Cuba y la indetenible espiral de miseria Por Rafaela Cruz Diario de Cuba 1 de diciembre de 2024
Un mendigo en una calle de La Habana. Diario de Cuba
El castrismo sobrevive un intercambio suicida de pan para hoy y hambre para mañana, dada la reducción progresiva de la capacidad productiva del país.
"Este año hemos recibido solo el 48% del combustible planificado", y "de los 43 millones planificados para compra de materias primas, piezas de repuesto, producción de pan, mantenimiento y reparación de las calderas en la fábrica de lácteos, solo se han podido otorgar siete millones, un 9% del total planificado".
Esto reconocía el ministro de la Industria Alimentaria, Alberto López, para justificar que "el año pasado, de 22 producciones seleccionadas se decreció en 20, y este año no se cumple ninguna". Sin embargo, lo que realmente está reconociendo el ministro es el deprimente mañana que aguarda a un país incapaz ya no de mejorar, sino siquiera de mantener su capital instalado, que es de lo que depende su nivel de vida actual y futuro.
Ministerios, empresas y demás conglomerados estatales son incapaces de conservar en buen estado unos medios de producción —muchos robados en 1959— que se van tornando ineficientes e improductivos, víctimas de roturas más frecuentes y prolongadas, lo que aleja a la maquinaría de los rendimientos programados por sus fabricantes y las desfasa de versiones más modernas y eficientes, provocando que su productividad no solo sea decreciente, sino progresivamente más costosa, razón por la cual Cuba no es competitiva en nada más que torcer tabaco y fermentar ron… y esto último gracias a una empresa francesa.
Con maquinaria vieja y dañada, los ratios de explotación industrial se vuelven negativos, producir en Cuba arrojaría pérdidas en vez de beneficio, si el Gobierno no estuviese compensando sus costos de capital comprimiendo la remuneración de los trabajadores. El socialismo siempre comienza con el Estado subvencionando al pueblo, pero siempre termina con el pueblo subvencionando al Gobierno.
¿Y cómo andará el resto de la economía cuando un organismo priorizado como la Industria Alimenticia recibe menos de la mitad del combustible programado, y solo siete de los 43 millones que el plan estimaba necesarios para sus necesidades?
Toda economía "planificada" tiende a incumplir su propia planificación, porque el acto mismo de "planificar" desde órganos centralizados impide la plasticidad imprescindible para que cualquier ecosistema alcance su potencial.
Paradójicamente, la planificación, lejos de ordenar, desorganiza la asignación de recursos que, descentralizadamente, un mercado libre coordina y asigna con muchísima mayor eficacia cuando los precios no están intervenidos.
El resultado de la planificación socialista —en el capitalismo hay planificación, pero descentralizada— es que el próximo año Cuba tendrá menos de todo lo necesario para producir, así que obtendrá aún menores ingresos con los que podrá permitirse menores importaciones. Es una espiral donde cada ciclo productivo es más ineficiente y menos redituable que el anterior, una espiral de decadencia hasta ese colapso total en el que ya casi estamos.
Cubana de Aviación, Ferrocarriles de Cuba, Antillana de Acero, la industria azucarera o la enorme Flota Cubana de Pesca son solo algunos ejemplos de las muchas industrias ya colapsadas, mientras que la generación eléctrica, aunque por el mismo camino, no la pueden dejar morir porque se apaga el país y se les tranca el juego. No se sabe hasta donde podrán estirar ese chicle que quieren saborizar con paneles solares… que luego de instalados no servirá ninguno a los seis meses porque el socialismo es corrosivo.
Sin acceso al crédito internacional, dado su prontuario criminal de impagos y su guerrita con Estados Unidos, el castrismo se sostiene endeudándose internamente; por un lado, con devaluación monetaria —inflación— para deprimir el salario real de los trabajadores, generalizando la miseria y la dependencia de las remesas para sobrevivir, y, por otro lado, no cubriendo los costes de mantenimiento del capital físico —maquinaria, edificios, carreteras, etc—, liberando así recursos a corto plazo para consumo, que debieron haberse destinado a inversión —mantenimiento, repuestos, nueva tecnología—, un intercambio suicida de pan para hoy y hambre para mañana, dada la reducción progresiva de la capacidad productiva.
Hasta el turismo sufre la lepra de la descapitalización. Es más "vistoso" y eficiente a corto plazo —tanto desde la perspectiva del PIB como de la del lavado de dinero— inaugurar nuevos hoteles que pagar el mantenimiento adecuado de los antiguos. Mientras, quejas de turistas por las condiciones lamentables de la infraestructura hotelera cubana, aun la que es prácticamente nueva, repletan las redes sociales.
Para invertir esta espiral de miseria, el castrismo tendría que adoptar una política económica verdaderamente liberal, o encontrar una nueva URRS o Venezuela que lo adopte a él. Como ninguna de esas posibilidades parecen factibles, el socialismo en Cuba seguirá de victoria en victoria hasta la derrota final, que llegará en forma de colapso económico.
Ese colapso probablemente estará acompañado por una trifulca entre los del PCC, que solo son relevantes en este sistema totalitario de confrontación con Estados Unidos, y los militares, que tienen dinero y puede convenirles un capitalismo corrupto como el de Rusia. El hilo está tenso… veremos por dónde se rompe.
|