Abogado Frank Braña Fernández.- Cuba no deja de ser noticia y polémica viva. No existe tema o motivo que no desencarne la más cruenta de las batallas entre partidarios y detractores. Dicen que la sangre bañada por el Caribe tiene su magia y que nada es tan real como aquella frase atribuida al Generalísimo Máximo Gómez que cae como profecía a este pueblo de raíces varias; “un cubano cuando no llega, se pasa”.
El béisbol su deporte nacional, apegado a su identidad logro sentar en una misma grada para apoyar a un mismo equipo, personas con distintas creencias, pensamientos, preferencias sexuales, géneros y valores. Una sociedad culta daba continuidad a tiempos tan antiguos como el siglo VIII antes de Cristo, cuando el ser humano que por mucho mostraba más sensatez que las generaciones actuales implementó la tradición griega de la ekecheiria, período en el que las guerras se suspendían temporalmente para que los atletas pudieran competir en los Juegos Olímpicos. Es real que en varias oportunidades fue mayor el deseo que lo logrado, pero era un llamado a crear un santuario de paz, armonía y tranquilidad frente a un mundo peligroso, agresivo. Violar ese santuario era un pecado contra Dios, lo que contenía indiscutiblemente la ira de los hombres.
Pleno siglo XXI, más de 60 años de la revolución traicionada. Una sociedad cubana que fue referente para Latinoamérica y el mundo sigue dando muestras de su decadencia así como incompatibilidad de sus hijos sumidos en lo negro y blanco, en lo bueno o lo malo, siempre sin aceptar matices y consumiéndose más en el odio infértil que en la lucha digna.
Se desarrolla el Clásico Mundial de Béisbol 2023 luego de seis años de espera; la otrora invencible nave insignia del deporte cubano hace años que no puede surcar campeonatos sin tormentas, pero logró entrar al cuadro semifinalista y ahora aumenta la polarización porque se jugara en el IoanDepot Park de Miami. Twitter, Facebook y todas las redes sociales a bandearse de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, cada cual tratando de sacar partido de las circunstancias.
Con las dictaduras no hay concesiones, los que luchan no pueden hacer pausa, es verdad; pero las partes estarán siendo objetivas o solo jugando al mundo irreal de la propaganda y la realidad virtual. No es acaso “Asere” un tipo de saludo cubano que tiene su origen en los negros esclavos llevados a Cuba desde África o Cuba el nombre de la nación de todos.
Indiscutiblemente algunos no podrán viajar, lo tendrán prohibido; otros tal vez, abandonen el equipo y emigren, el régimen dará su historia según los resultados y algunos en el exilio tratarán de aparecer ante las cámaras.
Mientras, este escribano observará la pelota correr sobre el césped mientras charlan un habano y un bacardí, sentado sobre mi necedad y volviendo a escuchar a los de izquierda llamarme traidor y a los de derecha asegurar que soy zurdo; pero seguro que no pertenezco al Team Asere ni al Team CUBA: soy del TEAM PATRIA.
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