'El Gobierno está empujando a una emigración masiva en cuanto abra la frontera' Por Jorge Enrique Rodríguez Diario de Cuba 14 de noviembre de 2020
Malecón de La Habana. DIARIO DE CUBA
La próxima apertura del Aeropuerto Internacional José Martí reactiva los planes de emigrar de muchos cubanos desesperanzados.
La reapertura del Aeropuerto Internacional José Martí, prevista para este domingo el 15 de noviembre, ha reactivado entre los habaneros los planes de emigrar "a como dé lugar", luego de ocho meses de pandemia y escasez severa en la Isla.
"Ahora sí que no hay esperanzas de prosperar aquí de ninguna manera. Cuando abran la frontera, me quedo donde sea", comentó Leonardo Suárez Parra, quien administraba un hostal privado en Centro Habana.
Para este emprendedor, plantearse un negocio privado en Cuba bajo el azote del Covid-19 y la agudización de la crisis económica y financiera "está más allá de la locura".
"En medio de la pandemia, el Gobierno dio muestras claras de no querer, bajo ningún concepto, que los cubanos prosperen. Sigue cerrado a las importaciones cuando el país apenas puede garantizar la producción de un pan normado; dolariza la economía nacional a costa de desatender el abastecimiento de productos y alimentos básicos, lo que obliga al sector privado a disparar los precios en medio de una posible cancelación de vías de entrada de remesas. La propia reactivación de restricciones de entrada de equipajes al país es una muestra de que los cubanos seguiremos asfixiados", señaló Suárez Parra.
El pasado mes de octubre, el ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, informó que las autoridades aduanales prohibirían la entrada al país de equipajes que incumplan con las medidas vigentes para los cubanos: "la limitación de equipaje de hasta dos piezas en bodega, de hasta 32 kilogramos cada una". Esto según el ministro ayudará a "agilizar los movimientos en aeropuertos".
No pocos habaneros vieron en el anuncio la preparación del escenario para restringir el negocio de las llamadas "mulas", un eslabón esencial dentro del sector privado, que depende en gran medida de esas importaciones irregulares a falta de un mercado mayorista.
Con cinco años dedicado al negocio de las mulas, principalmente entre Panamá y México, Nelson Martínez ha decidido quedarse en cualquiera de los países para los cuales los cubanos no requieren visado, pues el mexicano se le venció y no pudo renovarlo tras el cierre de los consulados en La Habana por la pandemia.
"No tiene sentido seguir arando en el mar. La pandemia llevó a límites de desesperación a la mayoría de los cubanos y ¿el Gobierno qué hizo?: apretar más las tuercas hasta con los vendedores de plátanos y dolarizar la economía", dijo Martínez quien importaba generalmente productos de aseo personal, ropas y calzados.
Antes de la expansión del Covid-19 y el cierre de las fronteras, tenía planes de abrir dos puntos de venta junto a sus familiares. Cinco años de ahorro como mula incluso le permitieron soñar con abrir un pequeño restaurante en las cercanías de Nuevo Vedado, donde vive.
"Pero ya soñar en Cuba es imposible. Migrar para siempre es la única manera que tenemos los cubanos de ser personas legalmente, sin el susto de levantarse en la mañana con nuevas prohibiciones, topes, multas; sin que el Gobierno ponga en peligro el envío de remesas por cuestiones de ideología. Al menos a mí, esta pandemia, este encierro, me convenció de que el único bloqueo es el del Estado contra los cubanos", añadió Martínez.
La posibilidad del cierre de los servicios de Western Union en la Isla, tras la negativa del Gobierno cubano de buscar empresas no militares para intermediar en el envío de las remesas familiares desde Estados Unidos, es otro de los resortes que reconfiguró los planes de migrar de muchos habaneros.
"Mis hermanos decidieron que abandonara Cuba en cuanto abrieran la frontera y me estableciera temporalmente en México, pues tengo visado vigente de ese país", dijo María del Pilar Sarmiento, vecina del Cerro. "Allí me ayudarán con las remesas hasta que pueda trasladarme a Estados Unidos".
"Pero si a mi esposo y a mí nos va bien en México, allí nos quedamos. Cuba no es una opción. No se trata de la pandemia que, en definitiva, golpeó la economía de todos los países del mundo; el problema está en que el Gobierno cubano ni muerto se abre y no quiere la prosperidad de las personas. Ya ni aquellos que nos beneficiamos con las remesas tenemos tranquilidad o planes de emprender algún pequeño negocio. El Gobierno está obligando a una migración masiva en cuanto abran la frontera", consideró Sarmiento.
Los cubanos no confían en un retorno a "la normalización económica" en un país con una severa escasez de alimentos, medicamentos y productos básicos, que ha provocado un aumento de las protestas ciudadanas públicas.
"El país no pinta bien ni siquiera para los solventes gracias a nuestras familias en el extranjero, aunque la Mesa Redonda utilice colores distintos para describirlo", comentó Belkis Fariñas Socarrás, licenciada en Recursos Hidráulicos, quien, junto con sus familiares, decidió emigrar definitivamente.
"Mis planes los emprenderé en otro país, cualquiera que sea. En Cuba los cubanos no importamos, somos búcaros de segunda mano, pero no para llenarlo de flores sino de promesas y sacrificios por gusto. Es amargo decirlo, pero convertirnos en emigrantes es la única 'conquista', el único 'legado' de la Revolución", concluyó.
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