La voz en Suecia de los cubanos cívicos de intramuros y del exílio

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"Cuba ya no puede más, ya han cumplido el tiempo de la esclavitud". Entrevista a Alberto Reyes Pías, sacerdote en Cuba. Por Matilde Latorre de Silva. El Debate.

http://cubademocraciayvida.org/web/article.asp?artID=52825

Entrevista a Alberto Reyes Pías, sacerdote en Cuba
«Cuba ya no puede más, ya han cumplido el tiempo de la esclavitud»
Por Matilde Latorre de Silva
El Debate
15 de abril de 2023

http://cubademocraciayvida.org/web/article.asp?artID=52825
Alberto Reyes Pías (you tube)

l sacerdote cubano Alberto Reyes Pías, habla en exclusiva para El Debate y analiza la situación actual de Cuba. El padre Alberto, no cesa en denunciar el «gran teatro del sufrimiento» en el que viven católicos y no católicos en la isla

Alberto Reyes Pías, es párroco en la diócesis de Camagüey. Su historia es la de un hombre joven, que desde pequeño se rebela contra lo irracional de nuestro mundo y de su sociedad, en Cuba. En su periplo universitario, en los albores de su vocación y en el tránsito de su formación hacia el sacerdocio.

El padre Reyes nació en pleno régimen castrista y creció en un ambiente que en el ámbito oficial despreciaba la religión. En su libro Historia de una resistencia hablaba de esa infancia y del riesgo de vivir una fe pública.

Estar dispuesto a morir

«Yo había empezado el curso escolar y tenía una maestra nueva. Un día, ante un comentario mío que no recuerdo, ella me dijo: '¿Tú eres religioso?'. Y yo le respondí: 'Sí, pero no se lo diga a nadie'. Me sentí muy mal con mi respuesta y cuando llegué a casa se lo conté a mi madre. Mi madre siempre ha sido una mujer alegre y espumante, pero recuerdo que me miró a los ojos, muy seria, y me dijo: 'Si quieres seguir yendo a la Iglesia tienes que estar dispuesto a que te maten. Si no, no vas más» comentó el ahora sacerdote.

Su historia ha sido de entrega y sacrificio, pues Alberto Reyes dejó la carrera de Medicina, que en Cuba significa pertenecer a la élite, por ser sacerdote. Pero también dejó a su novia. Y ahora no tiene miedo a sacrificar incluso su integridad con unas duras palabras contra un régimen que ha maltratado a todo un pueblo.

Hartos

Hace años, que el régimen cubano, está intentando impedir que salgan más imágenes al exterior de una ciudadanía harta, pobre y hambrienta que pide a gritos el fin del comunismo y la llegada de la libertad. Pero pese a su empeño siguen saliendo a la luz testimonios y denuncias, también desde el seno de la Iglesia Católica. Una de las más contundentes ha sido la del sacerdote Alberto Reyes Pías.

En sus continuas declaraciones, ha criticado que en Cuba solo pueda existir una ideología, un solo partido, una sola forma de educar, y ha denunciado el «gran teatro» que es hoy la Isla, Alberto Reyes ha sido uno de los actores eclesiales más acosados por la Seguridad del Estado a través de llamadas de advertencias, actos de repudio y amenazas de procesamiento judicial.
En la entrevista concedida para El Debate, el clérigo afirmó que el Gobierno cubano «ha demostrado con creces su incapacidad para construir una sociedad no sólo próspera, sino capaz de responder a las aspiraciones más elementales del ser humano».

Ya no hay marcha atrás

Reyes forma parte de un grupo de sacerdotes cada vez más activos en la esfera pública cubana, al cual también se integran Castor Álvarez, Jorge Luis Pérez Soto, Léster Zayas, Kenny Fernández y muchos otros miembros del clero y la comunidad de religiosas cubanas, como la superiora de las Hijas de la Caridad en Cuba, Nadieska Almeida.

«La isla se ha convertido en un foco informativo internacional por lo que las autoridades castristas están intentando impedir que salgan más imágenes al exterior de una ciudadanía harta, pobre y hambrienta que pide a gritos el fin del comunismo y la llegada de la libertad», afirma el sacerdote.

Tanto es así, que Reyes Pías expresó su lamento sobre la situación que vive Cuba, bajo la dictadura comunista por más de seis décadas.

Agradecido a la Iglesia

«Ahora ya no hay marcha atrás, porque ahora hemos visto el verdadero rostro de aquellos que durante años nos hablaron día a día y machaconamente de lo mucho que nos amaban y querían nuestro bien. Ahora sabemos que todo era mentira, y que no les vacila ni la mano ni la voz a la hora de proclamar destrucción y muerte, y de incitar a la guerra de hermano contra hermano en una lucha cuyas heridas tal vez no sanen nunca», afirma el religioso.

El sacerdote cubano resaltó su agradecimiento a la Iglesia Católica, «que me habló de la vida eterna pero que continuamente me recordaba que esta vida terrenal no era un simple ‘requisito’ de esa eternidad, que Dios amaba tanto la vida humana como la celestial».

Para Reyes Pías, «desde el mismo año 59 somos una isla en fuga, donde cada vez más personas ven la emigración como la única solución posible, y asistimos impotentes a la ausencia progresiva de aquellos con los cuales hemos crecido sentimos que aquí no tiene cabida la esperanza. Cuando una y otra vez escuchamos que esto no hay quien lo cambie, se nos rompe en el alma la esperanza».

«Un pueblo vive sin libertad, maniatado y mudo, los sueños se presentan como ilusiones irreales, y la esperanza se deshace, rota en pedazos, impotente ante la triste mirada que se apaga», sostuvo el Padre, que añadió que “Cuba, a pesar de su belleza y su potencial innegable, parece una isla maldita condenada a la noche eterna, sin cabida para la esperanza.

El régimen cubano lleva más de 60 años, haciendo vivir a su pueblo, promesas vacías, pero mirar al presente cada vez menos prometedor y más vacío, nos parece que no hay motivos para tener esperanza. El miedo omnipresente y el temor a decir la verdad, son otros de los síntomas que, terminan por robar la esperanza a los cubanos.

«Somos un pueblo cansado y desgastado», dijo en aquella ocasión, «somos un pueblo al cual se le va la vida en la lucha por la supervivencia; somos un pueblo que ha aprendido a defenderse como puede y que sale a desfilar y aplaude con energía mientras prepara su emigración definitiva del país. Somos un pueblo sumergido en la miseria y la precariedad donde se hace cada vez más difícil cultivar los valores del espíritu. Y somos un pueblo que ya no cree en las promesas vacías que sus gobernantes insisten en repetir».

El padre Reyes criticó también el sistema de la dictadura de echar a pelear a hermano contra hermano, creando una red de espionaje y delación urbana que sumerge a los ciudadanos en una paranoia continua. Además, aseguró que el comunismo es una gran mentira que de tanto repetirse han querido transformarla en una verdad y que la oposición y la iglesia deben estar unidas para lograr la transición. Cuando el perseguimiento es continuo, e pueblo se cansa y los sacerdotes cubanos, aun siguiendo sin abandonar a su pueblo, son humanos y están sometidos a una dictadura comunista y la vez a la obediencia eclesial, algo que tarde o temprano provoca crisis vocacionales, que ya están sucediendo.

Como «el peor error de nuestra historia» califica la actitud de muchos cubanos al comienzo de la Revolución de 1959, cuando se cambió «el cuadro del Sagrado Corazón por el de los líderes de la hoz y el martillo», en alusión a la férrea campaña ateísta que barrió con símbolos religiosos y culturales en la Isla.

«Este país necesita un cambio, necesita una transición, necesita vivir y dejar de arrastrar la existencia, y en este momento, en mi opinión, solamente la Iglesia católica está en condiciones de liderar un diálogo y de proponer una transición», sentenciaba el padre Alberto.