Video realizado por Domingo Lezcano el día 12 de Julio del 2021:
Video realizado por Domingo Lezcano el día 25 de enero de 2024:
Eduardo Hernández García sobrevive a duras penas escarbando entre la basura para con suerte encontrar algo que sea comestible
Domingo Lezcano.- En la empobrecida comarca de La Güinera a las afueras de La Habana, la gran manifestación anticomunista aconteció en la tarde del día 12 de Julio del 2021, su masividad de mayoría jóvenes marginales olvidados por los engranajes de la dictadura puso a temblar al cuartel de la policía que en franca minoría tuvo que ser rescatada por numerosos elementos de la brigada especial nacional que tomaron por asalto la barriada portando todo su equipamiento represivo y desatando una violencia extrema que incluyó disparos de balines de goma y golpizas con instrumentos contundentes a cuánta persona encontraron en su camino. Los manifestantes ya superados en número y desarmados emprendieron la retirada y un pequeño grupo fue a refugiarse en un local que otrora cafetería y expendio de cerveza a granel fue abandonado y estaba siendo utilizado por Eduardo Hernández García, un anciano en pobreza extrema, para el acopio de latas y botellas que vendería a materia prima y así obtener unos miseros pesos para alimentarse. Las tropas en franca orgía represiva asaltaron con violencia el lugar desatando su furia contra los jóvenes allí refugiados y contra Eduardo que no se había manifestado y solo observaba con sorpresa los acontecimientos.
El pequeño grupo y Eduardo fueron conducidos a golpes de tonfas hasta la unidad de la PNR, cual ganado hacia el corral, relata el anciano que fueron recibidos allí con otra andanada de golpes y botasos, y un tiempo después literalmente lanzados cuál sacos de viandas a un camión que los llevó a un centro de instrucción policial improvisado al efecto conocido por IVANOV, donde al bajar del enorme vehículo, fueron obligados a pasar por dentro de una formación de dos filas paralelas de uniformados que los golpeaban con troncos de guayaba y cabillas, al tiempo que los ofendian.
Esas sesiones de torturas físicas y psicológicas, se repitieron a diario durante poco más de un mes sin tener acceso al aseo personal y con raciones miserables de alimentos en mal estado.
Transcurrido ese tiempo, Eduardo fue trasladado al tristemente célebre cuartel conocido por 100 y Aldabó, una vez allí se repitieron las golpizas y finalmente fue puesto en libertad al parecer por no poder sustentar su condición de manifestante.
De tal suerte que Eduardo fue al parecer una víctima colateral de la represión desatada por la dictadura y por no haber recibido una sentencia penal no se le reconoce su condición de ex preso político y olvidado a su suerte no recibió, ni recibe ayuda de ningún tipo y sobrevive a duras penas escarbando entre la basura para con suerte encontrar algo que sea comestible.
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