En sus primeros 100 días, Biden ha priorizado una salida negociada para la crisis de Venezuela
EEUU opta por una política multilateral que involucre a Europa, la ONU y la facilitación de Noruega.
Diario de Cuba
27 de abril de 2021

Atrás quedaron las amenazas veladas desde la Casa Blanca, que signaron los dos últimos años de la Administración Trump. En relación con Venezuela, según analistas consultados por DIARIO DE CUBA, los primeros 100 días de gobierno de Joe Biden han representado un giro de 180 grados. Washington apuesta ahora a presionar por una negociación junto a sus aliados europeos.

A partir de la asunción de Juan Guaidó como cabeza de la Asamblea Nacional, y el efecto dominó que desencadenó Trump al darle el título de "presidente interino", en enero de 2019, la crisis venezolana vivió dos años rodeada de duros mensajes de parte de EEUU, que hicieron creer a no pocos que se estaba ante una inminente salida de fuerza.

En estos primeros 100 días, el tema de Venezuela no ocupa un espacio en los discursos de Biden. Ya allí radica un cambio importante, y más allá, al contrario de Trump, el nuevo Gobierno decidió otorgarle un estatus temporal de protección a unos 300.000 venezolanos migrantes en situación irregular.

Ni Biden ni el secretario de Estado, Anthony Blinken, han tenido un discurso grandilocuente o amenazante sobre Maduro.

Sin embargo, en estos primeros 100 días no se levantó ninguna de las sanciones individuales o financieras sobre Petróleos de Venezuela, tal vez como esperaba el chavismo, advierte la consultora política Carmen Beatriz Fernández, profesora de la Universidad de Navarra, en España.

Otro cambio apuntado por Fernández, al ser consultada por DIARIO DE CUBA, gira en torno a que Washington abandonó el enfoque unilateral de presión sobre el chavismo y ha apostado a concertar con la Unión Europea (UE) una postura común.

"EEUU también ha aceptado que el mecanismo internacional para precipitar un cambio en Venezuela deja de ser una política exterior que favorezca una presión unilateral y opta por una política multilateral que involucre a Europa, la ONU y la facilitación de Noruega", recalca por su parte Michael Penfold, investigador venezolano del Woodrow Wilson Center, entidad con sede en Washington.

La posición de Washington no es pasiva, comenta Penfold a DIARIO DE CUBA, ya que la Casa Blanca ha planteado que quien debe mover primero el tablero, mostrar concesiones creíbles, debe ser el régimen de Nicolás Maduro.

"Entre las concesiones relevantes están el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y la liberación de los presos políticos, incluyendo los ciudadanos de EEUU que han sido arrestados", precisa Penfold.

Fernández, por su parte, enfatiza que la crisis venezolana posiblemente ha agotado a la comunidad internacional, que, tras una prolongación extensa de la situación sin salidas viables para Venezuela, debe enfocarse en el impacto interno de la crisis sanitaria global dentro de cada país (EEUU y los países europeos).

Antes de que concluya este mes de abril, en tanto, el chavismo tendrá la oportunidad de demostrar si tiene un interés genuino en negociar con EEUU y la UE, que ha puesto sobre la mesa la posibilidad de suavizar o levantar sanciones contra Caracas, según sean las señales por parte del régimen de Nicolás Maduro.

En los próximos días la Asamblea Nacional, controlada por el chavismo desde enero pasado, deberá juramentar una nueva directiva del órgano electoral. Según quede conformado el CNE, estima Fernández, se despejará el panorama sobre el compromiso del chavismo con una salida negociada y abrirá o no la posibilidad de que los actores de oposición participen en los comicios municipales y regionales previstos para fines de 2021.

Según Penfold, el chavismo se debate entre dos corrientes. Por un lado, se creen ganadores en el plano doméstico, al haber erosionado a la figura de Guaidó y desalojarlo del Parlamento, pero saben que sin una "concesión" potable en torno al CNE no hay forma de resolver el tema internacional y avanzar en una negociación que incluya las sanciones.

La situación de Venezuela, que ha estado en la palestra por largo tiempo, puede pasar a un segundo plano en la agenda de EEUU, mientras que ya no es un tema prioritario para la UE.

"Si EEUU percibe que esas concesiones iniciales no aparecen por parte del chavismo, su alternativa será colocar a Venezuela en el congelador y enfocarse en lo humanitario, mientras prioriza otros temas regionales más importantes para ellos en México y Centroamérica", adelanta el investigador del Woodrow Wilson Center.

Para Penfold, al cumplirse los primeros 100 días de Biden en la Casa Blanca, la cuestión se resume de esta forma: Venezuela es una fuente de preocupación para Washington, pero no será asunto prioritario a menos que el chavismo haga concesiones significativas para dejar en evidencia su disposición a negociar.