Isla Libre promueve "una guía práctica enfocada en ayudar al pueblo cubano" en la búsqueda de la libertad Los autores llaman a los ciudadanos a "despertar y actuar" a través de la resistencia civil pacífica 14ymedio 17 de noviembre de 2024
El 'Manual' se dirige a los cubanos agobiados por las preocupaciones diarias. / EFE
El concepto de un libro vivo, que “crezca y evolucione” con el tiempo y las colaboraciones, anima el recién creado Manual del proyecto Isla Libre. Confeccionado como una suerte de enciclopedia cívica, con la posibilidad de que sus lectores envíen nuevas reflexiones y entradas, el documento pretende ser “una guía práctica enfocada en ayudar al pueblo cubano” en la búsqueda pacífica de libertad.
En su introducción, el Manual se dirige a los cubanos agobiados por las preocupaciones diarias, los apagones y las carencias, y los jóvenes y adolescentes que “ya piensan en emigrar antes de terminar sus estudios”. Abierto al diálogo, el objetivo declarado de Isla Libre es “descifrar por qué Cuba está en ruinas, entender qué queremos los cubanos y qué hacer para lograrlo”.
Por otra parte, el libro también se dirige a los gobernantes y actores institucionales del régimen, a quienes llama a una reflexión sobre su situación ética, y a la Policía y las Fuerzas Armadas, cuyos compromisos de proteger a los cubanos no están cumpliendo. “Ustedes ven de primera mano cómo la miseria engendra delincuencia, cómo nuestros niños y adolescentes forman pandillas y roban para poder comer, cómo la desesperación convierte a personas honestas en delincuentes”, afirma.
“Despertar y actuar” son las dos claves que, según Isla Libre, marcan el texto. Sin un esfuerzo personal por la liberación, añaden, es inútil esperar la ayuda internacional. “¿Cómo esperamos que el mundo nos tienda la mano cuando año tras año le mostramos la imagen de un pueblo que aparentemente apoya a sus opresores?”, aducen.
Cuba enfrenta las consecuencias de 65 años de dictadura, una palabra que Isla Libre utiliza sin ambages para definir la “cadena invisible que ata las manos del pueblo cubano”. Un sistema, afirman, que lleva décadas perfeccionando sus mecanismo de control, adaptados a cada etapa histórica y que busca –y ha logrado– la perpetuidad en el poder. Que los cubanos sientan que nacer en la Isla es un “fatalismo histórico” es parte de la maquinaria, señala el texto: coarta todo intento de desafiar al poder.
A través de tablas y listas concisas –el Manual no pierde tiempo y subraya en todo momento su interés de “ir al grano” del panorama cubano–, el documento presenta la realidad cubana y sus diferencias, en términos políticos, legislativos, sociales y económicos, con cualquier democracia funcional. El contraste queda resumido en una frase: “Mientras el mundo moderno debate sobre qué tipo de progreso es mejor, en Cuba luchamos simplemente por sobrevivir”.
¿Soluciones? Isla Libre propone que sean radicales: restaurar las libertades individuales, establecer la separación de poderes, fomentar una economía abierta y garantizar los derechos humanos. Conscientes de que el cambio no llegará solo, el libro propone estrategias concretas para lograrlo pese a las trabas que impondrá la dictadura.
Varias de estas estrategias se orientan no solo a la resistencia ciudadana, sino a otra modalidad de combatir a la dictadura: mejorar –en lo posible y con los múltiples obstáculos que supone vivir en la Isla– la calidad de vida.
Contra el panorama inhóspito que ha generado el Gobierno, vivir de acuerdo a ciertos principios de optimización y ahorro no es hacerle el juego a las autoridades, aducen, sino demostrar que se puede vivir con dignidad aunque la dictadura se empeñe en borrarla.
Isla Libre recomienda la crianza de animales pequeños –gallinas ponedoras, sobre todo–, la cocina eficiente y si es posible comunitaria, el aprovechamiento del combustible, la utilización de productos caseros, mantener pomos de hielo y reciclar. Además, proponen impulsar redes de trueque –tanto de productos como de habilidades– entre grupos de confianza, grupos de intercambio de información útil y sistemas de cuidado infantil y de ancianos.
También aconsejan la creación de bibliotecas comunitarias –no sujetas a la censura de las instituciones estatales– y de círculos de estudio. “Necesitamos documentar y comunicar la realidad para contrarrestar la propaganda oficial y mostrar al mundo lo que realmente sucede”, pide Isla Libre.
A quienes exigen una acción más radical contra el régimen, Isla Libre responde que su meta “no es crear mártires, sino lograr el cambio que Cuba necesita”. Sin embargo, reconocen que la represión violenta sigue siendo –sobre todo después del 11 de julio de 2021– una respuesta “sistemática y brutal” del Gobierno.
Ante este tipo de escenarios, el proyecto aporta un detallado manual de técnicas y consejos, que incluyen –ante una posible detención– estar preparados para las tácticas habituales de la Seguridad del Estado, como la privación del sueño, las amenazas a la familia, utilizar “falsas confesiones” de un amigo o colega, y la desorientación temporal. Además, invitan a “aprender a detectar” objetos y personas inusuales, como un carro estacionado en un lugar poco habitual o algún desconocido que aparezca repetidamente.
Advierten, además, sobre la desinformación que el régimen ejecuta en las redes sociales y el papel que la difusión de rumores juega en este proceso. Recomiendan el uso de aplicación de mensajería Signal, “la más segura por defecto”.
“En esta Cuba donde la escasez nos desgasta y la represión ahoga nuestras voces, hay una verdad que aún no comprendemos bien: el poder real siempre ha estado en nuestras manos. No en fusiles ni en decretos, sino en nuestra capacidad de unirnos y actuar como uno”, resume Isla Libre.
El proyecto incluye, además, una página de contacto y sus gestores están interesados en la colaboración de redactores, diseñadores visuales y especialistas digitales.
|