Los Institutos Nacionales de la Salud de EEUU ponen fin a la investigación del Síndrome de La Habana Diario de Cuba 1 de septiembre de 2024
Embajada de EEUU en La Habana. Diario de Cuba
Toman la decisión después de que se descubriera que se había coaccionado a personas para que formaran parte de la investigación.
Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, sus siglas en inglés) de Estados Unidos informaron el viernes de que cancelan su investigación sobre el Síndrome de La Habana, los misteriosos incidentes de salud experimentados por una serie de agentes de inteligencia, soldados y diplomáticos estadounidenses.
Los NIH dijeron que pondrían fin al trabajo "por abundancia de precaución" después de que una investigación interna descubriera que se había coaccionado a personas para que formaran parte de la investigación, reportó la CNN.
La coacción, según los INH, no fue por su parte, pero no ofrecieron más detalles al respecto. Señalaron que el consentimiento voluntario es un pilar fundamental de la conducta ética de la investigación.
Algunas de las personas que declararon haber estado enfermas con anterioridad afirmaron que la CIA les obligó a participar en la investigación como requisito previo para obtener asistencia sanitaria.
"Querían que fuéramos una rata de laboratorio durante una semana antes de que recibiéramos tratamiento en el Walter Reed y, como mínimo, eso no es ético ni moral", declaró Marc Polymeropoulos a la CNN en mayo.
Polymeropoulos, un exfuncionario de la CIA que dice haber estado enfermo, es un defensor de los afectados por lo que el Gobierno estadounidense llama "incidentes sanitarios anómalos". Él cree que la participación en esta investigación fue "ordenada" por altos mandos de la CIA.
En marzo, la CIA emitió un comunicado en el que negaba que se hubiera exigido a implicados que participaran. La agencia no respondió el viernes a la solicitud de comentarios de CNN.
La participación forzada en un estudio se considera muy poco ética y es extremadamente infrecuente, según los expertos en ética.
Los NIH precisaron que aunque detiene esta investigación, esta decisión no cambia las conclusiones anteriores.
A pesar de los informes de síntomas de los empleados federales, ninguno de los estudios encontró nada definitivo que pudiera causar problemas de salud.
En un estudio, los investigadores de los NIH examinaron más de cerca los cerebros de las personas que se creía que padecían el síndrome de La Habana y no encontraron pruebas consistentes de lesiones cerebrales. Tampoco hubo diferencias significativas entre ese grupo y un grupo de control sano.
En el segundo estudio, los científicos de los NIH realizaron una batería de pruebas a 86 empleados del Gobierno estadounidense y familiares que declararon padecer el "síndrome de La Habana", y los compararon con 30 personas que tenían trabajos similares, pero no presentaban estos síntomas. En la mayoría de las medidas clínicas y de biomarcadores, hallaron que los dos grupos eran iguales.
En un artículo editorial publicado en JAMA junto con los estudios, el Dr. David Relman, profesor de Microbiología e Inmunología en Stanford que trabajó en investigaciones anteriores de esta población de pacientes, argumentó que aunque el estudio con escáneres cerebrales parecía mostrar que "nada, o nada grave" ocurría con estos casos, llegar a esta conclusión "no sería aconsejable".
Otras investigaciones han hallado indicios de anomalías en el cerebro, dijo, y lo mismo puede decirse del estudio en el que se realizaron las pruebas. Dado que la afección puede tener un aspecto diferente en cada persona, dijo, los médicos no disponen de pruebas específicas que puedan determinar por completo qué es lo que está mal.
La enfermedad y su causa han permanecido poco claras tanto para la comunidad de inteligencia como para la comunidad médica que investiga su origen.
La enfermedad fue bautizada como síndrome de La Habana porque surgió a finales de 2016 en la capital cubana. Algunos diplomáticos estadounidenses informaron de síntomas que concordaban con un traumatismo craneal, incluidos mareos y dolores de cabeza extremos.
Desde entonces, se han registrado al menos 1.500 casos entre el personal estadounidense destinado en 96 países, según informaron las autoridades el año pasado.
Durante algún tiempo se especuló sobre un nuevo tipo de arma como causa de estas enfermedades, pero la comunidad de inteligencia estadounidense dijo el año pasado que no podía vincular ningún caso a un adversario extranjero, descartando que la inexplicable enfermedad fuera el resultado de una campaña dirigida por un enemigo de Estados Unidos.
Una investigación periodística realizada de conjunto por CBS, Der Spiegel y The Insider puso en tela de juicio ese informe.
El oficial retirado del Pentágono Gregg Edgreen, quien dirigió la investigación militar sobre el "Síndrome de La Habana" y cuyas declaraciones fueron compartidas por 60 Minutes, dijo que el Gobierno puso el listón muy alto para las pruebas. El motivo, en su opinión, es que al admitir que los síntomas fueron provocados por un agente enemigo, las autoridades de EEUU habrían tenido que cuestionarse su propia capacidad para proteger a sus ciudadanos.
El régimen cubano descalificó la investigación de los tres medios de prensa, a través de las declaraciones de funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX). El vicetitular, Carlos Fernández de Cossío, describió los hallazgos de los tres medios en su cuenta de la red social X como "una operación de desinformación".
La subdirectora para EEUU, Johana Tablada, afirmó que no existía un Síndrome de La Habana y añadió que "verdaderamente ha sido un síndrome de Washington desde el inicio".
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