(Parte 2) Las malas prácticas en las empresas socialistas cubanas. Por Roberto L. Capote Castillo.
“Uno de los grandes errores es juzgar las políticas y programas por sus intenciones más que por sus resultados”. Milton Friedman.
Continuaré con el análisis de las principales ramas de la economía. El limitado espacio me impide explicar las buenas prácticas, pero a partir de conocer las malas se puede deducir cuales pudieran ser las correctas. Tampoco es posible exponer todas las barbaridades realizadas. Como siempre digo, es difícil seguir un orden al examinar tanto desorden, aplicar la lógica al enfrentarse a lo ilógico ni lograr exponer toda la realidad cuando esta supera la ficción.
Producción agrícola y pecuaria:
Desde que el castro-comunismo se apropió de la mayoría de las tierras cultivables del país las ha estructurado en diferentes formas como granjas estatales, empresas agropecuarias, cooperativas, etc. Los pocos que pudieron ser propietarios han sido agrupados en cooperativas de diferentes tipos o se mantuvieron como privados. No obstante, este sector no ha escapado a los males padecidos por la generalidad de las empresas en cuanto a las intervenciones de los organismos políticos y de gobierno.
El patrón es el mismo respecto al cumplimiento de las metas de siembra divorciadas de los factores de clima, falta de mano de obra calificada, aplicación de tecnologías muy atrasadas, deficiente calidad de las semillas, labores de cultivo realizadas en fechas inapropiadas, exceso de hierbas que van más allá de cualquier lógica, induciendo bajos rendimientos. También ha influido la realización de las labores agrícolas por trabajadores “voluntarios” movilizados, sin experiencia. Las pérdidas de las cosechas, de la mayoría de los productos, según algunos estudios, se calculan por encima del 60% desde la recogida en el campo hasta su entrega al consumidor en el mercado. Algunas se pierden el 100 % por irresponsabilidades en el Acopio.
A lo anterior se debe añadir que al estructurarse la agricultura en granjas estatales se le aplicaron las mismas prácticas industriales, como, por ejemplo, horario fijo de ocho horas aun cuando en nuestro clima es más favorable realizar algunas labores cuando el sol no daña tanto. Participé en múltiples “trabajos voluntarios”, y por citar un caso, en la siembra de boniato poníamos el bejuco en el surco a las once de la mañana cuando el sol está casi en lo más alto permaneciendo ahí hasta el otro día en que se cubría con la tierra. Nada se puede esperar trabajando de esta forma.
Siendo estudiante becario en los años sesenta, fui movilizado para la siembra de café en el experimento llamado cordón de la Habana, que pretendía transformarnos en una potencia mundial en la exportación. La plantación se realizó después de la demolición de los árboles frutales que abastecían a la Capital. Para cumplir con nuestra labor un tractor abría un hueco, otro tiraba al lado una bolsa de nailon (no biodegradable) con la planta de café, luego rompíamos los envases, sacábamos la planta, la depositábamos en el hueco y por último la tapábamos. Desarrollando mi labor de sembrador me encuentro un hueco en una piedra caliza llamando al profesor que estaba al frente de la movilización para enseñarle la situación, pues a pesar de ser estudiante sin experiencia en esta labor, no era lógico sembrar allí. Su respuesta fue inapelable: “Lo tuyo es poner las posturas en los huecos así que no pienses y me compliques la vida”. Luego me comentaron mis compañeros, que esa situación se presentaba frecuentemente, pero ellos la ignoraban, incluso me sugirieron sembrarla con la bolsa para de esta forma sobre cumplir la meta. Después no tuve más noticias sobre este plan, pero me parece que al final los habaneros se quedaron sin café y sin frutas.
La ganadería vacuna al triunfo de la Revolución estaba a la altura de los países más desarrollados en cuanto a cantidad, se dice que estaba cerca de una vaca por habitante.
Las fincas ganaderas particulares estaban cercadas utilizando el piñón (árbol muy difundido en aquella época) que florecía abundantemente siendo proveedor para la producción de miel de abeja, además, de proteger a los animales del fuerte sol, típico de los campos cubanos. También los árboles frutales, existentes en los pastizales, servían de cobija al ganado e igualmente fueron eliminados para la siembra de nuevas variedades. Estas fincas poseían huecos para recolectar agua en la primavera para el ganado. Estas tierras poseían pastos con muchos años de duración libres del marabú. El ganado casi en su totalidad era de la raza Cebú que había demostrado ser el más adecuado por su resistencia a los factores climáticos y adecuada producción de leche y carne. Los dueños de estas fincas poseían una amplia experiencia en el manejo del ganado, adquirida durante muchos años y trasmitida por sus generaciones antecesoras dedicadas a estas labores.
Para dar una idea de lo realizado por el castro-comunismo para implementar la economía socialista en la producción ganadera expongo un resumen de las principales acciones emprendidas:
Se designaron los nuevos dirigentes de las granjas estatales, personas confiables desde el punto de vista político, pero generalmente sin los conocimientos requeridos para la dirección y el manejo del ganado. El gigantismo de los nuevos dueños decidió derrumbar las añejas cercas y sustituirlas por otras de cemento que eran fácilmente dañadas por los animales. Con estas acciones se perdió además la fuente para la producción de la miel de abejas. Se sustituyeron los pastos por nuevas variedades, supuestamente mejores, pero que en la práctica no lo fueron, además se derrumbaron los árboles frutales eliminando la protección del sol al ganado y las frutas que los dueños vendían en los mercados. Se taparon los huecos existentes para el agua y como si fuera poco todo lo anterior, se sustituyó a la raza Cebú con un nuevo invento al cruzarla con la raza Holstein de climas fríos y que requieren un trato cuidadoso buscando el Holstein tropical. Otra imbecilidad de Fidel Castro. Todo lo ocurrido respecto a “Ubre Blanca” demuestra que la insensatez no tiene límites.
Los resultados de las acciones anteriores provocaron que el país, con una alta población de animales e importante productor de carne de ganado bovino, con altos per cápita de consumo en los años 50, haya perdido gran parte de su población ganadera y los pastos se encuentran actualmente infectados por el marabú. Además, las frutas se transformaron en rarezas y alcanzaron precios prohibitivos para la mayoría de la población.
Siendo investigador del laboratorio de organización de la producción en la Academia de Ciencias, participé en el diagnóstico de los principales problemas de desempeño que presentaba una empresa pecuaria, cuya misión principal era la producción de leche y carne. Una vez concluido el trabajo nos reunimos con el consejo de dirección para discutir los resultados. Cuando el jefe del grupo terminó de leer el informe el director de la empresa aprobó los resultados y expresó, pero existen otras causas pues las prioridades no siempre las definía él. Nos explicó la siguiente situación, para ponernos un ejemplo:
“Recientemente el Primer Secretario del Partido de la provincia, recorriendo la empresa en su carro, estimó, según su parecer, que las cercas de los linderos de los pastos estaban demasiado alejadas de los caminos y si se acercaban un poco más se podían recuperar tierras para aumentar la extensión de los pastos”.
Este dirigente partidista realizó un cálculo según el cual la empresa podía recuperar por esta vía hasta 280 hectáreas aproximadamente. A partir de este momento los dirigentes de la empresa, por órdenes del jefe partidista, se dedicaron a dirigir el movimiento de las cercas para recuperar dicho terreno. Se abandonaron todas las demás tareas y prioridades. Para cumplir con la labor encomendada la empresa utilizó la única brigada constructora que tenía, con sus recursos, desistiendo de la construcción de las instalaciones necesarias para los terneros próximos a nacer. Según el director tenía que darle un informe diario al dirigente del Partido sobre lo realizado en el día, en función del movimiento de las cercas. Nunca había tenido que informarle la producción de leche y carne que eran sus principales producciones. Para finalizar nos explicó: “lo más triste es que se van a morir los terneros por nacer, se afectará el crecimiento de la masa ganadera y la producción lechera, pero si realmente quisiera aumentar las tierras dedicadas a pastos en la empresa lo puedo hacer si elimino las aproximadamente 20 000 hectáreas de tierras invadidas por manigua que no he podido poner a producir debido a la falta de los recursos necesarios”.
El acontecimiento anterior deja claro que a la máxima autoridad partidista solamente le interesaba el cumplimiento de un capricho suyo pues ni siquiera se resolvía un problema de la empresa, pero además ratifica que en sus decisiones no tienen en cuenta el presente y el futuro. Sus necesidades no se armonizan o por lo menos no se equilibran y cuando esto ocurre el capital de la empresa se pone en peligro, se daña o se destruye.
Otra de las causas del deterioro de las empresas agrícolas y pecuarias es la falta de recursos para su mantenimiento y reparación. En la provincia donde residí se procuró atenuar esta situación mediante una campaña de “apoyo” para que empresas de otras ramas de la economía ayudaran en este sentido, expongo otro suceso en el que fui partícipe:
- “Por indicaciones del Partido se decidió que, la empresa en la que trabajaba “apadrinara” una vaquería perteneciente a una empresa pecuaria para paliar las limitaciones de recursos que presentaba. Nuestro director nos convocó a un “trabajo voluntario” para “mejorar” sus condiciones”.
Para comenzar, nos trasladaron a un grupo de trabajadores hacia una vaquería. Una vez que llegamos realizamos diferentes trabajos como chapea de los alrededores, pintura de cercas, recogida de obstáculos y otras. Al concluir la jornada nuestro director observó que el techo de la vaquería estaba en mal estado presentando filtraciones por varios agujeros. Ante tal situación tuvo la iniciativa de desmantelar el techo ya que según él al otro día vendríamos con tejas nuevas para su reparación. Procedimos al respecto y en un santiamén la vaquería se quedó sin cubierta. Como siempre ocurre la adquisición de los materiales demoró y comenzaron las lluvias con la llegada de la primavera, cuando nos aparecimos con las nuevas tejas aquello había sido un desastre. Resulta que al no tener donde guarecer a los terneros nacidos en esos días, todos murieron de neumonía pues no resistieron la lluvia sin resguardo y otro número importante de animales estaban enfermos. En esa vaquería los animales eran el resultado de cruces con la raza Holstein la cual es sensible a nuestro clima. No se me olvida la cara del jefe de la vaquería, un guajiro entrado en años, cuando nos dijo:
“La verdad es que cada día entiendo menos, resulta que la mayoría de los vaqueros que trabajan conmigo están movilizados en otras tareas (corte y cultivo de caña, defensa, etc.) y los movilizan a ustedes que no saben nada de esto. Si esos recursos nos los entregan a nosotros todo hubiera salido correctamente”.
En cuanto a la producción avícola se decidió su importación por la ineficiencia en su producción, debido al atraso de la tecnología utilizada, también calculada sobre la base de la paridad del peso cubano con el dólar. Esto indujo que los precios en los mercados alcanzaran niveles prohibitivos causando que la mayoría de la población no pueda, con frecuencia, consumir proteína de origen animal en su dieta, conformándose con arroz y frijoles los cuales tampoco son un menú barato. Recuerdo que de niño cuando se decía que alguien comía “harina de maíz con boniato” era sinónimo de pobreza, hoy día por sus precios son platos de categoría.
Pero al igual que en las otras producciones la total responsabilidad de los problemas no recae solamente en los directores de las empresas, sino que se debe compartir con los niveles superiores de dirección del sistema empresarial, del Partido y Gobierno.
Otro enigma que no ha sido descifrado en la economía del socialismo real, es el papel asignado a los planes pues siempre en el discurso de los dirigentes manifiestan que se cumplen, aunque reconocen que no satisfacen las necesidades del pueblo. Si la ley económica fundamental de la economía socialista es la satisfacción de las necesidades de los proletarios, cómo piensan lograrlo con empresas ineficaces e ineficientes que ni siquiera planifican las cantidades requeridas para cumplir tal objetivo. La “excusitis” ha penetrado toda la sociedad y las direcciones del Partido y del Gobierno. Siempre han expresado que la situación de la economía es consecuencia de las medidas derivadas del “bloqueo” impuesto por el gobierno norteamericano. Lo triste es que aún hay ignorantes en Cuba y el mundo que se lo creen.
No existen informaciones reales sobre la producción agrícola, así como la participación estatal y particular en la misma. La proclamada superioridad de las cooperativas socialistas sobre la propiedad privada de la tierra ha quedado desacreditada con los fracasos de los experimentos realizados. En una de las últimas reestructuraciones se crearon las UBPC (unidad básica de producción cooperativa), que todo parece indicar que también han sido un fiasco pues el desabastecimiento de los mercados así lo demuestra y los dirigentes del Partido se quejan que dan pérdidas y deben ser subsidiadas por el Estado. Nunca se ha mostrado alguna cooperativa socialista que pueda ser utilizada como modelo por su eficiencia y eficacia.
Para mayor ineficiencia de la producción agrícola y pecuaria se inventó un intermediario conocido como Empresa de Acopio. Esta debe ser la intermediaria comprando a las empresas y particulares sus producciones para vendérsela a los consumidores. Solamente puedo decir que nunca ha podido recolectar lo producido por las empresas perdiéndose parte o toda la cosecha y además les paga con retrasos de a veces hasta un año. Sin embargo, me comentó un agricultor privado que los intermediaros independientes (que fueron perseguidos hasta casi su extinción), compran inmediatamente que se les avisa y pagan al momento.
Raúl Castro, heredero del poder, implementó una serie de medidas para “salvar” la economía de su estado crítico. Mas del 85 % de las tierras propiedad del gobierno, según cálculos no confirmados, estaban infectadas de marabú. Decidió hacer entrega en usufructo a los particulares de ciertas cantidades de hectáreas con marabú y algunas vacas para que las pusieran a producir. Los “burrócratas” se encargaron de establecer las restricciones, que entre otras establecía que no podían construir viviendas además de la prohibición de ventas fuera del esquema establecido por la empresa de Acopio. Este experimento no tuvo en cuenta que el trabajador agrícola tiene entre sus principales motivaciones su sentido de propiedad de la tierra y los beneficios de su trabajo lo cual era imposible con tantas limitaciones. No poseo estadísticas, pero conozco que una buena cantidad devolvió las tierras.
Según reportajes aparecidos en la prensa oficial el sector campesino privado, con alrededor del 20% de la tierra, produce más del 70% de los productos agrícolas que se comercializaban en los mercados agropecuarios. De ser así, es fácilmente deducible el alto grado de desaprovechamiento de las tierras por las empresas agrícolas y pecuarias socialistas.
El nuevo presidente designado tuvo la irracional idea de establecer precios topados, lo cual significa que el Estado decide los precios de los productos agrícolas. Hay que ser muy estúpido o un total desconocedor de economía para dictar esta ley. El resultado ha sido el desabastecimiento total de los mercados y el gobierno dedica su tiempo a perseguir a los incumplidores imponiendo elevadas multas. Esto solo ha aumentado la miseria del cubano.
Cuba importa el 80 % de los alimentos que consume el país, con un desembolso que ronda anualmente los $2,000 millones de dólares. Dedicando parte de ese dinero a la producción agrícola y pecuaria con una Reforma Agraria que sustituya las actuales estructuras de propiedad y producción, obsoletas e ineficientes, en pocos años Cuba seria autosuficiente y podría exportar una parte. Para esto no se requieren científicos, sin moringa ni avestruces, pues en estas ramas de la economía las buenas prácticas del mundo están a la vista. Sin embargo, el inmovilismo, la insensatez y el capricho de los máximos dirigentes castro-comunistas lo impiden, pues les aterroriza la riqueza del pueblo solo anhelan la de ellos.
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capotecastillo@yahoo.es
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