Jorge Hernández Fonseca.- 26 de Agosto de 2023.- El marxismo es proverbial en postulados falsos, originados en clarividentes improvisados de la realidad, que imaginándose superdotados, argumentaron postulados decurrentes de un voluntarismo impropio de pensadores sensatos. Nos dicen por ejemplo, que los verdaderos méritos en la construcción, por ejemplo de un portaviones, era de los obreros que habían fundido sus piezas, soldado sus partes y apretados sus tornillos. Nada para los ingenieros que crearon tal obra, nada para los que pagaron los materiales, además de los salarios, nada para los que administraron paso a paso la fabricación de tal ingenio. ¡Nada tan insensato!
Pero la desinformación marxista es provocada por una falta absoluta de conocimiento de las cualidades humanas, sobre todo de aquellas que naturalmente el ser humano es agraciado al nacer, donde caprichosamente el Creador ha distribuido de manera desigual, pero cuidando que cada persona posea alguno de los atributos naturales existentes. Algunos nacen con fuertes condiciones para el deporte. Pocos son capaces de hacer desaparecer la pelota de beisbol cada vez que va al bate. Otros poseen una demoledora pegada con sus puños, llevando a la lona sus oponentes. Existen los que cada vez que chutan la bola hacen un Gol fantástico. Sin embargo, hay aquellos que tienen voz de oro, unos son tenores, otros barítonos y así va.
En el deporte y la música, igual que en el ajedrez, en el salto de altura, o en las carreras rápidas o en las de fondo, hay individualidades que se destacan por sus condiciones naturales. Pues bien, el marxismo desestima que hay también personas que nacen con la cualidad natural de hacer negocios, dándose bien cada vez que invierten su dinero. El marxismo cree, que igual que el mérito de hacer un portaviones es de los obreros implicados, los buenos negocios lo puede hacer cualquiera, sobre todo si es "del partido". El desconocimiento de las cualidades naturales de cada ser humano, sobre todo de aquellos que "saben hacer negocios" lleva a las sociedades marxistas a desconocer el capital humano que cada país tiene y por tanto a fracasar, colocando un buen militante del partido al frente de una empresa o negocio para el cual carece de condiciones naturales y que anteriormente había sido expropiada a su dueño.
El marxismo en realidad es una filosofía, que tiene su componente política de dictadura, tiene su componente de economía estatizante y tiene su componente de filosofía, sobre todo analizando la historia de una forma revisionista, poco objetiva con los méritos individuales y jerarquizando los componentes colectivos, para dar sustento a su ninguneo con las individualidades, que sin lugar a dudas son las que han hechos historia según sus condiciones naturales, habilidades y capacidad individual de liderazgo en todos los países del Globo.
Como se resalta, el marxismo no es solamente dictadura, estatismo económico y pobreza material y espiritual, es también un intento, desde los menos dotados, de nivelar una sociedad por su estamento más bajo, ninguneando a todo el que nació con una cualidad relevante.
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