Lcdo. Sergio Ramos.- San Juan, Puerto Rico a 6 de octubre de 2024.- La dictadura castro-comunista de Cuba está atravesando por una profunda crisis cuyos medios tratan en vano de ocultar al público. Sin embargo, los hechos están a la vista de todos. No hay gasolina, por ende, la transportación se ve profundamente afectada. La escases de alimentos es sumamente crítica, al punto que el pueblo está pasando hambre. La falta de medicinas es extremadamente seria. Hay serias dificultades en la transportación pública. Las calles están convertidas en basureros, afectando la salud del pueblo. Hay crisis de vivienda adecuada para los cubanos, por falta de materiales para su fabricación o mantenimiento, así vemos como en áreas donde existen edificaciones antiguas, el estado de estas es ruinoso, ocurriendo derrumbes que ponen en peligro la vida de sus habitantes. Esta tétrica situación mantiene un alto nivel de disgusto y descontento en el pueblo de Cuba.
Los efectos, no solo repercuten en el pueblo, sino también en la moral de los miembros de las altas esferas gobernante, quienes temen un desplome del régimen ante una la latente explosión social a causa del gran descontento popular debido al descalabro socio-económico por la que atraviesa el país.
Esta situación también está causando la desmoralización y el desencanto entre los cuadros simpatizantes del régimen. La desmoralización de los cuadros castristas debilita al régimen opresor y fortalece a la oposición contra la dictadura.
La desmoralización de los cuadros pro-castristas se observa en el incremento de las deserciones de altas figuras, las cuales han optado por abandonar la isla.
Entre ellos se destaca Manuel Menéndez Castellanos quien llegó a Miami el pasado 5 de agosto y que fuera el primer secretario del Partido Comunista de Cuba para la provincia de Cienfuegos.
El abril 19, de 2024 desertó y pidió asilo en Estados Unidos, y fue admitido bajo parole, el piloto de la Fuerza Aérea de Cuba que participó en el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate, el piloto Luis Raúl González-Pardo Rodríguez.
También desertó la expresidenta de la Asamblea del Poder Popular de la Isla de la Juventud, Arelys Casañola Quintana quien llegó a Estados Unidos el 20 de abril de 2024. La ex jueza Magaly González Pedraza, quien llegó a Tampa el 30 de mayo de 2024 y pidió asilo. Una jueza que sentenció a prisión a varios jóvenes que se manifestaron contra la dictadura en las protestas del 11 de julio de 2022.
Más recientemente aun, el pasado 30 de septiembre, el viceministro en funciones del Trabajo y Seguridad Social del régimen, Juan Carlos Santana Novoa desertó estando de visita en México y pidió asilo en la frontera sur de los Estados Unidos, dándosele entrada bajo ‘parole’.
Estos, algunos entre otros muchos más, que han desertado y pedido refugio en los Estados Unidos. Sin embargo, hay aspectos que preocupan respecto a la admisión de estas personas a los Estados Unidos y los cuales van a residir en distintas comunidades del exilio cubano.
Primero aspecto a indagarse es: ¿Son desertores o infiltrados? Sabemos que, desde los principios de la dictadura castrista, el régimen, a través del Ministerio del Interior, ha infiltrado a sus agentes para espiar al exilio, o desinformar y crear discordias y divisiones entre los luchadores por la libertad de Cuba en el exilio, o para fomentar y promover acciones desestabilizadoras o para estimular la organización y acción de grupos terroristas de izquierda o para espiar las actividades políticas y militares del gobierno norteamericano.
Un caso notorio lo fue quien hoy día es el presidente del organismo represivo del régimen cubano conocido como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) Gerardo Hernández Nodelo, quien fue infiltrado en Estados Unidos para fines de espionaje y fue condenado a varios años de prisión por un Tribunal Federal por espiar las actividades de organizaciones anti-castristas en Miami y al Comando Sur de las Fuerza Armadas norteamericanas.
Segundo aspecto a investigarse es: ¿Son funcionarios o militares que participaron en la represión y las violaciones de los derechos humanos del pueblo o eran simples funcionarios que meramente creyeron y cooperaron con el régimen y ahora están desencantados y arrepentidos?
Tales preguntas deben ser contestadas en función de un serio escrutinio e investigación realizadas por las agencias de seguridad pertinentes de los Estados Unidos para cada una de personas con dichas características que intenten entrar al país.
Por cuanto, por razones de seguridad nacional, tal minuciosa y profunda investigación debe hacérseles a todas las personas con dicho historial, antes de darle entrada a los Estados Unidos, pues de ese modo se minimiza el riesgo de la penetración de agentes y espías del régimen y de igual modo, ha de investigarse si la persona ha cometido serios crímenes de lesa humanidad.
Esta regla, no solo debe ser aplicada por los Estados Unidos, sino por los países libres y democráticos del mundo para evitar la nociva penetración de agentes castristas.
Sin embargo, al desertor sincero, plenamente arrepentido y desencantado del régimen opresivo, que no haya cometido crímenes de lesa humanidad y/o acciones represivas contra el pueblo cubano, debe dársele asilo y la oportunidad de vivir en libertad.
San Juan, Puerto Rico a 6 de octubre de 2024 sergioramossuarez@gmail.com |