Lcdo. Sergio Ramos.- San Juan, Puerto Rico a 19 de junio de 2024.- La reciente visita a La Habana de una flotilla de la marina de guerra rusa integrada por la fragata Almirante Gorshkov, el buque cisterna Akademik Pashin, el remolcador de rescate Nikolai Chiker y el submarino nuclear Kazan, destapó las tensiones en la región del Caribe tras arribar al Puerto de La Habana.
Tan pronto la flotilla se aproximó a la región, unidades de la marina de Guerra de los Estados Unidos comenzaron a vigilarla de cerca con una docena de unidades navales y además enviaron a la Base Naval de Guantánamo un submarino nuclear.
Las unidades navales rusas estuvieron en el puerto habanero desde el 12 de junio hasta el 17 de junio (5 días), tras lo cual navegaron alejándose de Cuba hacia otro destino.
Durante su estancia en el puerto habanero, la nave insignia, la fragata Almirante Gorshkov fue visitada por algún público y el propio dictador Díaz Canel.
Indiscutiblemente, dicha visita esta revestida de mensajes subliminales y advertencias solapadas, principalmente dirigidas contra los Estados Unidos.
En medio de la Guerra de Ucrania, tal parece que Rusia pretende ahora tratar imitar la política de amenazas que China viene desarrollando contra Taiwán, creando tensiones con la presencia de unidades navales en el flanco sur de los Estados Unidos.
Uno de sus mensajes que pueden interpretarse de dicha maniobra político-militar es dejarle claro a Washington de que Cuba sigue siendo una neo-colonia de Rusia y que Moscú tiene fuertes intereses y vínculos con la dictadura castrista. Hay que recordar en el mes pasado el dictador Díaz Canel estuvo en Moscú y se reunió con el dictador Vladimir Putin. Aquella visita tuvo el propósito de solicitar más ayuda de Rusia ante la seria crisis económica que atraviesa el régimen castrista.
El otro mensaje que deja ver la llegada a La Habana de dicha flotilla, es dejar ver el poderío naval-nuclear que posee Rusia y que es desplegable tan cerca de los Estados Unidos como el Caribe. De ahí, la respuesta de Washington al enviar a Guantánamo un submarino nuclear para dejar ver que del lado de acá también hay un poder nuclear desplegable en el mar.
Hay que señalar la activa participación de las unidades navales canadienses en las respuestas a Moscú, cuando el buque de guerra “Margaret Brooke” de la Marina de Guerra de Canadá entró y permaneció simultáneamente y durante mismo tiempo que las unidades rusas en el puerto de La Habana, para “visitar” o más bien vigilar a las unidades rusas y advertirle Moscú que ante agresiones habría respuestas conjuntas de los aliados de Washington, a tenor con la intensidad de la amenaza.
También hay que recordar, que más allá de estos alardes de poder, hay un tratado calladamente vigente desde 1962 entre Estados Unidos y la otrora URSS, del cual Rusia se subrogó al caer el bloque soviético, por el cual Rusia no emplazaría misiles nucleares en Cuba y los Estados Unidos no invadiría, ni permitiría una invasión a Cuba, ni desde su territorio, ni desde terceros países continentales: El llamado Pacto Kennedy- Khruchev.
Luego la razón de la mencionada demostración de fuerza, tiene más fundamento en la generación de presiones contra Washington por las ayudas en armamentos que le está dando a Ucrania. Un mensaje disuasivo que se traduce en dejar ver que Rusia podría crear tensiones en el Caribe para hostigar a Norteamérica justo en el flanco sur de los Estados Unidos. Y que, a su vez, los rusos han recibido en respuesta un contra-mensaje disuasivo de que Estados Unidos continuará apoyando a Ucrania y que además cuenta con el poder naval y militar para confrontar a Rusia.
Lo que a posteriori venga, está por verse y nos dejará saber cuál será el patrón operativo que uno y otro bando del conflictivo y delicado panorama mundial, adopte en la región del Caribe.
San Juan, Puerto Rico a 19 de junio de 2024
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