
Doctor Alberto Roteta Dorado.- Santa Cruz de Tenerife. España.- Las Islas Canarias.- Las Islas Canarias no son solo exotismo, el famoso carnaval de Tenerife, su inmenso volcán, grandes roques y sus vinos, quesos y guachinches. Ya me he referido en otras ocasiones a la inmensidad histórica, artística, arquitectónica y folclórica del Archipiélago Canario, amén de haber publicado muchas imágenes que hacen referencia a su Festival Internacional de Música. Es precisamente a este evento al que me voy a referir en esta ocasión.
Parece algo surrealista, pero es una realidad; aunque algo difícil de comprender y aceptar. ¿Cómo es posible que en unas minúsculas islas que se pierden en las inmensidades del Atlántico tenga lugar uno de los más grandes festivales de música clásica del mundo? Nunca he podido responder esta interrogante. Tampoco es de interés para quien escribe este comentario encontrar una explicación lógica y coherente a tan inusual fenómeno cultural. Al fin de cuentas el público que colma las principales salas de concierto de las islas lo disfruta y están a la expectativa de su festival – es importante precisar que la mayoría de los asistentes no son canarios, sino extranjeros de las diversas comunidades de europeos que viven en las islas o que de una u otra manera se encuentran de paso por estos lejanos parajes–.
Una rápida mención a las diferentes agrupaciones orquestales, directores y solistas invitados en esta 39º edición del festival nos permitirá tener una idea precisa de la magnitud del festival de Canarias, evento que durante un mes tiene lugar en todas las islas. Para dar inicio se escogió nada menos que a la Orquesta Filarmónica de la BBC de Inglaterra bajo la dirección de uno de los más afamados directores españoles del momento: el maestro Juanjo Mena. Luego se presentó la Orquesta Sinfónica de Bamberg conducida por el gran director checo Jakub Hrusa, artista invitado de las más extraordinarias agrupaciones sinfónicas del mundo. El festival contó además con la presencia de la Orquesta del Maggio Musicale Fiorentino bajo la batuta del austríaco Ingo Metzmacher, la Orquesta de Cámara de Europa dirigida por el colombiano, residente en Viena, Andrés Orozco-Estrada, la Orquesta de Cámara de Escocia conducida por el ruso Maxim Emelyanychev, la Orquesta Sinfónica de Kiev bajo la dirección de su titular, el maestro ucraniano Luigi Gaggero, así como la Orquesta y Coro Barrocos de Ámsterdam dirigidos por Ton Koopman. Dejo para el final – no por el hecho de que su calidad sea inferior a las agrupaciones invitadas, sino por cortesía hacia aquellos que nos visitan– a las dos grandes formaciones musicales sinfónicas de Canarias, me refiero a la Orquesta Sinfónica de Tenerife, una de las tres mejores formaciones de su tipo en España*, y la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, cuyo nivel profesional actual sorprendió a todos en este festival, dirigidas respectivamente por los maestros Michael Boder, de Alemania, y Karel Mark Chichon, de Inglaterra, su actual director titular.
A estas prestigiosas formaciones sinfónicas y de cámara se unen el afamado Cuarteto de Cuerdas Casals (España), los ensembles Orthemis Orquesta (España) que dirige Jordi Purtí y el Afecto Ilustrado (España) con la dirección de Adrián Linares, la agrupación coral Gabrieli Consort (Reino Unido) conducidos por Paul McCreesh, entre otros artistas locales hasta logar conformar una nómina de más de 800 músicos de diversas partes del mundo, fundamentalmente de Europa.
LA CONTEMPORANEIDAD JUNTO A OBRAS TRADICIONALES DE LOS GRANDES CLÁSICOS
Este 39º festival se ha caracterizado no solo por la diversidad de orquestas, directores y solistas invitados; sino por la presencia de obras de compositores del siglo XX junto a los grandes maestros clásicos, barrocos y románticos tan preferidos siempre por el público. Obras de, Bach, Haydn, Mozart, Weber Beethoven, Malher, Shubert, Dvorak, Wagner, Berezovsky, Gliére, Liatoshynsky, Shostakovich, Tchaikosvky , Shumann, Scriabin, Mendelssohn, Palestrina, Howells, Victoria, Scarlatti, Piazzola, entre otros, junto a autores del siglo XX como Gerhard, Poulenc, Ravel, Hindemith, Britten, Messiaen y Stravinsky, han sido y serán interpretadas durante el evento que se extenderá hasta el 11 de febrero.
Vale destacar que, además de las dos principales salas de Concierto de Canarias: los Auditorios de Tenerife y de Gran Canaria, se han hecho presentaciones en catedrales, iglesias, conventos y salas de cámara de las capitales de Tenerife y Gran Canaria, así como conciertos en el resto de las islas, en las que no solo han participado solistas y grupos de cámara, sino las dos grandes orquestas sinfónicas canarias, además de la Sinfónica de Kiev, que lo hará en la isla de Fuerteventura, además de Gran Canaria y Tenerife.
Imposible hacer mención, al menos con detalles y análisis crítico, a todos los conciertos presentados en esta ocasión. No obstante, merecen ser destacados dos conciertos de manera particular en la primera parte de este escrito. Me refiero a los ofrecidos el jueves 12 y el viernes 13 de enero por la Orquesta Filarmónica de la BBC, una de las orquestas de referencia de Reino Unido, bajo la dirección de Juanjo Mena, una de las batutas españolas con mayor relevancia internacional. La presencia de dicha orquesta es per se todo un acontecimiento, toda vez que está considerada como todo un referente de la música clásica del Reino Unido. Esta agrupación realiza más de 100 conciertos anuales, en su mayoría transmitidos por la BBC Radio 3, amén de su asiduidad en el Bridgewater Hall de Manchester y todo el norte de Inglaterra.

Foto arriba: Juanjo Mena, una de las batutas españolas con mayor relevancia internacional. Ha sido nombrado director titular de la BBC Philharmonic durante siete temporadas, director invitado de la Filarmónica de Bergen y del Teatro Carlo Felice, en Génova, entre otras tantas importantes formaciones sinfónicas del mundo.
El repertorio seleccionado para la ocasión estuvo integrado por obras del español Robert Gerhard (1896-1970), de quien se interpretaron sus “Danzas de Don Quixote”, Benjamín Britten (1913-1976), con su “Concierto para violín, op.15”, así como de Maurice Ravel (1875-1937) con su “Pavana para una infanta difunta”, “La Valse” y “Bolero”.
Insisto en la idea del repertorio seleccionado, toda vez que estamos acostumbrados a que en los programas habituales de conciertos aparezcan casi siempre obras de los períodos clásico y romántico, independientemente de que se incluyan a autores contemporáneos. No obstante, no es habitual un programa dedicado solo a la música de compositores del siglo XX, algo que no solo tuvo lugar al inicio del festival, sino que se reiteró los días 24 y 25 de enero cuando la Orquesta Sinfónica de Tenerife asumió un extraordinario programa solo con música de autores del siglo XX.
El músico español Robert Gerhard está prácticamente olvidado por los españoles. Estudió piano bajo la dirección de Enrique Granados y composición bajo la de Felipe Pedrell, maestro también de Albéniz, Falla y el propio Granados. A la muerte de Pedrell, buscó sin éxito la tutela de Falla, para terminar bajo la de Arnold Schönberg, con el que pasó varios años en Viena y Berlín. De vuelta a Barcelona en 1928, dedicó todo su esfuerzo a la promoción de la música nueva a través de conciertos y también de sus artículos ensayísticos y de crítica musical. Del año 1940 es la primera versión del Ballet “Don Quijote”, cuyas danzas abrieron el programa de la BBC Philarmonic.
El programa continuó con el “Concierto para violín Op.15” de Menjamín Britten, en esta ocasión interpretado por la virtuosa violinista germano-coreana Clara Jumi-Kang, una artista de impecable elegancia y equilibrio que ha forjado una carrera internacional con las principales orquestas y directores de Asia y Europa. Britten fue un pianista virtuoso, y a menudo realizó interpretaciones de música de cámara o acompañando lieder. Además de su música sinfónica, Benjamin Britten ha destacado por su obra escénica, siendo de los pocos compositores posteriores a la Segunda Guerra Mundial que han conseguido introducir algunas de sus óperas en el repertorio habitual de conciertos.
Para el cierre del programa nada mejor que una trilogía de obras del francés Maurice Ravel, cuya obra, frecuentemente vinculada al impresionismo, muestra además un audaz estilo neoclásico y, a veces, rasgos del expresionismo, y es el resultado de una asimilación y hallazgos musicales que revolucionaron la música para piano y orquesta. Reconocido como un notable maestro de la instrumentación, así como por ser un verdadero artífice del arte creacional musical.
La Orquesta Filarmónica de la BBC fue ovacionada por el exigente público del Auditorio de Tenerife, lo que fue determinado no solo por su alto nivel interpretativo, sino por el atrevido repertorio escogido para la ocasión. La apoteosis devino durante la interpretación de dos de las obras maestras para orquesta del compositor Maurice Ravel: “La Valse” y muy especialmente el conocido “Bolero”, una de las obras maestras del siglo XX.
 LA SINFÓNICA DE TENERIFE ENTRE LAS MEJORES DE ESPAÑA
Foto Arriba: El “Concierto para dos pianos y orquesta en Re menor” de Francis Poulenc fue brillantemente interpretado por Pallavi Mahidhara, estadounidense de origen hindú, y Mario Marzo, español. Ambos jóvenes con carreras brillantes en ascensión. (Foto del autor)
A solo una semana de la tenida con la Orquesta Filarmónica de la BBC, con su repertorio de música contemporánea, se presentó la Orquesta Sinfónica de Tenerife con una propuesta similar. En esta ocasión un atractivo programa integrado por obras Francis Poulenc (1899-1963) con su “Concierto para dos pianos y orquesta en re menor”, Oliver Messian (1908-1992), del que se interpretó “L’Ascension, quatre méditations symphoniques”, así como de Paul Hindemith (1895-1963) con la “Sinfonía Matías El Pintor".
El espíritu de la profunda religiosidad Messian fue lograda por una orquesta en la plenitud de su madurez. No obstante, la hermosa obra de Poulenc, esto es, su “Concierto para dos pianos y orquesta en Re menor” le quitó protagonismo ante el derroche de virtuosismo de los dos solistas escogidos: Pallavi Mahidhara, estadounidense de origen hindú, y Mario Marzo, español. Ambos jóvenes con carreras brillantes en ascensión. Presentaciones con las más importantes orquestas del mundo y participaciones en los más exigentes festivales son el común denominador de dichos artistas.
Un cierre por todo lo alto se impuso en el gran Auditorio de Tenerife. La ejecución de la “Sinfonía Matías el pintor” del compositor, violista y musicólogo alemán, Paul Hindemith, uno de los compositores más influyentes de la primera mitad del siglo XX, devenida en modelo arquetípico de lo que una agrupación de la altura de la Sinfónica de Tenerife puede lograr. De la brillantez a la apoteosis y de esta última al éxtasis. Un concierto para recordar y una de las más conmovedoras interpretaciones de las agrupaciones presentadas, solo comparable a la Sinfónica de Bamberg.
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* Bajo el título 'La periferia suena mejor' el diario La Vanguardia publicó un reportaje sobre los resultados de una encuesta realizada a diez expertos según los cuales, las mejores orquestas españolas son la Orquesta Ciudad de Granada, la Orquesta Sinfónica de Galicia y la Orquesta Sinfónica de Tenerife. Los diez expertos consultados fueron: el compositor Benet Casablancas, director además del Conservatorio Superior del Liceu de Barcelona, el violinista y director de la Escola Superior de Música de Catalunya (Esmuc) Gerard Claret, Mariano Lambea, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y director de la Revista de Musicología, Jordi Roch, presidente de Juventudes Musicales de España y asesor de la Unesco; así como periodistas musicales (Alfredo Aracil de Radio Clásica, Pere Burés de Catalunya Música, José Luis García del Busto de ABC y Juan Ángel Vela del Campo de El País) y los programadores musicales José Antonio Echenique, director de la Quincena Musical de San Sebastián, y Luis López de Lamadrid, director del Festival de Peralada.

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