"Cuba Democracia y Vida" Por Victor Olmedo
"Cuba Democracia y Vida"
El sitio de Internet que edita el cubano Guillermo Milán en Estocolmo, llama inmediatamente la atención por la vorágine colorida de su grafica. Sobre un diseño básico similar al de otras publicaciones de cubanos en Suecia —todas clientes del mismo proveedor de servicios para Internet— el administrador de la página ha logrado lo que todo editor aspira para su publicación, darle un sello distintivo, en este caso, ilustrando los textos con imágenes. Navegando entre sus secciones no es difícil intuir que "Cuba Democracia y Vida", como dirían los americanos es “The One Man´s Show”, literalmente: “El espectáculo de un sólo hombre.
El editor solitario
“Soy lo que se llama un cubano de una familia normal” nos asegura Milán y se explica. “Estudié la primaria durante Batista, era gratis. A mi padre no le gustaba el sistema pero nunca lo criticaba abiertamente delante de mí, así creía que evitaría que yo cometiera alguna locura. Mi madre, como todas las madres, repartía su amor por igual a sus hijos. Mi hermano mayor era militar, peleó en Playa Girón y en el Congo. Murió en Cuba de una enfermedad a los 41 años de edad y decepcionado de la revolución. Mi hermana es comunista, de esas que no hablan, sino que te gritan: ¡gusano! Mis hermanos menores nunca han estado con el socialismo.”
Preludio del destierro
Milán ve su vida en Cuba y la de la inmensa mayoría de sus habitantes como un derrotero de calamidades, privaciones y arbitrariedades, pero agradece la suerte que siempre lo acompañó en la isla a pesar de su comportamiento díscolo. El itinerario de su exilio tiene algo de alucinante y de vértigo.
Titulado de profesor de guitarra clásica y cumplido sus dos años de servicio social en la ciudad de Pinar del Río, decide marcharse a su Habana natal, pero las autoridades competentes lo conminan, apelando a su calidad de joven comunista, a continuar trabajando en la provincia más occidental de la isla. Renuncia a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y se traslada a la capital, donde no puede ejercer su profesión y es relegado a una fábrica de zapatos. El administrador de ésta, conmovido después de escucharlo tocar la guitarra, decide desterrar del expediente de Milán su renuncia a la UJC. Con el “expediente limpio” consigue trabajo en el ministerio de cultura como profesor de guitarra, corre el año 73.
En el año 76 lo seleccionan para ir a Angola, se niega, no sin antes declarar que está dispuesto a morir por su patria, pero no en el extranjero. Su expediente se ennegrece con la negativa, pero nuevamente la diosa fortuna, esta vez de la mano de una jefa de personal de color, lo blanquea.
En el año 1990 es seleccionado para participar en un festival musical en Turquía. Permanece dos meses en la tierra de Atatürk y regresa a Cuba. Sus jefes se sorprenden de su regreso y se lo comentan. Milán no da cuenta de las razones reales para no perjudicar a su madre. Al año siguiente, lo destinan a Mozambique para enseñar guitarra clásica. Allí conoce a su actual mujer. De regreso a Cuba hace escala en Madrid y se exilia.
Simbiosis evidente
Luego de conocer a este isleño imaginativo, simpático y cordial, nos convencemos de que "Cuba Democracia y Vida" lleva la impronta ontológica de quien es su creador, patrono, financista, editor y administrador.
Baste un botón de muestra. Consultado acerca del por qué de la rotulación “La voz en Suecia de los cubanos cívicos de intramuros y del exilio” que se puede leer en el encabezamiento de su página web, Milán sonríe y nos suelta un pícaro, “bueno compadre, para ponerle algo, como todos tienen su cartel…”. Luego, más serio, nos aclara que lo de cívicos, apunta básicamente a velar por la veracidad de la información que se publica —tanto la propia como la de los colaboradores— y también por la compostura y la corrección en el lenguaje de los textos editados.
Aportes singulares
El menú de "Cuba Democracia y Vida" tampoco desmiente a su autor. A las clásicas secciones de cualquier sitio —Noticias, Artículos, Opinión, Enlaces, Cartas— Guillermo Milán le ha intercalado algunas otras más acordes con la marca de la casa como, Cubazuela (noticias de Venezuela relacionadas con Cuba) o En el Planeta de Homo Sapiens Sapiens (noticias internacionales). En la misma línea y con el encabezamiento genérico de “La Página Poética de...”, existen cuatro apartados para sendos poetas cubanos. “Me llegaban tantas colaboraciones de estos cuatro poetas que decidí dedicarles una página a cada uno” —nos aclara Milán y agrega, fiel a su estilo directo— “Se me juntaban las poesías, a veces incluso me repetían los envíos”.
Los contenidos del sitio provienen de elaboraciones propias del editor, aportes exclusivos y compartidos de colaboradores externos, además de la reproducción de noticias e información de variadas fuentes.
Esto último le ha costado a Milán una que otra acusación de “piratería”. Al recordárselo nuestro interlocutor nos dice a modo de explicación, “mi página está abierta para que el que quiera utilice lo que hay en ella, sin que sea necesario mi consentimiento”.
"Cuba Democracia y Vida" se estrenó en la red en febrero del 2005. Milán había decidido crearla un tiempo antes tras abandonar —por discrepancias editorales— Cuba Nuestra, otra publicación cubana en Suecia con la cual colaboraba. Fue una despedida cordial y hubo intenciones de colaboración mutua, “pero después se demostró que teníamos líneas muy divergentes”, explica el profesor Milán.
Acusaciones infundadas
La crítica y la polémica no han faltado en las páginas de "Cuba, Democracia y Vida". Milán con un gesto de resignación nos detalla, “en la página se publica mucha de esa crítica, sólo cuando mandan cosas ofensivas no las edito. En lo personal, me han acusado de recalcitrante, de intransigente, de ser de la ‘gente de Miami’. Yo respondo que, el recalcitrante y el intransigente es el Gobierno cubano. No pertenezco a ‘la gente de Miami´. Por lo demás, allí viven algunos que yo preferiría que se quedaran donde están, porque de volver a Cuba sólo lo harían para explotar. Por supuesto hay personas buenas también, como Hubert Matos, en él tengo una tremenda fe y confianza”.
Antes de despedirnos hacemos la pregunta ritual, ¿y del embargo qué Guillermo? Milán, como no, tiene su particular angulación, “creo que no debió haber existido jamás. No se ha logrado nada con él, pero quitarlo sería una victoria para la dictadura. Sería ponerle un suero por veinte años más”. ■
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