"La justicia, la igualdad del mérito, el trato respetuoso del hombre, la igualdad plena del derecho: eso es la revolución". José Martí.

Carlos Loveira

Ingeniero Químico Roberto L. Capote Castillo.- Los lectores pueden suponer que el título del presente artículo lo escribo por la cantidad de generales y doctores que gobiernan la Cuba socialista actual, sin embargo, he tomado como referencia la novela escrita por Carlos Loveira destacado narrador y periodista cubano, de principios del siglo XX. Sus obras ocupan un lugar importante de la literatura cubana, porque describe acertadamente el panorama de las primeras décadas de la naciente República de Cuba. Fue un escritor de formación autodidacta. En 1920 da a conocer su novela: "Generales y Doctores", que constituye su obra más importante.

Loveira ingresó en el socialismo cubano ocupando altos cargos, no obstante, algunos estudiosos de su obra expresan que en la susodicha novela previó la tragedia que significaría para Cuba la Revolución castrista. Recuerdo que siendo joven leí la novela y el mensaje más importante que capté fue la corruptela existente en los primeros años de la época republicana, catalogada como "República Neocolonial" por el "estúpido en jefe", como si la actual haya sido en algún momento soberana e independiente. La anterior denominación fue el fundamento primordial para el adoctrinamiento comunista desplegado desde el año 1959 en todos los ámbitos de la ciudadanía cubana.

En marzo de 1963 Allen W. Dulles, exdirector de la CÍA, dijo: "The problem of Cuba is not one covering the past six months or six years— it's a sixty year problem" (El problema de Cuba no es un problema que abarque los últimos seis meses o seis años, es un problema de sesenta años). Y añadió: "How is it that over sixty years the base of democracy was so thin in Cuba that a bearded maniac —almost— was able to wrest it from the free world?" (¿Cómo es posible que durante sesenta años la base de la democracia fuera tan débil en Cuba que un maníaco barbudo —casi— pudo arrebatársela al mundo libre?). Las respuestas de ambas preguntas se pueden encontrar en la novela de Loveira, que, analizando el ambiente cubano de la época, expuso con claridad los riesgos a los que se exponía la naciente República que después del 1959 se transformó en la "Rovolución".

Antes de continuar preciso exponer mis preocupaciones sobre la idealización de la Cuba hasta el año 1958 por los medios de difusión alternativos, los Youtuberos cubanos y otros. En mi artículo: ¿Cómo Surgió el dictador Fidel Castro? Publicado en esta web, hago un breve análisis de las, que, según mi criterio, fueron las principales causas de que el "Destructor en jefe" se convirtiera en el dueño y dictador de Cuba, apoyado por una buena parte de los adinerados cubanos. Además, los participantes en las acciones contra la dictadura batistiana, ya fuera en las ciudades o montañas, eran en su minoría obreros y campesinos, aunque después se dijera que era una Revolución del proletariado, defenestrando a la burguesía y la clase media.

Con lo anterior deseo destacar que algo no funcionaba bien en Cuba, pues independientemente de los engaños del "destructor en jefe", el apoyo a la Revolución, por un cambio y la democracia, fue mayoritario en la población cubana. Cada vez que analizo datos estadísticos de la economía anteriores al año 1959 lo hago con suspicacia. A continuación, expongo algunos de los publicados por el periódico Cubanet a partir de una reseña del Nuevo Herald:

"En 1958 las reservas en oro, dólares y en valores convertibles en oro ascendían a $385.600,000. La divisa cubana era de las más sólidas de Iberoamérica. El peso estaba igualado al dólar. Su índice por enfermedades transmisibles era 31.75 por 100,000. Cuba estaba libre de enfermedades cuarentenales. La mortalidad infantil, por millar de nacidos en Iberoamérica, en 1958, era la más baja de toda la región: Cuba 37.6; Paraguay 55.3; Panamá 57.9; Argentina 61.1; Honduras 64.4; Nicaragua 69.3; Uruguay 73.0; Rep. Dominicana 76.6; El Salvador 79.3; México 80.0, Perú 88.4; Costa Rica 89.0; Bolivia 90.7; Venezuela 91.2; Colombia 100.0 (datos de Statistical Abstract of the United States of America, 1960). Lo mismo ocurría, según esa fuente de información, con el coeficiente de mortalidad por millar. Cuba tenía el más bajo con sólo el 5.8. En cuanto al número de habitantes por médico, en 1958 Cuba estaba entre los primeros: Argentina 840; Cuba 980; Uruguay 1,000; Venezuela 1,700; Chile 1,900; México 2,200; Brasil 2,500; Nicaragua 2,600; Costa Rica 2,800 (Datos de Statistical Year Book of United Nations, 1959).

Cuba fue el primer país iberoamericano en tener TV en blanco y negro y en colores. Se editaban 58 diarios, algunos de ellos de reputación continental".

Lo que no se puede deducir de los datos anteriores es la desigualdad existente en Cuba que cada vez era mayor, tanto la geográfica, como la de las personas y las razas. Desde tiempos de la colonia la zona occidental (donde se concentran las estadísticas anteriores), siempre fue más desarrollada que la central y oriental, además, la desigualdad de los susodichos indicadores era abismal entre el campo y la ciudad. La riqueza se polarizaba, en forma ascendente, mientras los ricos eran más ricos, la clase media se afectaba o desaparecía y los pobres no mejoraban, sino que algunos se convertían en miserables. Considero que las estadísticas económicas son una imagen del país, pero como siempre digo no son domésticas ni esofágicas, un ejemplo de lo que afirmo es que actualmente las "mulas" cubanas van a Haití a realizar sus compras para la reventa por las MiPymes cubanas. Como ha expresado Marcos Rubio: "La forma de cambiar nuestra economía no es empobrecer a las personas ricas, sino enriquecer a las personas pobres".

El castro-comunismo ha destruido toda la infraestructura existente en el país antes del 1959 y la construida durante el subsidio soviético, además, ha retrocedido en todos los ámbitos políticos, sociales, económicos, culturales, etcétera. También, desde el punto de vista de la migración convirtió a Cuba de receptor a uno de los mayores emisores de Iberoamérica. Pero lo anterior no debía sorprender a ningún cubano pues hasta el año 1958 existía suficiente información en Cuba sobre los males del comunismo en la URSS y sus satélites. El caso más evidente fue el del comandante Hubert Matos ,que siendo el jefe de Camagüey, presentó en el mes de octubre del 1959 su renuncia al "estúpido en jefe", porque advirtió que el comunismo iba penetrando cada vez más al gobierno y él había luchado por una Cuba libre y democrática. Por su valentía le acusaron injustamente de traidor y fue condenado a 20 años de prisión, los cuales cumplió en las peores condiciones porque se mantuvo todo el tiempo como preso "plantado", pues no se consideraba un preso político ni tampoco común.

La nueva ola de izquierdistas soñadores cree que el "Socialismo del siglo XXI" es la rectificación del existente en el siglo XX, pero Venezuela demostró, con creces, que es una falacia y yo añadiría que una versión peor pues, con tanta riqueza que tiene ese país, sumió a su población en pocos años en la miseria, creando, además, una élite chavista-comunista que es más corrupta y desigual que la diseñada por su mentor cubano porque disponen de mayores recursos y tienen un acceso fácil al narcotráfico. Estas corrupciones no pudieron vislumbrarse por Carlos Loveira.

Loveira fallece el 26 de noviembre de 1928 y había tenido una vida enormemente variada: huérfano desamparado, soldado en la guerra por la independencia (1895-1898), líder obrero, escritor, burócrata; había visto medio mundo, en todos los niveles de la sociedad. En "Los Inmorales" (1910) el héroe de esta novela no puede conseguir trabajo y entonces un amigo le aconseja utilizar el oportunismo: "... El día que tú quieras, te "salvas". Todo es que te eches el mundo a la espalda...y te metas por las logias, clubs, casinos, y redacciones. ¡Pum! la Patria. ¡Pum! El General. ¡Pum! el doctor insigne. ¡Pum! el ilustre estadista, literato prócer y orador lumbrera, don Mediocre de Tal". Al parecer el "estúpido en jefe" aplicó este consejo oportunista y cínico, para satisfacer sus ansias megalómanas destruyendo a Cuba y repartiendo igualitariamente la pobreza a un nivel (calculado en un 89% actualmente), que nunca había existido en nuestro país. Sin embargo, el régimen ha permitido el surgimiento de la "nueva clase" formada por sus adinerados descendientes, testaferros y otros oportunistas que se han aliado al castro-comunismo para enriquecerse, utilizando el consejo del héroe de la anteriormente mencionada novela de Loveira.

En la novela "Generales y Doctores" Loveira previó la tragedia y trata de "esos doctores que en su vida han curado ningún enfermo, ni defendido un solo pleito, y a cuenta del título todo se lo cogen en colaboración con los generales ...que no ha[n] disparado un tiro". El título de esta novela surgió de una frase común de aquella época: ¿Quién debía ser presidente? ¿Un militar o un intelectual? ¿General, o doctor? Unos mantenían que un intelectual no podría controlar a los veteranos, a los militares; otros, que los militares ya habían tenido su 'chance', y que ya era hora de que el veteranismo cediera al civismo.

La actual cúpula castro-comunista la forman Generales nonagenarios, octogenarios y los de las "nuevas" generaciones, pero también puede decirse que ninguno ha disparado un tiro y el "estúpido designado" ha sido "iluminado" con la ingeniosa idea de que Cuba necesita muchos doctores (incluyendo su mujer), aunque ninguno tenga conocimientos para elaborar una planificación estratégica que defina las acciones necesarias para superar el desastre económico actual y cómo enfrentar a la dictadura de los generales pues ni siquiera le permiten controlar al emporio GAESA que es dueño de la divisa del país y como se dice: "el dinero es el que manda".

No necesitamos ni Generales ni Doctores, sino lideres que con una estrategia precisa y global que unifique a la oposición, sean capaces de eliminar la actual dictadura para convocar elecciones democráticas con partidos cuyos programas de gobierno posibiliten reformar la actual República de Cuba y como expresé al finalizar mi libro "La Gerencia sin Practica": "se hace necesaria una completa reformación de la nación para construir la nueva Cuba que todos deseamos: reconciliada, inclusiva, democrática, cívica, próspera, bella, civilizada y modernizada. Esta debe ser la visión futura de la sociedad cubana".

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