¿Qué opciones de obtener dólares hay en Cuba? Diario de Cuba 17 de enero de 2021
Mientras aumentan los productos que solo se pueden adquirir en divisas, disminuye el acceso a ellas para la población cubana.
Desde 2019 el Estado cubano viene mostrando indicios de escasez de divisas en sus arcas, pero no fue hasta 2020 que la situación se tornó crítica, pues a la par que aumentan los productos que solo se pueden adquirir en dichas monedas disminuye el acceso de la población a ellas.
La primera de las dificultades la encuentran quienes se dirigen a las Casas de Cambio (CADECA) estatales, únicas entidades autorizadas para el cambio de dinero en el país. Desde el pasado año las CADECA no ofrecen el servicio de canje de moneda nacional por extranjera, a pesar de que los trabajadores cubanos cobran sus salarios en pesos cubanos, y están obligados a pagar cada vez más productos y servicios en moneda extranjera.
En estos casos existe una sola excepción, y es la de los cubanos o extranjeros que viajan fuera de la Isla. Estos pueden cambian un máximo de 7.200 pesos cubanos por su equivalente en dólares o euros en las CADECAS de los aeropuertos. Sin embargo, dichas entidades no garantizan que la moneda deseada esté disponible en todo momento.
Por otra parte, quienes poseen cuentas bancarias en divisas en los bancos cubanos tampoco pueden sacar su dinero cuando lo deseen. Estos han de solicitar con tiempo la extracción y los bancos lo van entregando por partes, de acuerdo a su disponibilidad, en un proceso que puede durar años.
La situación se ha hecho todavia más compleja con la creación de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), suerte de dinero virtual respaldado en divisas mediante el cual el Gobierno vende una gran cantidad de productos de primera necesidad. Tal dinero solo puede ser utilizado a través de tarjetas magnéticas y es imposible extraerlo.
Con el inicio de la Tarea Ordenamiento el escenario se complicó definitivamente. Las autoridades han mantenido la tasa de cambio habitual de 24 pesos cubanos por un dólar, pese a no tener reservas de la moneda estadounidense. A lo que se suma el hecho de que la oferta de productos en dólares resulta más amplia que la oferta en pesos. En consecuencia, el valor del peso cubano comenzó a caer en un proceso cuyo fin es impredecible.
A aquellos ciudadanos que tenían cuentas bancarias en pesos cubanos convertibles (CUC) las autoridades les permitieron cambiarlas a dólares, pero el propio Marino Murillo, jefe de las reformas económicas del Partido Comunista de Cuba (PCC), alertó que dichos depósitos serán congelados hasta que la economía cubana disponga de liquidez.
Según Murillo, los montos de esas cuentas serán respaldados "cuando las condiciones de la economía mejoren", algo para lo que el Gobierno no tiene fecha. El propio Murillo avisó que "no es nada sensato hacer compromisos de tiempo".
Las personas que decidan convertir sus ahorros de CUC a dólares o euros recibirán un "certificado de depósitos", lo cual se les entregará también a los profesionales cubanos contratados en el extranjero a través del Estado cubano, en caso de adoptar esa opción.
En vista de todo lo anterior, las opciones que quedan para los cubanos son las remesas y el mercado negro. Con el riesgo que este último conlleva, pues quienes acudan a él pueden ser acusados de tráfico ilegal de divisas, un delito que el actual Código Penal sanciona con "privación de libertad de dos a cinco años o multa de trescientas a mil cuotas o ambas”.
Y tales sanciones no están previstas solo para quien vende la divisa, sino también para la persona que, a falta de alternativas legales, tiene que comprarla. Las dos partes de la transacción resultan sancionables de acuerdo a la ley.
Los cambios impuestos por el Gobierno cubano llevan el tema de las divisas a donde más conviene a las autoridades: las remesas. Las remesas constituyen prácticamente la única vía legal que dejan a los cubanos para adquirir la llamada "moneda dura". No obstante, los canales legales han sido diseñados para que dólares y euros no lleguen nunca a manos de la población. Es el Estado únicamente quien se reserva ese derecho. Es el Estado quien se queda con dólares y euros.
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