DDC Video: Boris González Arenas: 'El castrismo siempre va a tratar de dividir el exilio, y eso hay que revertirlo'. Diario de Cuba.
13-12-2024
'El castrismo siempre va a tratar de dividir el exilio, y eso hay que revertirlo' Diario de Cuba 13 de diciembre de 2024
El activista y periodista cubano Boris González Arenas conversa con DIARIO DE CUBA en torno a qué papel y cuán fundamental sería esa unión del afuera y del adentro en la democratización de Cuba.
"Cada exiliado tiene su dolor", dijo el activista y periodista de DIARIO DE CUBA Boris González Arenas en el "Foro DDC: Para la Cuba de Mañana", celebrado en Madrid el 24 de octubre. Ante la emoción de los asistentes, González Arenas se refirió a la importancia del dolor como posible motor que impulse las imprescindibles e impostergables reformas que el caos cubano reclama. Pero, ¿cómo se reparten los dolores en el camino hacia la conformación de una Cuba posible y habitable?
En diálogo posterior con este diario, el activista y periodista destaca que "todo exiliado es una persona que primero estuvo en Cuba. O sea, que lleva una carga de dolores del interior, del habitante de Cuba. Es una segunda capa de dolor la que le añade el exiliado a su experiencia de vida. Pero, por otra parte, deja de acumular lo inhumano del sistema de Cuba".
"O sea, el exiliado probablemente se cura, no lo sé porque no soy un exiliado, probablemente se cura de alguno de esos elementos de los que, sin embargo, los que estamos dentro de la Isla no nos curamos. Al contrario, le añadimos capas y capas de dificultad, sufrimiento e inhumanidad. Y el exiliado entonces empieza a vivir nuevos dolores".
Así, González Arenas subraya que "el dolor humaniza, da una versión de la humanidad, y es necesario para entender la humanidad". Pero matiza: "Si eso fuera así, sería posible, quizás, que habláramos de una Cuba superhumanista, de personas extremadamente sensibles desde el punto de vista humano. Y eso sería muy importante para una Cuba del día después. O para una Cuba del primer día, porque realmente tenemos que hablar de que el castrismo ha terminado una Cuba".
En cuanto al reparto de dolores, el periodista y activista destaca que "cada grupo tiende a pensar que tiene más dolores que otros. Hay quienes están afuera y tienden a pensar y decir que los cubanos que están adentro están pidiendo todo el tiempo, y a la inversa, los de adentro piensan y dicen 'Los que están afuera no tienen ni idea de lo que estamos pasando aquí adentro'. Son las incomprensiones de estos polos".
Sobre esta línea, de las incomprensiones de los dos polos y su natural proceso de desdibujamiento, añade: "Diez años atrás eran mucho más acentuadas, porque hoy WhatsApp, internet y la comunicación más fluida han hecho un puente, por ejemplo, de bienes materiales entre el exilio y la nación. El castrismo ha agravado su modelo de dependencia del exterior, y hoy casi toda familia cubana que tiene familiares en el extranjero es ayudada. No puede vivir sin esa ayuda".
Pero qué podría ser lo humano que vamos a necesitar en la Cuba el primer día. "Con la humanidad están relacionados los elementos que nos abren. Con la inhumanidad está relacionado lo que nos cierra. Como dice La sociedad abierta y sus enemigos (Karl Popper), individualismo y egoísmo no son sinónimos. Entonces, si vamos a hablar de la humanidad, la humanidad es precisamente eso que nos permite vivir en comunidad. La humanidad es aquello que nos permite coexistir con los distintos. Por eso democracia es humanidad. Porque la democracia todo el tiempo está tratando de perfeccionarse en su capacidad de vivir con lo distinto. Dictadura y tiranía todo el tiempo está cerrándose más a lo diferente", enfatiza.
Así, "el día siguiente esta sensibilidad nuestra se tendría que manifestar precisamente en eso, en cómo nos abrimos a lo diferente. Porque, además, si algo hay muy contrastante, si algo hay que no ayuda a la humanidad, es las grandes diferencias que tenemos los cubanos de hoy. Cuando digo Cuba no es la Cuba de la Isla, es la Cuba esa que tenemos nosotros, que es una Cuba difícil de concebir. Esa Cuba que no es el límite geográfico, sino que somos todos los cubanos donde quiera que estemos", recalca.
En tal sentido, respecto a las diferentes versiones de Cuba, González Arenas insiste: "El castrismo ha dividido, ha polarizado a la sociedad cubana. Entonces, si tú estás ahí, si tú eras castrista, el día siguiente voy a ver cómo te hago la vida un yogur. Eso no es humanidad. Porque, además, si tenemos familias grandes, es difícil que no tengamos un miembro de la familia del Partido Comunista, o comunista. Porque miembro del Partido Comunista y comunista son dos películas completamente diferentes, en dos cines en dos países distintos".
Pero, mientras ese primer día sigue sin llegar, ¿qué papel y cuán fundamental sería esa unión de la fuera y del adentro en la democratización de Cuba?
Sobre este acápite, González Arenas opina que "lo primero es continuar lo que estamos haciendo. Los que estamos concentrados en unir el afuera con el adentro, los que estamos concentrados en ese primer día, en realidad no es toda una sociedad, aunque en este momento tú veas una movilización muy grande de Cuba en favor de la democratización, que sin duda la hay. El exilio de la Florida, por ejemplo, cinco o diez años atrás ni remotamente tenía la movilización que tiene hoy en favor de la democracia de Cuba, con todos los problemas que tiene".
"Lo que hemos estado haciendo ha sido muy útil, ha tenido muchos beneficios. Ahora bien, hace falta terminar con el castrismo. Y el castrismo siempre va a tratar de dividir el exilio, y eso hay que revertirlo. Hay que trabajar mucho en ese sentido. Hay que mantener a un exilio cohesionado, no ideológicamente, porque por supuesto que un exilio es un arco ideológico muy amplio y eso no es importante, o sea, desaparecer las diferencias ideológicas, eso no es lo importante. Lo importante es cohesionarlo en torno a un objetivo claro, que es ese primer día. Nosotros necesitamos fundar el primer día. Eso es algo en lo que hay que trabajar mucho más", agrega.
Sin embargo, a pesar de las estrategias desplegadas por el aparato de inteligencia del régimen, González Arenas subraya que, en este momento, "el castrismo tiene muy difícil seguir dividiendo al exilio, porque económicamente está dependiendo de que esa relación sea buena. Si él fractura a los cubanos de adentro con los cubanos de afuera, los cubanos de afuera no le van a mandar comida a los cubanos de adentro, no le van a mandar dinero, no le van a mandar ropa. Y eso es de lo que depende el castrismo".
En cuanto a estas estrategias en favor de la división, González Arenas contó que "estar en Miami era ser anticastrista para los cubanos de dentro de la Isla. Y si te quedaban en Cuba, los cubanos de afuera decían 'No, yo no le mando dinero a mi hermana si mi hermana no sale de Cuba, yo no la ayudo porque no le quiero dar dinero a los Castro'. O sea, estaba muy bien identificado el espacio geográfico con el espacio ideológico. Eso se ha perdido".
Es por ello que "las estrategias del castrismo lo que nos están denotando son sus temores", dice y agrega: "Ante eso, lo esencial es la unión de los cubanos de adentro y de afuera, la comprensión del valor del cubano del exilio, comprensión de su dolor, de su sufrimiento, la comprensión del cubano dentro de Cuba, comprensión de nuestra zozobra. En estos momentos estamos en una situación agónica los cubanos dentro del país".
En tal sentido, González Arenas narra una anécdota personal: "Yo estuve 67 horas de apagón seguidas y, el problema no es la luz, yo puedo esperar a que se haga de noche y acostarme a dormir. El problema es si la comida se echa a perder, qué comen mis hijos. Cuando yo compro alimentos, solo puedo comprar para dos días, porque no tengo cómo guardarlo para siete. Y si yo compro alimentos para dos días, a lo mejor pierdo la oportunidad excepcional si aparecen alimentos para cuatro. En Cuba tú estás en la lucha por la comida y en un momento dado alguien te puede decir 'Oye, mira esto, la caja de pollo está barata por aquí, por el mercado negro'. Ah, pero si tú no tienes electricidad, no puedes comprar una caja de pollo porque se te va a echar a perder".
"Yo tengo mucho miedo de una simple fiebre en mi familia.No hay sistema de salud pública. No hay medicinas. Cualquier enfermedad que surja, yo en mi caso, que tengo el 80%, el 90% de mi familia afuera, quizás puedo pedir las medicinas. Pero si es urgente no me da tiempo", añade.
"Y si mi vecino necesita un antibiótico,y yo tengo, pero muy limitados, y tengo miedo por mis hijos, ¿se lo doy o no al vecino? Los antibióticos desaparecieron, no hay antibióticos. No sé si es suficientemente contundente lo que se está viviendo cuando a tu humanidad le tienes que imponer restricciones", reflexiona.
Sobre esta cuerda concluye González Arenas: "Nosotros hemos vivido agónicamente por 60 años, y eso hace falta revertirlo, porque no es humano. La agonía, el horror a un escenario posible, inmediato, el temor por tus hijos, el temor por tu esposa, el temor por tus hermanos, el temor por los tuyos, eso no es humano. Eso no humaniza. Eso destruye a la humanidad. Te vuelve un ente".