exilio. Es deber de todos los cubanos favorecer el cambio, estemos donde estemos, sin olvidar que el futuro pertenece a las generaciones jóvenes, aunque el compromiso con la patria nada tiene que ver con la edad. Y sepan que el exilio ayudará con todo lo que pueda para atender las necesidades urgentes que vienen con el cambio y favorecer el resurgimiento integral de nuestra nación. Los cubanos no queremos intervención militar extranjera, ni guerra civil, ni nada que signifique violencia con miles de hogares enlutados.
Una Junta Provisional de Gobierno, integrada por civiles y militares, debe asumir la responsabilidad de implementar el cambio, incluyendo, entre otras disposiciones, la excarcelación de todos los presos políticos, la disolución de los cuerpos de represión política, la vigencia de las libertades públicas y demás derechos fundamentales del ciudadano. Concluyendo al término de dos años con la celebración de elecciones libres, etc., etc.
La alianza del pueblo y los militares cubanos forjada en la dinámica de los hechos y en el compromiso con los héroes de verdad de nuestra historia, con los Céspedes, los Agramonte y los Maceo, etc., será el marco de garantía para avanzar hacia la realización de la Nueva República: La patria de todos los cubanos, menos los que la traicionan y prostituyen.
Militares cubanos: La opción está clara. De un lado: Cuba, la familia y el futuro. Del otro: Dos demonios que agonizan cargados de culpas y de miedo.
Junio 11 de 2007
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