El castrismo está muriendo, pero va a morir matando. Por Rafaela Cruz. Diario de Cuba.
El castrismo está muriendo, pero va a morir matando
Por Rafaela Cruz
Diario de Cuba
22 de octubre de 2023
Cartel en una pared de Cárdenas, Matanzas. DIARIO DE CUBA
El régimen está atrapado en su propia contradicción: tanto ha reprimido económicamente al pueblo para conservar el poder que el país se ha quedado sin economía, y esto hace cada vez más difícil mantener el poder.
En el teatro-entrevista protagonizado por Díaz-Canel y su más fiel guatacona de la Unión de Periodistas de Cuba, Arleen Rodríguez Derivet, hay una frase desatendida por los medios que, sin embargo, es un reconocimiento oficial de que el castrismo está en coma y, a menos que un tercero lo rescate, la situación es insalvable.
Aunque la "conversación" fue grabada, editada y conducida de modo que más que diálogo parecía la exposición de un mal memorizado trabajo práctico de 5to grado, hubo raros momentos de espontaneidad, como cuando el designado justificó —emocionalmente ofuscado— la falta de resultados de su gestión con la carencia de dólares: "Hoy las divisas prácticamente nos está dando para comprar un poco de combustible, que no alcanza, y fraccionadamente la canasta y otros insumos que son necesarios para mantener la vitalidad de lo fundamental de la población".
¡El castrismo está en las últimas y lo reconoce su propio administrador!
La escueta frase no solo se refiere al poco dinero que tienen, sino a cómo lo están utilizando para "mantener la vitalidad de lo fundamental de la población". Es decir, con lo poco que hay priorizan pollo y aceite, y no invierten en piezas de repuesto y maquinaria, lo que no mejora la situación presente pero sí condena la futura. Este patrón de poca inversión, agravado con la mala inversión que siguen haciendo en turismo, explica el agujero en que han metido al país.
El castrismo tiene hace años una hemorragia activa (la descapitalización de su base productiva), y aunque sabe que lo más importante es cerrar esa herida (aumentar la formación bruta de capital) antes de que caer en anemia aguda, coma y muerte (colapso económico, inestabilidad social), se ha quedado sin recursos para invertir tras 65 años malgastándolos (mala asignación por economía centralizada) y no le queda confianza internacional para que otros le presten (inversión extranjera y deuda), así que lo más probable es que se desangre hasta morir… a menos que Biden cambie mucho la política del embargo, algo que no parece probable con su atención centrada en Israel y Ucrania.
El mismo Díaz-Canel describe la situación: "Muchos de los procesos para crear riquezas en Cuba dependen de determinadas cantidades de divisas. Entonces, están los dos problemas, estamos viviendo precisamente en un momento donde la producción está muy deteriorada y tenemos baja disponibilidad de divisas". Y continúa en tono de chiste: "tú me puedes decir que 'es imposible, no hay quién salga de esta situación'", y aunque por una vez tiene razón, al "presidente" le ordenaron mostrarse firme, así que, con una convicción más falsa que la sencillez de su esposa, argumenta: "Sí se puede salir. Hay reservas, hay reservas de productividad, hay reservas de ahorro, hay cosas que se pueden hacer con un mínimo de divisas y otras se pueden hacer casi sin divisas. Lo que pasa es que tenemos que creérnoslo, y esa es una discusión que es política, que la estamos haciendo ahora y la estamos sistematizando en encuentros de intercambio que en estos días hemos hecho con los burós provinciales del Partido en cada uno de los territorios".
¡Asombroso! En la peor crisis económica de su lamentable existencia la solución que ofrece el Partido Comunista es más muela, más reuniones, más conciencia. Pero la realidad es el peor enemigo del socialismo, y la realidad es que, sin desmantelar ese totalitarismo que hasta ahora les ha garantizado el poder, no hay posibilidad de que Cuba mejore. Están atrapados en su propia contradicción: tanto han reprimido económicamente al pueblo para conservar el poder que se han quedado sin economía, y así les será cada vez más difícil mantener el poder.
No obstante, ya anuncian una próxima jugada: el apartheid de la libreta de abastecimiento.
"Estamos dispuestos a subsidiar personas y no productos, y es de las medidas que tal vez van a tener una aplicación en el mediano plazo, sobre el concepto de qué personas están o qué núcleos familiares están más cercanos a situaciones de vulnerabilidad".
Es decir, para cuadrar sus cuentas reducirán el gasto social, que en Cuba no es una negociable redistribución socialdemócrata, sino el modo fundamental de distribución del producto de un país socialista que tiene estatalizados los principales medios de producción y muy restringida la propiedad y la libertad económica. Lo que ellos llaman subsidio para que parezca algo que da el Estado, en realidad es el producto del pueblo trabajador del cual el Gobierno se apropia para repartirlo según propia conveniencia.
Por supuesto, los adláteres de la mafia defenderán que quitar los mandados a la mayoría del pueblo estimulará el empleo y aumentará la producción. ¡Falso! Cuba no carece de mano de obra, sino de capital invertido. Quitarle los mandados al pueblo lo único que hará es aumentar la demanda sobre las MIPYMES que venden alimentos importados, lo que —no hay que ser genio para entenderlo— hará que estas suban sus precios.
La situación es crítica, terminal. Más allá de la retórica, Díaz-Canel no está hablando de Periodo Especial, coyuntura o contingencia, sino de un país que tras años descapitalizándose ya no produce ni chícharos ni exporta lo suficiente para pagar los chícharos congelados del Canadá, pero cuyo Gobierno está dispuesto a crujirle el gaznate al pueblo hasta asfixiarlo antes de ceder poder. Es una situación insostenible, algo tiene que pasar… y pronto.