¿Qué hace la diplomacia europea para impedir un desenlace fatal en la sede nacional de la UNPACU? Diario de Cuba 30 de marzo de 2021
Tras 11 días de huelga de hambre en Santiago de Cuba, las representaciones diplomáticas extranjeras no han contactado con los activistas.
Hace casi un año, el régimen cubano excarceló a José Daniel Ferrer, líder la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), y a los militantes de esa organización José Pupo Chaveco, Fernando González y Roilán Zárraga, quienes estuvieron presos por más de seis meses, tras presiones de la Unión Europea (UE).
Ahora, tras 16 días de cerco policial alrededor de la sede nacional de la organización en Santiago de Cuba y 11 de huelga de hambre, seguida por 56 personas en Cuba y otros países del mundo, Ferrer confirmó a DIARIO DE CUBA que ninguna representación diplomática extranjera en la Isla se ha comunicado con él y los huelguistas.
Tampoco el embajador comunitario en La Habana, Alberto Navarro, se ha interesado por los activistas plantados. Sin embargo, el representante de Bruselas en la Isla sí firmó una carta junto a 790 personas en la que pidió a Washington el cese del embargo contra el Gobierno cubano, sin mencionar las violaciones de los derechos humanos.
Navarro, que posteriormente ofreció una entrevista donde dijo que el régimen cubano no era una dictadura, fue duramente criticado por opositores y activistas cubanos e impugnado por decenas de europarlamentarios, que pidieron al alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, su destitución.
En 2020, según informaciones obtenidas entonces por esta redacción, previo al juicio que les celebró el régimen en el Tribunal Municipal de Santiago de Cuba a los activistas presos, el Grupo Socialista Europeo se trasladó a la Isla e intentó asistir al proceso, aunque el acceso le fue negado por las autoridades cubanas.
Tras la negación, varios miembros del Grupo Socialista, entre ellos su presidenta, la española Iratxe García, su vicepresidenta Kati Piri, y el presidente de la EUROLAT, el eurodiputado Javi López, tres pesos pesados de la izquierda europea, asistieron a más de una reunión con altos dirigentes del régimen, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo.
En dichas reuniones habría quedado patente el aislamiento ideológico al que se vería abocado el régimen en caso de no progresar de manera rápida en el respeto de los derechos humanos. Las demandas europeas se centraron en las detenciones arbitrarias, los encarcelamientos a la espera de juicio, la merma de la libertad de expresión y las restricciones al movimiento y, en particular —impulsado directamente por Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad—, el caso de José Daniel Ferrer.
De hecho, un día antes de las reuniones, Josep Borrell reclamó un juicio justo para Ferrer y puso en duda las garantías procesales en Cuba.
En esta ocasión, en cambio, no existe mediación diplomática en marcha. Tampoco el embajador Navarro, hasta donde esta redacción ha sabido, ha manifestado interés por la situación de los huelguistas.
Este martes Ferrer denunció en Twitter que "el cerco es más férreo que nunca. Para pasar por esta calle hay que mostrar carné de identidad y demostrar que se vive en esta calle. Acaban de instalar cámaras por todas partes. Cortes de internet. 16 días de cerco".
La huelga de hambre es una acción en reclamo por el cese del hostigamiento contra la sede nacional de la UNPACU, donde los activistas reparten alimentos a personas en situación precaria, sobre todo ancianos, minusválidos y madres solteras sin recurso económicos.
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