 Foto arriba: Estrella que marca el lugar en el que nació Jesús, situada en la gruta de la Iglesia de la Natividad.
París, 31 de mayo de 2023
Querida Ofelia,
Félix José Hernández.- El 5 de mayo de 2023 tuvimos un itinerario desde el puerto de Haifa, en el que ancló el barco, que nos llevó primero a Belén para visitar la Iglesia de la Natividad – que cada año recibe una multitud de fieles – y después a la milenaria y poliédrica ciudad de Jerusalén, cuna de las tres grandes religiones monoteístas.
El día anterior tuvimos que entregar los pasaportes, para poder obtener las visas, que fueron impresas en una especie de billetes sueltos, sin dejar huellas sobre los pasaportes
Dejamos el puerto para dirigirnos en autocar a Belén, un verdadero icono para la cristiandad. Al pasar el gigantesco muro que separa la Cisjordania de Israel, hubo un control en el interior del autocar por soldados armados con ametralladoras y…¡Qué llevaban el dedo en el gatillo! Aparcamos en un inmueble de varios pisos y desde allí por solo 2 dólares, un taxi nos llevó a Marta y a mí hasta la Plaza de la Iglesia de la Natividad.
Por supuesto, visitamos la célebre Iglesia de la Natividad, llamada así porque alberga la gruta donde nació Jesús. Pero todo fue muy distinto a nuestro primer viaje a Tierra Santa en el 1990. Ahora hay una multitud compacta que te hace dificultoso el poder avanzar. Ya en su interior, una fila de cientos de personas esperaba para poder bajar a la gruta. Muchos hombres con gorras o sombreritos puestos, conversaciones en voz alta, los flashes continuos, sin ningún respeto por el templo. No creo que alguien se pueda concentrar para rezar en esa iglesia.
Nuestra amable guía palestina cristiana (según nos afirmó), nos buscaba desesperadamente, sin saber que Marta y yo habíamos logrado entrar a la gruta por la puerta de salida, en donde nadie controlaba. Una estrella en el piso de mármol indica el lugar en donde la Virgen María dio a luz al Niño Jesús. Allí logramos rezar, ya que había solamente seis personas. Cuando la guía nos encontró al salir de la gruta, se sintió tan aliviada que nos abrazó.
El regreso a Israel al pasar el muro tras largos controles por soldados armados hasta los dientes, con ametralladoras y perros que subieron al autocar y que también olfatearon por debajo del mismo, fue largo.
Seguidamente, nos dirigimos en autocar rumbo a Jerusalén, donde descubrimos algunos lugares sagrados del cristianismo.
Nuestro itinerario nos llevó por el casco antiguo de la ciudad. Recorrimos en primer lugar la Vía Dolorosa, entre una multitud indescriptible, el camino que Jesús anduvo cargado con la cruz hasta llegar al lugar donde fue crucificado.
Visitamos después la Basílica del Santo Sepulcro, quizás el lugar más querido del cristianismo, completamente llena por una multitud que conversaba y se comportaba como si estuviera en un estadio viendo un partido de fútbol.
Seguimos más tarde al Muro de las Lamentaciones, donde se respira una atmósfera mística de respeto y silencio que nos dejó asombrados. Coloqué mi papelito en una ranura del Muro, pidiendo paz para el Mundo Pudimos entrar al túnel en donde decenas de rabinos rezaban en silencio
Tuvimos un excelente guía, en Sr. Beni Belio, erudito, que hablaba un español de calidad y con gran sentido del humor.
Finalmente, antes de regresar a bordo, fuimos a almorzar al “Hotel Royal Plaza Jerusalem”. El restaurante está situado en un agradable patio interior y el almuerzo resultó ser un buen buffet, pero cuando pedí una cerveza en lugar de vino, me dijeron que no era posible y cuando solicité un poco de leche para el café me informaron que no había. Que distinto al “Ristorante al 53” en Nápoles, en donde almorzamos con nuestro gran amigo Nello, durante la escala en esa ciudad del 1 de mayo. En este último todo es familiar, el servicio de calidad y los camareros muy simpáticos.
El espectáculo del Teatro Stardust esa noche fue el de Marco Zoppi & Rolanda “BuBBles -Revolution”, con pompas de jabón gigantescas, protagonistas indiscutibles sobre el escenario.
A las 11 p.m. en el Salón Around the Clock del puente cinco se llevó a cabo la “Disco Night Party”.
Esa noche el Costa Pacífica zarpó con destino al puerto chipriota de Limassol.
De este viaje no te he narrado sobre Barcelona ni Savona, pues hemos estado tantas veces en ellas que ya te he contado los lugares que esta vez volvimos a visitar.
Ya estamos preparando nuestro próximo crucero en el que vendrán también nuestro hijo, su esposa y nuestros dos nietos.
Un gran abrazo desde La Ciudad Luz,
 marcelo.valdes@wanadoo.fr |