NOTA DE GUILLERMO MILÁN REYES: Es importante leer este artículo del Dr. Alberto Roteta Dorado antes de ver el video que está al final del mismo, pués ayuda mucho a comprender el porqué de los efectos de luces y la simbología tanto gráfica como musical que he usado en la realización de mi video.
Breve Reseña de la historia presidencial cubana. La Odisea de los dinosaurios Castrista… A propósito del último vídeo de Guillermo Milán Reyes en su Web “Cuba Democracia y Vida.ORG" Por el Doctor Alberto Roteta Dorado.
Santa Cruz de Tenerife. España.- Al hacer una valoración crítica sobre una creación correspondiente a un compatriota, colega y amigo siempre se corre el riesgo de que al dejarnos conducir por el aspecto emotivo de nuestra personalidad – ese que suele traicionarnos con frecuencia cuando no lo logramos colocar por debajo del pensamiento, al que debemos dar su rol preponderante en todos nuestros actos– solo hagamos elogios que puedan acariciar el oído y la sensibilidad del creador.
Pero como he tratado de ser siempre muy ético en estos andares de escribir sobre lo que otros han hecho, incluidas mis valoraciones sobre pensadores y filósofos con los que discrepo en el enfoque de sus doctrinas, y aún así por cuestiones éticas les he respetado sin dejar de señalar con sutiliza cualquier punto que considero débil. Esta vez no será pues la excepción por el hecho de tratarse de una obra de Guillermo Milán, director y editor de la Web "Cuba democracia y vida.org" página con sede en Estocolmo, Suecia, país donde vive exiliado desde hace más de veintiocho años.
Así las cosas, veamos las grandezas y también, ¿por qué no? algún punto débil, de este interesante material audiovisual –como suele decirse en estos tiempos– con el que nos sorprende Guillermo Milán.
Lo ha titulado Reseña de la historia presidencial cubana. La odisea del castrismo, y pretende mostrarnos a través de la combinación de la imagen visual, la música, la poesía y la utilización de recursos expresivos con títeres y muñecos algunos puntos esenciales de la dura realidad cubana, poniendo especial énfasis en la toma del poder por el dictador Fidel Castro, sus años iniciales, su decadencia –escenas del desmayo en plena tribuna y de la caída al final de uno de los más extensos y aburridos discursos de su historia–, y su muerte con el consiguiente espectáculo del traslado de sus cenizas por todo el país hasta llegar a Santiago de Cuba, sitio donde al final fueron colocados en la famosa piedra para la veneración de sus fanáticos seguidores.
Tal vez algunos lectores crean poder encontrar al ver este material un momento de esparcimiento mediante pinceladas humorísticas. Si alguien lo cree así pues que lo disfrute a su manera, pero no sin antes advertirles que traten de ir más allá de la aparente representación, de modo muy especial cuando son utilizados muñecos y títeres que intentan satirizar la realidad contextual de una nación dominada por el régimen comunista más maligno de la historia continental. La sátira ha sido a través de la larga historia del hombre y de las sociedades una excelente manera de denunciar los males existentes a su alrededor.
Es cierto que hay momentos de un buen humor, de ese que se hace bien pensado y que con decoro y decencia puede satirizar ciertos hechos de la realidad; pero lo humorístico es tan solo en la apariencia –como tantas veces hizo Chaplin, ese grande del cine que a través del gesto y de un humor bien elaborado puso a pensar a media humanidad–, detrás de la cual existe un mensaje que pretende –y creo que Guillermo Milán lo logra con creces– denunciar la agonía del pueblo cubano que se destruye bajo los maléficos efectos de la peor dictadura del hemisferio en el presente.
La realidad a través de la poesía y la imagen gráfica. En la lejana manigua un guajiro sigue esperando….
La utilización de un poema poco difundido declamado por el maestro Luis Carbonell constituye uno de los mayores aciertos del vídeo, toda vez que los versos “allá en la verde manigua, en un lejano bohío, siguió un guajiro esperando”, se convierten en recurso que a modo de leitmotiv nos conduce a la reflexión, y a la vez nos da la medida de la vigencia de un texto que puede ser aplicado no solo a la llegada del castrismo, sino a la existencia de otros gobiernos de Cuba en los que la corrupción, la represión y la desigualdad estaban presentes sin que se lograran erradicar, como también ha ocurrido con el régimen actual a pesar de la propaganda favorecedora en pos de presentar al mundo una tierra paradisíaca como modelo prototípico del paraíso descrito por Marx en su Manifiesto Comunista y que prometió trascender el dictador Fidel Casto en su conocido Programa del Moncada.
Pero no solo el poema es meritorio en el vídeo, sino la inclusión de una serie de imágenes gráficas que denuncian el grado de destrucción de una nación que se desmorona en pedazos día a día, así como varias escenas en las que se refleja el grado de persecución a los opositores del país, de manera particular a Las Damas de Blanco, la reconocida organización femenina que cada domingo durante varios años protagoniza acciones de protestas pacíficas.
A estos momentos del material he de añadir otros elementos que sabiamente ha sabido explotar Milán, y que enriquecen la denuncia a modo de sátira, o la evocación a aquello que muchos han olvidado, y que requiere de una rápida recuperación si es que queremos preservar nuestra identidad y nuestras raíces.
El títere como comandante antes y después.
Dos títeres representan al dictador Fidel Castro, los que son insertados en alternancia con su imagen real en lo que pudiéramos ver como un Fidel antes y después. Antes de caer en la decrepitud –títere vestido de militar con sus grados de comandante– durante uno de sus extensos discursos donde se refiere a lo que le dijo un amigo: “mira que Cuba ha hecho cosas”, y luego durante su larga agonía delirante en la que su pensamiento se dispersaba entre moringas, clarias, revoluciones energéticas, batallas de ideas o cualquier cosa estrafalaria. En esta ocasión es utilizada una intervención en la televisión cubana junto al servil periodista oficialista cubano Randy Alonso Falcón, director general de la conocida Mesa Redonda, y en la que el viejo comandante –ahora el títere vestido con ropa deportiva como solía estar el dictador en sus últimos años– se dispersaba entre programas nucleares iraníes, fórmulas de Einstein y valoraciones sobre Newton en su Reflexión número 45.
Muñecos durante el recorrido de las cenizas y el entierro. El eco de un fingido llanto según ritos y costumbres de Corea del Norte.
Este es el punto clímax del trabajo de Milán. El empleo de animales como varios perros, los dos cerdos –por aquello que se hizo famoso en La Habana hace unos años cuando un opositor lanzó dos cerdos a las calles habaneras con los nombres de Fidel y Raúl pintados en sus cuerpos– y el siniestro gorila que desde su sombra de misterio todo lo observa, todo lo controla, todo lo domina, le ofrecen a este material un sentido de originalidad inigualable.
Aquí todo está pensado, y hasta lo que algunos le pudieran señalar como pequeñas debilidades por lo de la excesiva oscuridad en algunas escenas de esta parte, no es otra cosa que la descripción de ese ambiente de tinieblas por la que atraviesa el pueblo cubano. Recordemos que todos los sistemas religiosos de la antigüedad se refirieron a las tinieblas como contrapartida de la luz. “Yo soy la luz del mundo”, la frase atribuida al Cristo-Redentor, quien enseñó que todo aquel que lo siguiera dejaría de andar entre las tinieblas, es pues un ejemplo que nos demuestra la idea de lo simbólico expresado a través del uso de la contrapartida de la iluminación, esto es, el enfrentamiento entre verdad y falsedad, entre el bien y el mal, que cual lucha permanente de contrarios han matizado el desenvolvimiento humano y de las sociedades desde remotos tiempos hasta el presente.
Esta escena es además algo extensa en relación con otros puntos del material; pero hemos de considerar que ahora su autor está evocando aquellos días en que se impuso un ambiente de luto en toda la isla, cuya duración se extendió por una semana, amén de abordar mediante la metáfora, el símbolo y el emblema aquel fastidioso recorrido de las cenizas del que dejó de ser desde La Habana hasta Santiago de Cuba, sitio donde finalmente fueron depositados por desgracia y para bochorno de todos en las cercanías de la sagrada tumba de José Martí –la imagen martiana que deja entrever una lágrima en el final del vídeo pudiera ser la expresión de desacuerdo del Apóstol cubano, amén de su infinita pena por el presente del pueblo cubano.-
Como resulta casi imposible comentar cada detalle, toda vez que resultaría extremadamente extenso lo que pretende ser un comentario, insistiré antes de concluir en tres aspectos que considero de gran valor en este trabajo. El primero es referente a la imagen de un helicóptero que desde la altura emite una tenue luz para ofrecer cierto matiz de claridad a lo que está ocurriendo en torno al féretro que se desplaza, lo que guarda relación con la idea antes comentada acerca de las tinieblas y de la luz, pero esta vez se ha añadido el ensordecedor sonido que cual bajo continuo –Guillermo Milán es músico, guitarrista y profesor de este instrumento, y conoce de los efectos de sonidos y de ese bajo ostinato capaz de generar un sentido de unidad funcionante más allá del planteamiento armónico– conduce las ridículas acciones de aquellos días.
Pero además de este efecto, devenido en elemento musical por la influencia capaz de generar la música, se utiliza sabiamente el llanto y el eco de palabras pronunciadas en los ritos funerarios de Corea del Norte, segundo de los aspectos que a modo de resumen comento, algo a lo que los lectores tal vez no estén acostumbrados y merece una explicación para que se logre comprender el por qué de estos raros llantos y estas palabras ininteligibles. Su autor establece un paralelo entre los ceremoniales fúnebres de los dictadores de la lejana Corea del Norte y de Cuba, que si bien resultan distantes geográficamente están muy cercanas en la forma que sus líderes adoptaron para conducir los designios de ambas naciones.
El tercero y último aspecto está en relación con el retorno del poema, que cual leitmotiv vuelve para reiterarnos esta vez la idea de esas “promesas sin realizar”. Ahora el llamado acuarelista de la poesía antillana asume enérgico las frases finales del texto para decirnos: “Pero otra vez por las calles se oyó resonar un canto, y de nuevo pobre Cuba, aquel también prometió ser bueno, justo y honrado, que correría el dinero, y en efecto, corrió tanto que no hubo ningún pobre que consiguiera alcanzarlo” (…)“Y allá en la verde manigua silencioso y resignado, dando su sangre a la caña y a la tierra sus pedazos, sufriendo eterna miseria y sin embargo callado, su triste rostro impasible bajo el sombrero de guano guardando el alma de Cuba bajo su techo esforzado, en un bohío sigue un guajiro esperando, pero nadie lo recuerda, pobre guajiro cubano”.
La sublimidad de la auténtica música cubana. La RESTAURACIÓN de nuestra cultura y nuestra identidad.
El final del vídeo es todo un canto de esperanza. Las imágenes de los símbolos patrios, las aves cubanas, el colorido de los campos y aquella lágrima del Apóstol que desde otros niveles de realización espiritual nos sigue guiando, realzan el mensaje esperanzador de un final que se sustenta sabiamente en la música de “La Bella Cubana” de José White, lo que es también un llamado a la restauración de nuestra cultura, de nuestra identidad y de nuestro decoro.
Aquí el video de Guillermo Milán Reyes:
albertorot65@gmail.com
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