Preso político con cuadro depresivo severo no recibe atención médica Por Yadiris Luis Fuentes ADN Cuba 25 de diciembre de 2024
Facebook/Andrés Lugo Pérez | Andrés Lugo Pérez fue condenado a ocho años de cárcel por manifestarse en julio de 2021
De acuerdo con información de Cubalex, el reo “sufre episodios de pánico, teme por su vida” y asegura que las autoridades lo quieren asesinar.
El preso político Andrés Lugo Pérez lleva casi 15 días con un estado depresivo severo. Actualmente, está ingresado en el hospital de la cárcel de Boniato en Santiago de Cuba, pero no ha recibido atención psiquiátrica.
En el día de hoy, ADN Cuba contactó con una fuerte cercana al recluso para actualizar la información publicada el fin de semana por el centro de asesoría legal Cubalex.
El prisionero, condenado a ocho años de cárcel por manifestarse en julio de 2021, sufre episodios de pánico, teme por su vida y asegura que las autoridades lo quieren asesinar. Necesita varios medicamentos para su tratamiento como Alprazolam, Diazepam y Clordiazepóxido, y su familia no puede costearlos.
“Su papá tiene la necesidad de conseguir los medicamentos, pero su chequera de 1500 pesos cubanos no le alcanza. Son medicamentos muy caros, y, con ese salario, es imposible adquirirlos”, comentó una fuente cercana a ADN Cuba.
Los medicamentos de las personas privadas de libertad deben ser garantizados por la institución carcelaria, pero esto no ocurre. Los familiares de Lugo tienen que acudir al mercado informal, ya que ni siquiera en las farmacias estatales (las únicas permitidas en el país) se encuentran las fármacos que necesita.
La familia recibe una ayuda desde el exilio para comprar los alimentos de Lugo Pérez, pero ese dinero “apenas alcanza para comprarle una jaba y llevársela a la prisión”, asegura la fuente.
La directora del hospital dijo a la madre de Lugo Pérez que lo están medicando con Benadrilina y Levomepromazina. Este último medicamento tiene varios efectos secundarios como somnolencia, agitación, insomnio, discinesias, hiperprolactinemia, manifestaciones extrapiramidales, hipotensión arterial, ictericia obstructiva, estreñimiento, disuria, galactorrea, hipotensión y convulsiones.
El padre de Lugo Pérez considera que debería ser remitido para el Hospital Psiquiátrico Provincial Docente Gustavo Machín, pero de momento permanece en el hospital del penal sin atención adecuada.
El preso político José Daniel Ferrer, quien estuvo ingresado en el hospital de Boniato tras una golpiza de sus carceleros, informó que los reclusos allí padecen de diferentes enfermedades y pasan hambre.
De acuerdo con Ferrer, los reclusos de Boniato cazan ratones para comer y hay personas con picaduras de chinches infectadas, leptospirosis, desnutrición, tuberculosis y escabiosis complicada por la falta de atención médica y medicinas.
Solo en diciembre se han reportado dos muertes de reclusos de ese penal. El 9 de diciembre falleció el recluso común identificado como Jorge Luis Torres Vaillant, "El Trillizo", tras obtener una licencia extrapenal.
Días antes murió Frank Morales Cuesta, presumiblemente por tuberculosis, aunque sus familiares afirmaron que murió de hambre.
Lugo Pérez fue condenado por los delitos de “atentado”, “desorden público” y “desacato” por su participación en las manifestaciones del 11J en Palma Soriano.
El acceso a la salud mental es un derecho humano básico y la negación de un tratamiento adecuado constituye negligencia institucional. Aun así, los presos con padecimientos mentales no reciben tratamientos efectivos.
De enero e inicios de septiembre de 2024, el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas registró que al menos 10 presos políticos intentaron suicidarse, autoagredirse o tuvieron ideas suicidas.
La falta de atención médica y de medicinas en las cárceles cubanas es denunciada con regularidad por los propios reclusos y sus familiares.
En el mes de noviembre de 2024 el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas registró 21 denuncias de prisioneros con problemas de salud y sin atención sanitaria.
De acuerdo con un informe de Cubalex, la legislación penitenciaria cubana debería asegurar el tratamiento adecuado para reclusos con enfermedades mentales, pero la realidad contradice estas garantías.
Entre 2022 y 2024 Cubalex registró 215 actos de represión contra reclusos con discapacidad psicosocial. Estos incluyen aislamiento, falta de medicación y agresiones.
La organización menciona que las licencias extrapenales, tan necesarias en estos casos, son negadas con frecuencia.
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