PATRIA Y VIDA VS. PATRIA O MUERTE.  Por el Doctor Alberto Roteta Dorado.

A los anquilosados líderes que rigen el destino cultural del país lo que menos les interesa es evocar el inicio de la gesta independentista de Cuba.

Santa Cruz de Tenerife. España.- El régimen de La Habana jamás mostró tanto interés en recordar el reinicio de las luchas insurreccionales como ahora. Este 24 de febrero el Ministerio de Cultura de Cuba (MINCULT) y su sistema de instituciones culturales convocó a los “artistas patriotas” a participar en diversas acciones encaminadas a evocar el lejano 24 de febrero de 1895, fecha en que se inició la segunda gesta independentista cubana.

El motivo por el que el MINCULT ha tenido esta inusual actitud no es otro que hacer la contrapartida a los últimos sucesos generados a partir de “Patria y Vida”, el tema musical que han protagonizado algunos músicos cubanos desde el exilio y que ha provocado una enorme polémica en torno a los defensores y detractores del tradicional y castrista “Patria o Muerte”, frase con la que el dictador cubano Fidel Castro solía culminar sus kilométricos e incoherentes discursos. 

La intención por parte del MINCULT y sus aliados ha sido mostrar una participación cuasi “masiva” y “espontánea” de artistas de diversas manifestaciones como las artes plásticas, la música y la literatura. Como era de esperar, un grupo de creadores e intérpretes respondieron al llamado para invadir espacios públicos con cantos corales, obras pictóricas, lecturas de poemas, etc., lo que merece un análisis, toda vez que un comentario resulta insuficiente para referirme a tan desmedida canallada.

En primer lugar, todos sabemos que en Cuba no existe participación espontánea de apoyo a las exigencias del régimen por parte de nadie; aunque toda regla tiene su excepción, y no podemos ser absolutos en este sentido, por cuanto, todavía hay algunos en los que el adoctrinamiento llegó con dosis demasiado fuertes como para poder desprenderse de sus estragos, de ahí que algunos simpaticen con el régimen castrista a pesar de sus penurias, sus frustraciones, y hasta su hambruna. 

Se sabe que esta última payasada – como todas– fue organizada (“orientada”, según el argot de los comunistas de la isla) por parte del Partido Comunista de Cuba (PCC), aunque se utilice al MINCULT como instrumento servil a sus propósitos, toda vez que el objetivo era contrarrestar el efecto del “Patria y Vida” y para esto nada mejor que el arte, y de manera general la cultura. Esto explica la convocatoria a las instituciones culturales cubanas, todas bajo el dominio absoluto del gobierno comunista de la isla.

¿Quienes participaron como marionetas serviles en esta nueva modalidad de movilización?

Como siempre, aquellos que se encuentran comprometidos con la dictadura comunista de Cuba: los militantes del PCC, los galardonados por las “autoridades” de la cultura, los oportunistas y arribistas, y en último lugar la exigua minoría que aún cree en los “logros” de su revolución. Está de más explicar lo que sucede a quienes desafiando los poderes de convocatoria de su organismo rector no acuden a su llamado. Un estado de aislamiento y ostracismo caerá sobre quienes se atrevan a no participar, o al menos, mostrarse indiferentes ante los nuevos experimentos de un sistema que bien sabe del fin de su existencia y se resiste a admitirlo, aunque para impedirlo tenga que acudir a la temerosa “muerte” que tanto evocó el viejo y megalomaníaco tirano en su eslogan “Patria o Muerte”, lo que en estos tiempos resulta obsoleto, amén de su marcado énfasis guerrero y pesimista, a diferencia del “Patria y Vida”, con una concepción de la patria desde una óptica renovadora e inclusiva capaz de disipar las diabólicas palabras del dictador.

Vale la pena detenernos en la idea de utilizar al MINCULT para la maquiavélica propuesta. En otro momento de esto se hubiera encargado la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), institución partidista y sectaria, manipulada por el gremio comunista de la isla, “atendida” directamente por los hábiles vigilantes de la Seguridad del Estado, e infiltrada por agentes informantes encubiertos, y que agrupa a los creadores cubanos que estén “dentro de la revolución” –evocando las satánicas palabras de Castro en los meses iniciales de su revolución– en sus diversas manifestaciones.

¿Por qué precisamente el MINCULT y no la UNEAC, el Partido Comunista, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Organización Hermanos Saíz, etc. en esta nueva contextualidad?

Para comprender este cambio de “organismo” resulta necesario acudir a los más recientes acontecimientos que han tenido lugar en la sede de dicha institución, principalmente la primera manifestación pacífica (27 de noviembre de 2020) protagonizada por cientos de jóvenes, en su mayoría artistas, creadores e intelectuales que reclamaron sus derechos a la libertad de expresión en su trabajo creativo, sin olvidar la más reciente tenida (27 de enero de 2021) de un grupo menos numeroso, también de jóvenes con iguales inquietudes, en el que el Ministro de Cultura fue capaz de agredir físicamente a uno de los participantes, amén de la persecución y el secuestro de varios de los que intentaron participar. 

IMAGEN DEBAJO: La sede del Ministerio de Cultura, en La Habana, fue uno de los sitios escogidos para que los "fieles" "artistas patriotas" de Cuba se pronunciaran ante la convocatoria del régimen castrista.

La intención es cambiar la imagen que se ha creado de una institución que, lejos de representar a los artistas y creadores, los excluye cuando estos no responden a sus intereses, esto es, fidelidad al sistema comunista impuesto en la isla mediante una creación artística acorde a los “principios de la revolución” – acudiendo, una vez más a la obsoleta retórica de los dirigentes partidistas de la isla–. A los anquilosados líderes que rigen el destino cultural del país lo que menos les interesa es evocar el inicio de la gesta independentista de Cuba.

Esto fue solo el pretexto para lanzar su veneno contra el impacto social que ha tenido la idea del cambio radical de la frase castrista mediante la música, independientemente de que se simpatice o no con los intérpretes que protagonizan el tema, o que el género escogido sea o no el ideal. Al final, lo cierto es que ha tenido un impacto social, algo que se debe, en gran medida, a la popularidad de sus intérpretes y creadores, amén del rol determinante de las redes sociales en la actualidad. 

¿Por qué vincular el patriotismo cubano del final del siglo XIX con la creación artística y el movimiento cultural de estos tiempos?

Recordemos que los jóvenes con inquietudes artísticas y literarias han sido los protagonistas de las principales expresiones, pronunciamientos y manifestaciones contra el régimen cubano en los últimos tiempos. La manifestación pacífica del pasado 27 de noviembre de 2020 frente a la sede del MINCULT marca un antes y un después en la historia de la oposición cubana, algo que fue liderado por jóvenes intelectuales, algunos creadores y artistas.

Tengamos presente también que los movimientos artísticos y los intelectuales han marchado a la vanguardia del librepensamiento y de expresiones estéticas capaces de provocar cambios contundentes y radicales a través de la historia – la Ilustración francesa como corriente de pensamiento filosófico es el paradigma en este sentido, toda vez que su influencia fue determinante en la consumación de la Revolución Francesa de 1789–, algo que es bien conocido por todos los sistemas totalitarios. De ahí el especial énfasis y "preocupación" por todo lo que sucede en torno a la cultura.

No se trata de evocar las acciones del inicio de la gesta independentista de 1895, sino de pretender demostrar la supuesta vigencia y la plenitud de acuerdo del macabro eslogan castrista de “Patria o Muerte”. Esta vez utilizaron la histórica fecha porque era lo más cercano que tenían, independientemente que con el uso de la historia cubana del final del siglo XIX la idea de la pretendida defensa del “Patria o Muerte” quedaba como un elemento sutil, aunque en realidad era el verdadero propósito.

Evocar la historia del inicio de la gesta independentista permitía, al propio tiempo, utilizar la colosal imagen y el extraordinario pensamiento del más grande de los cubanos: José Martí. Las obras pictóricas a cargo de los artistas de la plástica oficialistas no se hicieron esperar. De esta forma, esto es, desde la imagen aparente y reiterativa del considerado Apóstol de la nación, se quiso demostrar que el gestor principal de la guerra de 1895 solo les pertenece a los cubanos que aparentemente simpatizan y defienden al desacreditado sistema cubano, con lo que se enfrentaron a las multitudes de citas referenciales de la autoría del hombre de Dos Ríos relacionados con la libertad, la democracia, la soberanía, la esclavitud, el servilismo, la manipulación por parte de los gobernantes, etc., que cada día se publican en las redes sociales por cubanos que se oponen al régimen.

Y así las cosas, y aunque el “Patria y Vida” no sea precisamente lo que provoque el necesario estallido social, lo cierto es que llegó para quedarse y por estos días les ha sacado lo peor a los anquilosados comunistas de una nación en la que un cambio urgente es inevitable e impostergable.  

¡PATRIA Y VIDA!

                                        albertorot65@gmail.com