La crisis migratoria y el aumento de la violencia 'son muy perturbadores' para los menores cubanos Por Alfredo Herrera Sánchez Diario de Cuba 27 de septiembre de 2024
Niños caminando por una avenida habanera. DIARIO DE CUBA
'Me interesa rescatar un término que ha ganado importancia, y es el luto migratorio'. Una psicóloga, una socióloga y una doctora en Estudios de Migración hablan sobre estos temas.
La crisis migratoria y el aumento de la violencia afectan considerablemente al desarrollo de todos los cubanos, pero generan daños aún peores en los niños y adolescentes. DIARIO DE CUBA conversa con tres expertas para indagar acerca de las consecuencias que dejan esos fenómenos en los menores de edad.
"El pueblo cubano emigra como respuesta ante la desesperada situación que se vive en el país", explica a este diario la socióloga Helen Ochoa Calvo, residente en la ciudad de Cienfuegos. "Ha sido el único recurso que ha dejado el régimen para quienes quieran y puedan vivir una vida digna con el sudor de su trabajo. Hay ejemplos desgarradores de la separación de padres e hijos desde el triunfo de la Revolución, pero ninguna crisis ha sido tan escandalosamente alarmante como esta que aún estamos presenciado. No solo se van los padres dejando atrás a sus hijos menores, también se van hijos dejando atrás a sus padres mayores".
Aurora García Morey, doctora en Ciencias Psicológicas especializada en trabajo con menores y profesora de la Universidad de La Habana, precisa: "Toda partida tiene un impacto negativo en el que se queda o en el que se va, porque pierde a alguien. Si un niño o adolescente que tiene la estructuración de un hogar y un sistema de vida, de pronto pierde a alguno de los miembros de ese sistema, pues claro que eso puede tener un impacto de carácter negativo en el plano emocional".
"Eso es muy perturbador", añade Loraine Morales Pino, una cubana doctora en Estudios de Migración residente en México. "Siempre hay que pensar que si los adultos están perturbados con los procesos migratorios, imagina a los niños. En estos últimos tiempos han migrado muchas familias. El tema de la migración en los menores cubanos es un asunto que merece ser más abordado desde la academia".
En declaraciones anteriores a DIARIO DE CUBA, Morales había definido el conjunto de experiencias que viven los menores involucrados en procesos migratorios. Ahora hace hincapié en ese concepto: "Me interesa rescatar un término que ha ganado importancia, y es el luto migratorio. Se trata de los cambios que experimentan los menores tras migrar o ver partir a su familia. Hay que indagar en cómo los niños enfrentan el cambio de prácticas a su alrededor, en cómo dejan atrás, por ejemplo, a sus abuelos, figuras que en Cuba tienen un peso muy grande dentro de la familia. Hay que explorar cómo ellos viven esos procesos de duelo".
En cuanto al aumento de la violencia y la inseguridad ciudadana, Ochoa, la socióloga cienfueguera, expone la responsabilidad del régimen cubano: "La familia cubana no solo está dividida por la emigración desangrante. Ha sido infelizmente sometida a un férreo bombardeo de ideologización que hace muy difícil que pueda deslindarse de los patrones culturales impuestos por el comunismo: doble moral, intransigencia, intolerancia, vulgaridad y violencia como respuesta a quienes piensan diferente".
El líder del gobernante Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel, reconoció ante el Parlamento cubano en julio de 2024 el aumento de los índices de violencia e inseguridad. Con frecuencia trascienden reportes de víctimas de robos o asesinatos, donde muchas son menores de edad.
García, psicóloga especializada en el campo infantil, habla de las complejidades que pueden generar ese tipo de sucesos en los niños y adolescentes: "Mientras más tensiones o más violencia, o peor manejado hayan estado determinados procesos de su entorno, pues lógicamente los niños pueden dar señales preocupantes. Esos problemas a veces no son manejados adecuadamente por la familia. En sentido general, la vivencia de violencia siempre genera daño y afectación en el menor. El niño es como una esponja que recoge todo lo que está sucediendo a su alrededor. Los menores que sufren violencia pueden cambiar hasta sus inquietudes o su forma de expresarse. Los síntomas pueden variar y se determinan tras un proceso de evaluación psicológico".
Ante el panorama presente, Ochoa reivindica el papel de la familia como salvaguarda de las nuevas generaciones: "El rol de la familia es insustituible en las condiciones actuales de crisis total de la sociedad cubana. El Estado ha demostrado ser incapaz de proporcionar al pueblo seguridad en ningún orden. Entonces la familia se vuelve el mayor refugio de transmisión de valores para hacer frente a la necesidad de forjar a los futuros ciudadanos".
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