Yahvé y los cubanos. Por Frank Braña Fernández.
La historia de la humanidad sufre ciclos más o menos cerrados, dibujando una línea en el tiempo a modo de espiral; la lejanía del origen de dicha línea hace que el hecho pueda tener o no un mayor impacto.
La Biblia, ese conjunto de libros canónicos que en el cristianismo y en otras religiones, se consideran producto de inspiración divina y un reflejo o registro de la relación entre Dios y la humanidad; catalogado como el más distribuido y vendido de la historia, y en muchas ocasiones reconocido como el más influyente de todos los tiempos, en su segundo libro Éxodo, narra la historia del éxodo, en la que los israelitas abandonan la esclavitud en Egipto por la fuerza de Yahvé y comienza ese espiral cíclico de pueblos condenados por el destino y sus propias decisiones.
En la historia reciente los conflictos del Cáucaso en los años 90 desplazaron 1,5 millones de civiles, sobre todo de Rusia, Azerbaiyán y Georgia; en Afganistán también en esa década una crisis humanitaria resultado de la invasión soviética llevo a tres millones de sus ciudadanos a huir hacia varios países entre ellos Irán y Pakistán; la guerra de Yugoslavia trajo consigo la alarmante cifra para una moderna Europa de más de 2,7 millones de refugiados; en África el genocidio de Ruanda hizo que 2,2 millones de ciudadanos tuvieron que huir a Tanzania, Uganda o la República Democrática del Congo y Siria, con el record de más personas refugiadas o desplazadas en la historia moderna, llevo aproximadamente al 40% de su población; 9 millones de sus habitantes; al éxodo.
¿Qué sucede en Cuba?
La Perla de las Antillas se convirtió de ser a decir del Gran Almirante, «la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto» a la gran manzana de la discordia de los políticos y del poder en el mundo actual; su historia ha transitado en los últimos 70 años por insurrección popular, revolución triunfante, traición a los principios de esa revolución popular, estado satélite comunista, para terminar en una dictadura.
Los escenarios actuales no dan posibilidad alguna de duda, demuestran el deterioro político, moral, económico de una sociedad que se debate entre la perspectiva de una imagen vendida por sus gobernantes-dueños y la realidad de un pueblo al que no le van quedando más que dos alternativas, migrar o luchar, y ha escogido la primera. Tristes son los días en los cuales sin importar edad, profesión o credo, el flujo migratorio aumenta y las tierras centroamericanas se han convertido en paso común para los ciudadanos cubanos así como el Estrecho de la Florida vuelve con fuerza abrir sus fauces para devorar a personas desesperadas por encontrar un futuro. La tabla de supervivencia del régimen cubano actual es la manipulación mediática y el trastorno victimista de culpar siempre a lo demás de sus propios problemas.
Los hechos que acontecen entorno a Cuba hoy, demuestran la ineficacia e ineptitud de los organismos internacionales al no pronunciarse acerca de lo que ocurre y la indiferencia y complicidad de varios gobiernos en hacer oídos sordos o adoptar decisiones como la de la visa de tránsito por Panamá para ciudadanos cubanos residentes en el exterior que tienen como único resultado complicar y ahogar aún más al cubano de a pie.
Mientras circulan los formularios Change.org. con peticiones por internet y muchos influencer siguen manipulando a su conveniencia el dolor de la migración, algunos cubanos callan o se alinean por miedo o por miopía mientras otros culpan al vecino de los problemas de casa; si algo se ha olvidado es que la falta de unidad de la mano del caudillismo y regionalismo ilustraron los mayores fracasos en la historia de la nación cubana. Aquí sigo como de costumbre, alzando mi voz y escuchando a los de izquierda diciéndome traidor y a los de derecha agente; mientras espero pacientemente que vengan por mí.
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