Alfredo M. Cepero. Director de /La Nueva Nación/ Sígame en /Twitter/.
La historia muchas veces se repite pero muy pocas con la fidelidad de esta ocasión. Tal es el caso de la similitud en la personalidad y la conducta de Vladimir Putin y de Iván El Terrible.
SIMILITUDES DE IVÁN Y PUTIN
Cuando Iván llegó al trono en 1547, Rusia se conocía solo como Moscovia, el territorio que rodeaba Moscú. A su muerte, en 1584, Rusia era un país grande y fuerte, que limitaba al sur con el mar Caspio y al este con los montes Urales, y con un pie al norte en la costa del Báltico. Iván puso los cimientos de una autocracia (zarismo) que gobernó sin interrupción el mayor país europeo durante casi cuatrocientos años, hasta su disolución en 1917.
Cuando Putin se hizo con el poder el 31 de diciembre de 1999 amenazando de muerte a Boris Yelsin su mayor prioridad fue volver a recuperar el poderío protagónico que en su momento tuvo la Unión Soviética, intentando equipararse nuevamente con Estados Unidos.
Influido por las humillaciones sufridas en su niñez, Iván IV dedicó su vida a fortalecer el papel de la monarquía y expandir las fronteras rusas, recurriendo a la más sangrienta represión. Precisamente, durante esa etapa, el pequeño Putin, hoy presidente de su país, tuvo que ser llevado a un orfanato, institución que marcó los primeros años del ahora líder, quien fue sometido a situaciones insanas y donde habría sido maltratado.
A los dieciséis años, Iván era un joven corpulento y musculoso, excelente jinete y aficionado a los libros. Conocía a fondo la Biblia, podía escribir con soltura y estaba dotado de elocuencia natural. Llegado a la edad adulta, Putin es un hombre corpulento, musculoso y excelente jinete que hace alarde de su figura cabalgando con el torso descubierto. El paso por un orfanato, la prisión de su padre, y una negativa en la escuela de espionaje, son factores que han influido en el carácter de Putin.
Si en algo coinciden los analistas es en que, con sus recientes decisiones, el líder del Kremlin se está ‘suicidando políticamente’, advirtiendo que sus particularidades de carácter y su deseo de dominio lo han llevado a emprender una acción militar que podría convertirse en un ‘búmeran’ que atente en su contra. Como bien dijera Napoleón Bonaparte—probablemente uno de los pocos líderes mundiales que superó la megalomanía de Putin—“se puede hacer de todo con una bayoneta, menos sentarse encima de ella”.
EL PROTAGONISMO DE PUTIN
Hablemos ahora de Vladimir Putin y de su protagonismo en este momento trascendental de la historia de Europa. Uno de los comentarios más descabellados sobre la invasión rusa de Ucrania es que: “las fronteras no pueden ser cambiadas en los tiempos modernos. Que esto no puede ocurrir en este Siglo XXI.” Pero, ¿por qué razón este siglo XXI debe de estar exento de las patologías del Siglo XX? La verdad es que cualquier cosa puede ocurrir a cualquiera, en cualquier lugar y en cualquier momento. Por lo tanto, hagamos un recorrido por el camino que nos condujo a Kiev.
LA AGENDA RUSA
El presidente Putin siente que su país fue una vez una gran potencia—sobre todo especialmente temida—pero que ya no lo es. Él sabe que mientras más tiempo las repúblicas se occidentalicen y se acostumbren a la democracia más difícil será coaccionarlas para que se conviertan de nuevo satélites de la Madre Rusia. Al mismo tiempo considera que nuestra cultura occidental es tan decadente que no responderá a sus agresiones. Por lo tanto, sigue haciendo de las suyas como el niño que moja la oreja de un adversario para humillarlo y provocar una reacción de violencia.
Al igual que Stalin, Putin siente un profundo desprecio hacia los sofisticados eliticistas occidentales, ninguno de los cuales puede patear, boxear, pescar, disparar o cabalgar con el torso descubierto como él lo hace. Todo es realmente simple. “Dale a Putin un dedo y se cogerá la mano”.
¿SOBREVIVIRÁ UCRANIA?
Si analizamos las asechanzas que la rodean Ucrania no debería sobrevivir este ataque ruso. Sin embargo, Rusia podría pasar un mal rato tratando de someterla por numerosas razones. Ucrania es más grande que Iraq tanto en tamaño como en el número de habitantes. Cuenta con inagotables entradas de suministro por sus fronteras con cuatro países de la OTAN que finalmente le están haciendo entrega de armamentos modernos como los misiles que se conocen como Jabalinas.
Por lo tanto, si Putin no logra apoderarse del gobierno en un par de semanas le costará mucho trabajo someter a la población. El tiempo no está de su parte. Las sanciones no son eficientes a corto plazo pero, a largo tiempo, comienzan a hacer efecto. Y ese es el peligro que corre Rusia.
LOS COMBUSTIBLES FÓSILES.
El gas y el petróleo y, por añadidura, quien trató de reducir su explotación, explica mucho del actual desastre. La decisión del nihilista Joe Biden de cancelar voluntariamente el oleoducto de Keystone, los arriendo de terrenos federales y las reservas de ANWAR en Alaska –que condujo a la pérdida de más de DOS MILLONES de barriles diarios—serán vistos con el tiempo como una catástrofe de proporciones siderales.
EL GOLIAT AMERICANO
El virus del izquierdismo fanático ha enardecido las relaciones étnicas y raciales; así como ha puesto fin al progreso individual basado en meritocracia. Los Estados Unidos sufren en este momento de una locura jacobina que conduce indefectiblemente a la perdición. Dicho sin rodeos, los Estados Unidos de 1990 han dejado de existir. Para retener la capacidad de intimidación a sus enemigos exteriores, los americanos tienen que apretarse el cinturón, aumentar su producción de gas y de petróleo, balancear el presupuesto, tirar por la borda la indulgencia de izquierda fanática y recalibrar sus fuerzas militares. Una tarea gigantesca que Biden y sus manejadores no quieren ni tienen la capacidad de llevar a cabo aunque lo quisieran.
LA OTÁN
La OTÁN es actualmente un instrumento totalmente inútil. Fue creada y existía para hacer tres cosas en Europa: Mantener dentro a los Estados Unidos, controlar a Alemania y excluir a Rusia. Ahora, Alemania está incontrolable, los Estados Unidos están fuera y Rusia está dentro. Surge entonces la pregunta de: ¿Qué cosa es la OTÁN? En realidad 25 de sus treinta naciones miembros son incapaces de defenderse por sí mismas. Todas esperan que los Estados Unidos las defiendan de sus enemigos en su propio patio. Una verdadera vergüenza.
LAS INTRIGAS DE LA IZQUIERDA.
Los voceros de una izquierda abochornada por los actuales acontecimientos ofrecen explicaciones surrealistas sobre las razones por las cuales Putin se apoderó de Crimea en 2014 y está tratando de tragarse a todo el país en este 2022; así como se inhibió de llegar a cabo invasiones a otros países durante la presidencia de Donald Trump. Esa izquierda trasnochada nos dice que Putin obtuvo todo lo que quiso de Trump y le pagó portándose bien.
¿FUE TRUMP UNA MARIONETA DE PUTIN?
¿Estuvieron Vladimir Putin y sus consejeros felices de que su perrito faldero, Donald Trump, inundara los mercados del mundo con petróleo a precios razonables? ¿Estuvieron agradecidos de que Trump diera muerte a los mercenarios rusos en Siria? ¿Estuvo Putin encantado de que Trump vendiera armas ofensivas a Ucrania? ¿Estuvo el Kremlin extático de que Trump aumentara el presupuesto para el Pentágono? ¿Y estuvo Rusia especialmente agradecida de que Trump obligara a los países miembros de la OTAN a aumentar sus contribuciones a la organización?
EL FANTASMA QUE DEAMBULA SIN RUMBO
Joe Biden amenazó a Rusia de que si invadía a Ucrania le aplicaría las sanciones más fuertes de la historia. Pero todo se quedó en palabras. Se limitó a prometer que un día sostendría una “conversación” con Putin para decidir si le aplicaría o no las sanciones más fuertes de la historia. Mientras tanto, invitó al Presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, a abandonar a Ucrania—el camino más rápido para destruir la valiente resistencia ucraniana. Eso sí convertiría a Biden en la verdadera marioneta de Putin.
EL ALÍ BABÁ AMERICANO.
De lo que no se ha dicho una sola palabra es de la forma en que la rapaz familia Biden ha lucrado por años de sus relaciones con Ucrania. Una década de amor agresivo-pasivo a Rusia. Cosas como el ridículo “Reset” de Hillary y Lavrov, la avariciosa venta de Uranio Uno, la patética súplica de Obama a Putin de que no lo presionara antes de las elecciones de 2012 hasta el veto absurdo de las sanciones contra el oleoducto “North Stream 2”, por el que Putin le vende combustible a Europa. No en balde Joe Biden ha descendido en las encuestas hasta el fondo del pozo. Nos toca ahora a nosotros sellarlo con “hormigón armado”—cemento reforzado—en las elecciones del mes de noviembre. Si no lo hacemos se pierde este país.
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