El Gobierno cubano atribuye la alta mortalidad infantil a la falta de personal
Desde enero se han contabilizado 72.800 nacidos vivos y 539 defunciones
14ymedio
11 de noviembre de 2022
La provincia cubana de Ciego de Ávila registra una mortalidad infantil superior a la de México y El Salvador
Con una mortalidad infantil del 7,4 por cada mil nacidos vivos desde enero de 2022, Cuba no logra revertir la tendencia negativa de los años anteriores, en particular de 2021, cuando la tasa alcanzó un 7,6, la peor desde 1996.
En una reunión de funcionarios de alto nivel, transmitida hace dos semanas por Televisión Cubana, la doctora Tania Margarita Cruz, viceministra de Salud Pública, atribuyó esa situación a la falta de "cuadros y funcionarios" que intervienen en la atención hospitalaria a madres e hijos.
Desde enero se han contabilizado 72.800 nacidos vivos y 539 defunciones, expuso Cruz. Las declaraciones de la viceministra destacan no solo por el aumento dramático de las muertes, sino también porque el Gobierno señala su mala gestión como la primera causa y no la disculpa habitual, el bloqueo de EE UU y sus consecuencias en el sector.
Tampoco insiste en la responsabilidad de la pandemia de covid-19, aunque sí señala que el coronavirus tuvo un impacto sobre la salud de las gestantes y en el funcionamiento del sistema sanitario cubano. Sin embargo, esto no justifica que en 2022 la tasa se haya reducido mínimamente con respecto al año anterior, cuando la mayoría de la población ya se encuentra vacunada contra el virus.
Cuba sostuvo una tasa inferior a 5 por cada 1.000 infantes vivos durante más de una década. La actual alza, señaló la viceministra de Salud Pública, representa un retroceso de casi treinta años en los que la Isla había controlado la mortalidad infantil.
Durante el Período Especial, concretamente en 1996, el país registró una tasa de 7,9, pero fue mejorando la natalidad de modo que, desde el año 2000, no se superaban los 7 decesos por cada 1.000. La cifra más baja, de 4, se logró en 2017 y se repitió en 2018.
El Gobierno sí culpó a la pandemia del alza (5 niños por cada 1.000) de 2019, mientras que ahora acusa a las "plantillas incompletas" de cada centro de atención médica.
El personal sanitario –que va desde médicos y enfermeras hasta cuidadores y directivos– forma parte, también, del éxodo masivo de cubanos, que abandonan sus centros de trabajo e intentan salir del país, a pesar de que la Salud Pública es uno de los sectores con más restricciones legales a la hora de viajar.
Los efectos nefastos de la migración en el sector sanitario los había calculado a finales de 2021 Ernesto René, trabajador por durante 34 años del Programa Materno Infantil (Pami), quien comentó en el diario Invasor que era necesario "revisar las motivaciones y barreras que tiene el personal que trabaja en esa área tan sensible".
El año 2022 no representará un punto de giro en la mortalidad infantil, reconoce Cruz, pues la carencia de personal descarta "la efectividad necesaria en las acciones de control y fiscalización que le corresponde realizar a los cuadros", y propicia "violaciones de procesos en algunas instituciones del país".
Las provincias donde se verifica mayor déficit de personal son Pinar del Río, Ciego de Ávila, Camagüey, Guantánamo, Santiago de Cuba, Granma, Mayabeque, Villa Clara y La Habana. Con 13,6 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos, Ciego de Ávila sigue teniendo los peores resultados, seguida por Pinar del Río (9,6), Santiago de Cuba (9,3) y Las Tunas (8,7), al cierre de 2021.
La baja tasa de mortalidad infantil fue, tradicionalmente, una de las cifras más utilizadas por el Gobierno cubano para exponer sus "logros" en la salud pública. El deterioro de las instalaciones hospitalarias, el escaso presupuesto estatal dedicado a mejorarlas (solo un 2% del total) y la falta de personal sanitario agravan la situación, crítica desde hace años.
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