Karl Marx no propuso cómo debía organizarse el Estado y la economía socialista, una vez que los proletarios conquistaran el poder.
Ingeniero Químico y Consultor Roberto L. Capote Castillo.- Todas las variantes socialistas: el “Socialismo real”, la maoísta, vietnamita, etcétera, fracasaron al tratar de eliminar la propiedad privada y el mercado. La planificación centralizada y la eliminación de la economía de mercado solamente sirvieron para distribuir equitativamente la miseria.
Ante la actual situación de la economía la monarquía castrista desea “ajustar” los indicadores macroeconómicos mediante una serie de medidas que han sido bautizadas como “El paquetazo económico” para dar continuidad al modo de producción marxista en el que las fuerzas productivas están concebidas de acuerdo a la variante castro-comunista y la propiedad de los medios de producción en su mayoría continuarán perteneciendo al Estado. ¿Qué pretende la gerontocracia si todas las experiencias de economías socialistas a su estilo han sido un fracaso? Ganar tiempo tal como haría un enfermo en estado terminal para asegurar su patrimonio y distribuirlo entre sus descendientes.
El “Panzón Marrero” informó que en la actualidad, el 51% de la fuerza laboral se encuentra en el sector presupuestado y el 49% en el empresarial. Además, anunció la implementación de un grupo de medidas enmarcadas en su “plan de estabilización macroeconómica”, que no es más que un drástico ajuste fiscal al estilo neoliberal, que tanto han criticado los castro-comunistas. Según dicho plan se aplicará una subida de precios de servicios básicos a la población, como la electricidad, agua, gas licuado, combustibles, medicina natural y transporte público”.
Si no fuera tan perjudicial para el pueblo se pudiera calificar de un chiste de mal gusto pues aumentar el precio de servicios básicos a la población que nunca han garantizado, es una tomadura de pelos y una coartada para aparentar, al exterior, que el gobierno se está ocupando de ajustar su economía y así atraer inversionistas, pero no aplica las medidas para eliminar las causas de esta situación. Aumentar los precios a la electricidad, agua, gas licuado, combustibles y transporte público que son servicios que no garantiza de una forma estable y de calidad no se pueden calificar de “ajuste” sino de una estafa a los ciudadanos por ser monopolios del Estado y además inducirá que la inflación continúe su ritmo ascendente.
Además, informa que es necesario implementar una política justa de ahorro en determinados casos que no son imprescindibles. Lo anterior contempla “un redimensionamiento del sector presupuestado que abarca las estructuras del Gobierno central, provincial y municipal (congelar plantillas)”. El ajuste también afecta al propio gobierno, que se plantea la posibilidad de reducir el número de ministerios. Expresa que, para cumplir ese propósito, durante el 2024, se va a elaborar una propuesta de Política y anteproyecto de Ley de Organización de la Administración Central del Estado. El objetivo es que el ajuste estructural quede descrito en una ley lo cual no garantiza su durabilidad pues en Cuba se legisla por Decretos y cualquier cambio a las leyes se realiza en 24 horas al estilo del desaparecido “Destructor en Jefe”.
Los orígenes de la de la Administración Central del Estado en Cuba, posterior al triunfo de la Revolución, se encuentran en las formas de proyectar el trabajo desarrolladas por el Che en el Ministerio de Industrias. El Cálculo Económico aplicado desde 1962 hasta mediados de la década funcionó paralelamente con el Sistema Presupuestario de Financiamiento. Se aplicó, fundamentalmente, en la industria vinculada al Instituto Nacional de la Reforma Agraria (INRA) y las Agrupaciones Agropecuarias Estatales, dependientes entonces de las empresas provinciales. Fue más descentralizado que el Sistema Presupuestario de Financiamiento, pero este último tuvo mayor apoyo y despliegue.
El Nuevo Sistema de Dirección (1967 a 1970), incluía un nuevo sistema de registro económico, pero ocasionó el deterioro de la normación del trabajo. Se suprimieron las relaciones monetario-mercantiles entre las empresas del Estado y se maximizó la actuación de la conciencia; se minimizó el papel del dinero; se sustituyeron los registros contables por los físicos; se introdujeron determinadas gratuidades como primeras formas de distribución comunista; se eliminó la normación del trabajo y se eliminó el pago de horas extras. Cualquiera puede darse cuenta de que esta organización estaba condenada al fracaso. Posterior a estos experimentos se realizaron otras reorganizaciones de la administración central del Estado, aprobados por los Congresos del Partido Comunista desde el primero hasta el octavo, pero ninguno ha tenido éxito. La economía del país, después del 1989, “entro en barrena”, es decir perdió totalmente su control y en lugar de proponerse planes realistas para recuperarlo ha estado como se dice “mareando la perdiz” pues saben que no tiene solución sin un cambio estructural a profundidad que elimine el modo de producción socialista.
“El paquetazo económico” del “estúpido designado”, que algunos denominan como manual neoliberal, discrepo con este enfoque pues, verbigracia, el dictador Augusto Pinochet basado en las ideas de Milton Friedman, reconocido por algunos como el padre del neoliberalismo, y de los chilenos conocidos como los “Chicagos Boys”, elaboraron el texto conocido como “El Ladrillo” que logró eliminar el desorden económico provocado por Salvador Allende en su breve implementación del “socialismo democrático” y enrumbar al país hacia el desarrollo. El paquetazo se sabe de antemano que solamente empeorará el nivel de vida, dará “continuidad” al crecimiento de la desigualdad y la miseria de los cubanos.
Desconozco la causa, pero una buena parte de los cubanos suponen que las empresas públicas en otros países son minoría, subsidiadas por el Estado y tampoco se perciben como productivas y eficientes. Las empresas públicas son organizaciones cuyo accionista mayoritario es el Estado y forman parte del patrimonio público de una nación, independientemente del sistema económico del país. Pueden existir en economías capitalistas, socialistas o mixtas. Las empresas públicas no pueden considerarse socialistas porque sus características y los motivos para su creación difieren. En una economía socialista, los medios de producción son 100% propiedad del Estado. La forma en que se gestionan y operan estas empresas puede variar considerablemente dependiendo del tipo de socialismo implementado: socialismo castro-comunista, socialismo de mercado, capitalismo de Estado, etcétera.
Según los liberales el Estado debe limitar su intervención en la economía para dejarla en manos de los privados promoviendo la libre competencia. Creo que es importante tener en cuenta el contexto y las especificidades de cada sistema económico al considerar estas cuestiones. Mientras una buena parte de las empresas estatales socialistas generan pocos beneficios o pérdidas como en Cuba, por el contrario, pocas de las públicas operan con pérdidas, excepto algunas chinas que reciben subsidios. Un ejemplo es la lista publicada por Forbes sobre “Las empresas públicas más grandes del mundo”. Si se accede al listado completo del enlace anterior se puede observar que la gran mayoría son de países capitalistas, incluyendo los EEUU que es el que más tiene (575 empresas).
Soy del criterio que la solución a la actual situación económica del país puede transitar con la implementación de una economía mixta en la que participen el sector privado y el estatal (transformado en público), pero no con la actual solución de las MiPymes, dirigidas por testaferros de la cúpula castro-comunista, que solo la minoría son productivas y la mayoría son timbiriches que revenden los productos que les proveen las “mulas” sin valores añadidos. También otras que denomino de “café con leche” porque son cafeterías y/o restaurantes que en otros países pueden considerarse básicas, pero en Cuba se han convertido en sitios de “esparcimiento” para los nuevos ricos, pues no resuelven las necesidades alimenticias de la mayoría de la población. Trabajé en Texas también en Mallorca y con lo que ganaba en una hora de trabajo me alcanzaba de sobra para pagarme un almuerzo.
Además, han surgido nuevas discotecas o centros nocturnos a los que asisten los privilegiados que no son las personas más respetables pues en Cuba, mayoritariamente, la riqueza y la decencia son inversamente proporcionales. En estos lugares la prostitución y las drogas se están descontrolando. Así se comportan los “Hombres Nuevos” del castro-comunismo.
Las medidas para la solución de los problemas económicos deben concebir un sector privado en conjunto con empresas públicas productivas o de servicios que aporten valores al país, no como las estatales castro-comunistas que lo dirigen todo sin conocimientos solo con consignas y no obtienen beneficios. Un buen ejemplo es la sarta de estupideces que ha estado diciendo el “estúpido designado” en su actual recorrido por el país. A lo anterior se suma un sector presupuestado que supera al productivo y que pretenden “congelar”. Como dice el refrán: “es más fácil crear un problema que resolverlo”
Otro aspecto importante es preguntar ¿Cuántos ministros son necesarios para una economía productiva y eficiente? Para el caso de Cuba la respuesta es una incógnita, el abultado Consejo de Ministros solamente sirve para que concurran al programa Mesa Redonda de la TV y expliquen que por culpa del bloqueo imperialista su ministerio no puede satisfacer las necesidades de los cubanos y que se buscan soluciones, con actitud revolucionaria, por parte de sus trabajadores, verbigracia, las famosas “croquetas dinamitas”. No obstante, ellos viven como capitalistas colmados de comodidades que el pueblo ni en sueños puede disfrutar.
Otro aspecto importante es la suspicacia que deben tener todos los emprendedores cubanos pues las leyes contra el enriquecimiento están vigentes y para el castro-comunismo todas las riquezas, excepto las que ellos se han robado, son ilícitas. Ya existen indicios de que estas malas intenciones continúan presentes en la actualidad. El “Panzón Marrero” advirtió, en diciembre pasado, ante los miembros de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP): el gobierno les irá “arriba”, pues solo hacen negocio en “beneficio personal”>. Este analfabeto en economía ignora que la palabra empresa implica lucro de lo contrario sería una ONG (Organización no Gubernamental), instituciones creadas sin fines de lucro financiadas por diversas fuentes (gobiernos, empresas privadas, otras ONG, voluntarios, etcétera), lo cual les permite perseguir objetivos a muy largo plazo, y en muy diversos ámbitos de acción. No obstante, los castro-comunistas también tienen ojerizas contra estas instituciones. Recuerdo que, en los años 90, en el periodo especial, la organización Cáritas tuvo que sortear muchos obstáculos para instalarse en Cuba a pesar de que su objetivo era resolver necesidades a la población sin ánimos de lucro. Me pregunto ¿Entonces qué es lo conveniente para la dictadura? Creo que ninguna alternativa que no sea mantenerse en el poder hasta que se vean obligados a huir a otros países y disfrutar la vida como han hecho otros dictadores.
La incompetente dictadura castro-comunista cada día es más corrupta y demagoga que cualquier otra variante de socialismo que haya conocido. Por suerte existen pocos países que imiten su forma de gobierno porque en la mayoría existe la democracia, pero una buena parte causa muchos daños con su silencio ante la situación que afrontan los cubanos.
Deseo concluir haciendo una paráfrasis de la célebre frase del humorista Groucho Marx: “La política del castro-comunismo es el arte de crear problemas, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
capotecastillo@yahoo.es
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