LOS FALSARIOS EN LA DEMOCRACIA Por: Lcdo. Sergio Ramos 15 de septiembre de 2024
Lcdo. Sergio Ramos.- Los procesos eleccionarios son parte esencial de la democracia. Sobre todo, cuando estos son inclusivos de las diversas tendencias políticas del país garantizándose el derecho al voto a todos los ciudadanos y los procedimientos de escrutinio de los votos son imparciales, transparentes y limpios.
En la democracia el inalienable derecho a la libertad, el respeto pleno a los derechos humanos y la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley son requisitos esenciales para que esta sea real y efectiva. Se trata del “gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” como bien lo definiera Abraham Lincoln. La democracia plena de los pueblos es el antídoto a la opresión.
Sin embargo, hay quienes se aprovechan y utilizan las virtudes y ventajas de la democracia para, solapadamente, alcanzar el poder con el propósito de imponerle a los pueblos nocivas dictaduras y regímenes totalitarios; cuyo efecto es la opresión y esclavización de los ciudadanos para beneficio de quienes le conculcan la libertad a los pueblos.
Los falsarios extremistas de la izquierda suelen disfrazarse de democráticos creando un rejuego mentiras y demagógicas promesas para alcanzar el poder engañando a los electores, y una vez electos y consolidados en el control del gobierno, proceden a cambiar las reglas del juego, enmendando para su provecho las normas constitucionales democráticas y leyes protectoras de los derechos de los ciudadanos, entronizándose en el poder y desencadenando una inmisericorde persecución contra sus opositores y los defensores de la democracia y los derechos humanos.
Este perverso método de apoderarse ilegítimamente del poder lo hemos visto en Latinoamérica. Esas fueron las maquiavélicas maniobras que usaron Hugo Chávez y Nicolás Maduro en Venezuela y las que usó Daniel Ortega en Nicaragua, quienes, tras alegar supuestas victorias electorales, asumieron en poder para destruir las democracias en sus respectivos países e imponer dictaduras que oprimen a sus respectivos pueblos.
Hace años en Chile, en la década de los setenta, Salvador Allende trató de imponer un régimen dictatorial de izquierda siguiendo el modelo de Cuba, luego de ganar unas elecciones bajo la promesa de respetar la democracia.
El propio tirano Fidel Castro, aunque no asumió al poder por las elecciones, engañó al pueblo prometiendo respetar la Constitución democrática de Cuba de 1940 y realizar elecciones libres; promesas que nunca cumplió apoderándose del poder e implantando la peor y más sanguinaria dictadura que jamás haya habido en el continente Latinoamericano.
Hoy día, en muchos países del mundo se repite este maléfico rejuego de los enemigos de la democracia; por cuanto los pueblos deben estar muy alertas para detectar y oponerse firmemente a quienes con el disfraz de democráticos buscan implantar un régimen dictatorial.
Desenmascarar y frenar las perversas intenciones de los falsos demócratas y concientizar a los pueblos de los peligros para la libertad y la democracia que constituyen esos falsos demócratas, enemigos de la democracia, es deber insoslayable e imprescindible de todos, para proteger la democracia y la libertad de los ciudadanos, y evitar que los pueblos se conviertan en victimas oprimidas por potenciales represores.
Defender y proteger la libertad, los derechos humanos y la democracia es un derecho inalienable de todos los pueblos.
San Juan, Puerto Rico a 15 de septiembre de 2024
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