(Parte IV y Final) Batista lo amnistió, pero la historia no lo absolvió. Por el Ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.
04-09-2024
“En las democracias, las revoluciones son casi siempre obra de los demagogos.” Aristóteles
Ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.- Continuaré analizando los principales problemas de Cuba en la versión de "La historia me absolverá" publicada en la enciclopedia castro-comunista EcuRed. Fidel Castro mencionó seis problemas en su autodefensa de los que analicé los dos primeros en parte III. Me propongo abordar los restantes sintéticamente pues actualmente la realidad supera la ficción. Los cuatro problemas por analizar son los siguientes:
Mis comentarios carecerán de estadísticas y estudios pues, como he explicado, además de la falta de información confiable, prefiero hacerlo desde el punto de vista del cubano de a pie pues mis pretensiones son contribuir a demostrar la farsa de las promesas de la Revolución.
-El problema de la vivienda
El problema fundamental según el autodefendido era que: “400.000 familias del campo y la ciudad vivían hacinadas y casi dos millones y medio de la población urbana pagaba altos alquileres por las casas que ocupaban”. Una exposición más explícita sobre los antecedentes y situación actual la presenta el sitio web “La Joven Cuba”, del cual expongo lo siguiente:
“Cuando el gobierno cubano tomó el poder en 1959, se encontró con una parte del sector de la vivienda muy deteriorado debido al déficit habitacional existente, las notables diferencias entre el campo y la ciudad, la variabilidad de los materiales usados y la existencia de cordones de pobreza en las principales urbes, sobre todo en La Habana.
Esto lo impulsó a priorizar el mejoramiento de las condiciones de vida en el campo y a intentar erradicar los asentamientos informales en las ciudades. Sin embargo, la vivienda urbana continuó su proceso de deterioro y esto permitió que el déficit habitacional creciera”.
Después del 1959 se construyeron nuevos repartos por el Instituto Nacional de Ahorro y Viviendas (INAV), las microbrigadas, los contingentes y las construcciones por esfuerzo propio, pero no se ha resuelto el problema de la vivienda como se prometió en el susodicho alegato de defensa.
Situación actual:
Algunos expertos calculan que hay en la capital alrededor de 600.000 personas sin una vivienda adecuada, propia, o rentada. El déficit de viviendas en Cuba es de 1,2 millones, según fuentes independientes. De acuerdo a datos oficiales al cierre de 2020 había 3,9 millones de viviendas, de las cuales casi 40 % estaba en regular y mal estado (creo que estos datos están falseados y la cifra real es mayor). La extrema pobreza empeora “El problema de la vivienda”.
Hasta mi salida de Cuba (2012), en todas las provincias se habían multiplicado los barrios marginales por diversas razones destacando, según mi criterio, la migración entre provincias en búsqueda de mejores posibilidades siendo la mayor receptora la capital, a lo anterior se añade la no correspondencia entre el crecimiento demográfico y la construcción de nuevas viviendas, la falta de mantenimiento o reparación de las existentes y las construidas por el castro-comunismo por la escasez de materiales de la construcción y sus altos precios.
Antes de 1959 mi casa era rentada pero el dueño se ocupaba de las reparaciones y mantenimientos. La Reforma urbana fue una pantomima que permitió a Fidel Castro hacerse dueño de todas las viviendas, sin responsabilidad por su mantenimiento, pero cobrando el alquiler. En los años 80 se permitió la propiedad de los residentes, pero ya el daño estaba hecho.
Este es otro de los problemas denunciados en su autodefensa que lo empeoró.
-El problema del desempleo
En los años 60 el desempleo se “resolvió” inflando las plantillas de las empresas que, como medida populista, indujo la baja productividad y el empeoramiento de la economía empresarial. Raúl Castro en el año 2010 expresó: “es preciso acometer, por etapas, la reducción de las plantillas considerablemente abultadas en el sector estatal”. Fueron ellos los que las abultaron.
En el artículo titulado “Cuba tiene una de las mayores tasas de desempleo del mundo” el Observatorio cubano de conflictosexpone: “la cifra exacta del desempleo en Cuba no es posible conocerla. No hay cómo. La dictadura ofrece una reducida descaradamente por motivos políticos. Pero a juzgar por los datos sueltos que da el régimen, todo indica que actualmente la tasa de desempleo en Cuba no baja del 43%, o 45%, o más. La Encuesta Nacional de Empleo (ENE) de 2022expone la perniciosa macrocefalia burocrática e improductiva del castro-comunismo. Siendo Cuba un país pobre, agrícola y subdesarrollado, laboran en los campos unos 780,000 trabajadores, y en el descomunal aparato burocrático del Partido Comunista y del Estado, y en la gratuita Salud Pública y Educación, trabajan 1.4 millones de personas, cifra que duplica a la de quienes producen (o debieran producir) para proveer alimentos y de todo lo que consumen, o usan, sus coterráneos no vinculados a la producción material”.
A lo anterior se debe añadir el enorme capital humano que ha emigrado o renunciado a sus conocimientos para laborar en las MiPymes y conseguir mejores salarios. Esto ha empeorado la situación del empleo pues en las empresas, universidades, centros de investigaciones, centros de salud, escuelas, etcétera, se presenta una grave situación por los puestos de trabajo vacantes que nadie desea ocupar. Esto impacta negativamente en la economía del país y en su futuro.
“La existencia de más de un millón de desempleados”, manifestada por el “estúpido en jefe”en su autodefensa, es una cifra añorada actualmente.
El problema de la educación
En las primeras acciones para la solución de este problema se destacan dos medidas con marcado interés político: la Ley de Nacionalización de la Enseñanza (6 de junio de 1961) que estableció la enseñanza pública y gratuita suprimiendo la educación privada, de la que se apropiaron todos sus bienes. A partir de esta ley el Estado se encargó de los programas docente-educativos con una alta dosis de adoctrinamiento para los estudiantes como base de la formación del “Hombre Nuevo”. También en el año 1961, realizó la campaña de alfabetización para erradicar el analfabetismo en Cuba y comenzar el adoctrinamiento en las zonas rurales.
Es indiscutible que en la educación se realizó una verdadera revolución de la que fueron favorecidos todos los cubanos cuyo resultado principal fue la creación de un importante capital humano, aunque estuviera politizado por la inclusión, en todos los niveles de enseñanza, de asignaturas con este propósito y además se implementó el estudio-trabajo que, según los castro-comunistas, daba cumplimiento a las ideas martianas de lo cual no poseo información independiente.
En la actualidad los centros de enseñanza en todos los niveles tienen sus edificaciones en ruinas, carecen de material docente, faltan profesores pues los salarios han provocado su migración hacia otros negocios. Las matrículas en los centros docentes están en crisis porque los jóvenes se han convencido de que no vale la pena estudiar para ganar salarios miserables. La calidad de los graduados es pésima pues prácticamente les regalan los títulos, verbigracia, los médicos, profesores, entrenadores deportivos, etcétera, para “exportarlos” e ingresar divisas, mediante su esclavización ya denunciada en más de una ocasión.
Conclusión:El problema de la educaciónha empeorado y no ha tocado fondo. Los cuantiosos recursos que se le dedicaron se desaprovecharon y al parecer “El Hombre Nuevo”, si existe, habrá que buscarlo fuera de Cuba.
El problema de la salud.
La situación de la salud en Cuba antes del 1959 tiene diversas evaluaciones según la fuente informativa. Algunas la sitúan entre los primeros de Latinoamérica y en algunos indicadores entre los mejores del mundo. He leído algunas exageraciones como la de decir que cada dos o tres cuadras había una casa de socorro. No pretendo hacer comparaciones estadísticas porque no poseo información confiable. No obstante, todas las existentes de esa época estaban sesgadas por la desigualdad geográfica, no eran iguales los indicadores en La Habana que en las demás provincias, así como en las ciudades y el campo.
Es real afirmar que la salud no escapó a la cada vez mayor desigualdad en Cuba antes del 1959. Hablando como cubano de a pie puedo decir que la mayor parte de mi familia vivía en el municipio Vertientes en Camagüey, a los que visitábamos semanalmente pues la comunicación por ómnibus era muy buena. A pesar de poseer uno de los más importantes centrales azucareros solamente tenía una casa de socorro con muy pocos recursos. Al principio de la Revolución mi familia venía a Camagüey para pruebas diagnósticas, verbigracia, una analítica de sangre, radiografía, etcétera, por el poco desarrollo de la salud en su municipio, mi padre decía que nuestra casa debía tener un letrero con el nombre de mi madre seguido de “…fonda y posada”.
Mencionar todo el desarrollo en la salud después del 1959 no es necesario pues los cubanos lo saben y más cuando se pretendió la irracional idea de convertir a Cuba en una potencia mundial. Es cierto que los diferentes programas de salud existentes cubrían todas las necesidades de la salud y era igual en las ciudades y el campo. A lo anterior se suma lo disparatado de tener un Instituto de Ciencias Médicas en cada provincia y un médico cada cien familias.
En el año 1980, en mi primera visita a Moscú un amigo, que habla ruso, resbaló sobre el hielo en la calle y al llevarlo al hospital lo ingresaron, después de los primeros auxilios pidió el alta para regresar a Cuba y ser atendido en el Hospital Frank País donde tenía amistades y existían mejores condiciones que el hospital ruso, según indagó, además, había que pagar para ser atendido por los mejores médicos. No me imaginaba que ese sería el futuro de la salud en Cuba.
La corrupción en la salud comenzó con los “regalos” que debían hacerles los pacientes a los médicos para recibir una buena atención, posteriormente había que “bonificarlos” con dólares para que te resolvieran los medicamentos de su “reserva”. En el año 2015, en mi única visita a Cuba, se me presentó un problema de salud y asistí, por amistades, al hospital provincial, pero necesitaba un diagnóstico y sanación en el salón de operaciones, todo se resolvió pagando con dólares, recibiendo una atención esmerada y nadie se enteró que era un comunitario.
No conozco el indicador actual de la cantidad de médicos por habitante, pero al utilizarlos como “fondo exportable”, actualmente no hay médicos ni especialistas y los consultorios de familia han ido desapareciendo físicamente por falta de mantenimiento. Los hospitales, policlínicas, servicios de ambulancias, institutos especializados, etcétera, presentan una imagen ruinosa y los medicamentos solo se consiguen en el mercado informal o por el envío de familiares emigrados.
Mi apreciación es que el populismo de Fidel Castro, quien lo decidía absolutamente todo, cometió lo que considero un error estratégico. Pretendía situar a Cuba entre los primeros países por su desarrollo social, pero esto no es posible sin un desarrollo económico armonioso. El financiamiento de los programas sociales de un país no puede basarse en subsidios exteriores sino en la riqueza que es capaz de crear.
Como conclusión de los artículos publicados sobre este tema puedo afirmar que los problemas denunciados por el “estúpido en jefe” en su alegato y plasmados en el libro “La historia me absolverá”, no se resolvieron sino que los empeoró, característico de los populistas que aplican soluciones fáciles para problemas complejos. Lo que se cumplió fue la verdadera frase dicha en el juicio: "La historia, definitivamente, lo dirá todo" según constaba en las actas del tribunal, que desaparecieron. Lo ha dicho y además ha mostrado la destrucción del país.