¿Qué oculta el anuncio de politizar las MIPYMES? Por Roberto Álvarez Quiñones Diario de Cuba 7 de septiembre de 2024
Nadie puede descartar que el régimen cubano persista en esta cruzada contra la propiedad privada, que causaría la quiebra de miles de MIPYMES, hambruna y crisis humanitaria.
"La vida nos está demostrando que faltaba control sobre determinados problemas". Así justificó el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, su anuncio de crear comités del Partido Comunista (PCC) y de la Unión Jóvenes Comunistas (UJC) en las MIPYMES (pequeñas, medianas y microempresas).
Traducido del léxico castrista lo que dijo fue que se ha decidido la intervención político-estatal de las MIPYMES, sobre todo las no enchufadas al régimen.
Y digo intervención político-estatal porque el PCC no es un partido político. Todo partido comunista que se posesiona como Gobierno (nunca democráticamente) pasa de partido político a ser un Partido-Estado que arrasa con las instituciones clásicas del Estado-Nación, al que engulle y suplanta. Así ha ocurrido en todos los países comunistas.
El Partido-Estado de Cuba, sin embargo, es muy singular. Es igualmente un pulpo estatal represivo, económico, administrativo, y de propaganda, que mete miedo a las "masas", las adoctrina, y las controla, pero está subordinado a una mafia militar que es el poder supremo por encima del Partido-Estado y controla las Fuerzas Armadas, las empresas estatales que aún dan ganancias, y el 90% de las divisas que entran en el país. Y sin rendir cuentas a nadie.
Pues bien, como si fuera poco, en su ofensiva contra las MIPYMES el Partido-Estado va a utilizar su brazo sindical totalitario. El pasado 3 de octubre la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) constituyó en el centro recreativo "El Castillito", de La Habana, el primer buró sindical (impuesto a la fuerza) en el sector privado del comercio, la gastronomía y los servicios. Y piensan hacerlo en todas las MIPYMES del país.
Es decir, la única central sindical de Occidente que representa a la patronal y reprime a los trabajares también forma parte de la mayor arremetida contra la propiedad privada desde la "Ofensiva Revolucionaria". Lo que pasa es que el proxeneta régimen parece no haberse enterado de que estamos en 2024 y no en 1968, cuando tenía un "paganini" que lo mantenía a todo dar.
Maniatar o sacar del juego a MIPYMES que compiten con GAESA
Esta guerra raulista tiene dos objetivos: 1) maniatar, o sacar del juego a las MIPYMES independientes que compiten con GAESA y, de paso, amarrar cortico también a las MIPYMES enchufadas al régimen para que no se embullen y quieran independizarse; 2) reafirmar el paripé de la "continuidad de la revolución" y afianzar el control del PCC y la CTC sobre el sector privado.
Actualmente hay en Cuba 11.288 MIPYMES, de las cuales 222 son estatales, según datos oficiales. Las grandes e importantes están enchufadas al régimen, o son propiedad de oligarcas dictatoriales, o de "hijos y nietos de la Revolución", de testaferros, y amiguetes, o son propiedad enmascarada de GAESA.
Muchas MIPYMES figuran como independientes y no lo son, pero otras sí lo son, y es contra ellas que básicamente va dirigida la embestida en curso. También hay negocios privados que se "llevan bien" con el Gobierno, pero no están directamente enchufados a él.
Por otra parte, están los cuentapropistas, las "mulas", las furtivas micro-redes farmacéuticas privadas, comerciantes por la libre, y el indispensable y enorme mercado negro. Y ahí no hay PCC, ni sindicato que valga.
La propiedad privada se ha hecho ya imprescindible
En fin, hay en Cuba un fenómeno nuevo que la dictadura se niega a metabolizar: la propiedad privada esta vez regresó para quedarse. Y no me refiero solo al capitalismo de GAESA, o al modelo neocastrista (aún con el Raúl Castro vivo) que ya edifica la mafia militar, ni a las MIPYMES de oligarcas e "hijos de papá", sino al sector privado en general como expresión del fracaso comunista.
Siempre recuerdo una frase que corría de boca en boca en la Polonia sovietizada: "el comunismo es un largo camino que va del capitalismo al capitalismo". Y eso en Cuba es ya ostensible. En la Isla, para poder sobrevivir, se depende cada vez más de la propiedad privada, y no de las "empresas consolidadas" estalinistas que instaló el "Che" Guevara.
El carácter imprescindible de la propiedad privada el régimen ya lo admite. El primer ministro, Manuel Marrero, hace poco reveló que el sector privado realiza el 44,4% de todas las ventas del país, y que el sector "no estatal" (la palabra privado le da alergia) genera el 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
También informó Marrero que en el primer semestre de este año el sector privado importó productos por valor de 936 millones de dólares. Si al finalizar el año esa cifra llegase a 2.000 millones y el país importase 6.500 millones, el 31% del total lo habrá comprado la empresa privada. Y no importa si enmascarada por GAESA, pues funge como mercado mayorista de MIPYMES independientes que son las que venden al detalle en los barrios.
Lo más elocuente es que, según reveló el diario Granma hace poco, al finalizar 2023 el sector "no estatal" empleaba a 1,6 millones de trabajadores. De acuerdo con datos oficiales ya el sector privado cubre el 31% de todos los empleos del país.
El Estado no podría cubrir vacío dejado por "la mano invisible"
Pero ese porcentaje es superior porque el Gobierno no contabiliza a cientos de miles de trabajadores que laboran por su cuenta, como los ya citados, y otros como maestros "repasadores", cuidadores de enfermos o ancianos; sirvientes en casas de dirigentes y de gente rica con dólares, etc.
El Estado castrista es ya incapaz de cubrir un vacío de más de un 20% del PIB que genera el sector privado, ni cubrir el 44% de las ventas totales, ni dos millones de empleos, ni nada de lo que hoy llena "la mano invisible" a la que se refería Adam Smith (empresa privada), pese a las trabas que se le ponen.
Claro, con Castro II aún de "líder", y con el cuasi monopolio de GAESA en las ramas económicas aún rentables, este embrión de capitalismo está limitado al comercio y no a la industria. No produce bienes industriales, pero eso también llegará.
Lo cierto es que, sin ingresos estatales suficientes, con el turismo, las exportaciones y las remesas a la baja, la industria y la agricultura destrozadas, sin el combustible necesario, sin acceso a créditos internacionales, con una deuda externa abrumadora, el castrismo ya no puede parar lo que contra viento y marea continuará su camino, en gran medida gracias al dinero de la diáspora.
Pocos chivatos: el PCC y la CTC se desinflan
Y politizarlo no será posible, y muy difícilmente sindicalizar la propiedad privada. Habrá muy pocos candidatos para chivatos y esbirros PCC-CTC. Además, el PCC, la UJC, y la CTC se están desinflando.
Son cada vez más los jerarcas partidistas que se quejan de que son muchos más los militantes que abandonan el PCC que los nuevos ingresos. La jefa del PCC en Santiago de Cuba, Beatriz Johnson, reveló que hay centros laborales en los que ya no hay núcleos del PCC porque no hay militantes.
En la UJC la situación está peor. En una empresa estatal, que el sitio Anonymous no identificó, una dirigente de la UJC insultó a una militante llamada Yanet porque solicitó su baja. Y otra dirigente comunista destacó que en esa empresa en los últimos meses otros 11 militantes se han dado de baja de la UJC, y varios de ellos "con cargos en la organización, y hasta militares".
Por eso el PCC y la UJC no dan cifras de membresía, o mienten. Y la CTC tampoco da cifras, ni por sindicatos ni nacionalmente. Lo que todo el mundo sabe es que la "masa sindical" cubana también se desinfla. Cientos de miles de sindicalizados han emigrado, otros lo harán próximamente, sobre todo los más jóvenes.
En otras palabras, el "relevo histórico de la Revolución" la rechaza de plano, y también "el hombre nuevo" del "Che" Guevara. Ahora emigran juntos.
Es simple: en Cuba hay que liberar ya todas las fuerzas productivas y echar a la basura la letal idiotez de fortalecer los "consolidados" guevaristas para "ahora sí construir el socialismo", como afirmó en 1987 Fidel Castro, después de él mismo haber declarado 27 años antes el inicio de dicha "construcción".
Claro, nadie puede descartar que se persista en esta cruzada contra la propiedad privada. Si lo hacen causarían la quiebra de miles de MIPYMES y otros negocios, hambruna, y crisis humanitaria.
Pero también podría significar el colapso socioeconómico del país. Posiblemente la disyuntiva de seguir adelante, o darle otro giro a esta "Ofensiva Revolucionaria II" para hacerla más light, o desecharla, planea sobre la cúpula dictatorial. En las próximas semanas veremos qué hacen.
En cuanto a la pregunta del título, no importa lo que decidan los oligarcas, no pueden escapar de la tozuda realidad: en Cuba el sector privado ya es ¡irreversible! ¿No?
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