VACUNA DEL COVID: ¿SOLUCIÓN PARA AMÉRICA LATINA?. Por el Licenciado Frank Braña Fernández.
Bogotá. Colombia.- Julio termina lleno de esperanzas. Las noticias sobre la vacuna contra el Covid-19 son alentadoras y la carrera por ser los primeros en patentar toma tinte de final olímpica entre las farmacéuticas Pfizer, Astrazeneca, conjunto a la Universidad de Oxford, Moderna, y laboratorios en países como Estados Unidos, China, Rusia, Reino Unido que en alianzas o en solitario trabajan sin descanso. Según datos de la Organización Mundial de la Salud son 21 vacunas candidatas que se están evaluando en ensayos clínicos con seres humanos en todo el mundo.
La pandemia indiscutiblemente ha sacado a flote lo mejor, pero también lo peor de la realidad social de estos tiempos, y aún la carrera que conduzca a una solución parcial o total está llena de obstáculos, desafíos financieros y problemas de seguridad.
Supongamos que la tenemos: ¿estará al alcance de todos?, ¿será utilizada como mecanismo de presión político?, ¿se convertirá en herramienta de balance hegemónico como lo fueron en su momento las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki o la RDS-1 soviética? Todo será cuartilla de próximas fechas; pero la realidad actual complica cada segundo la existencia digna de la especie humana mucho más que el Covid.
La expectativa de sobrevivir transita por retos para los cuales no se piensa con certeza una solución. La ralentización de la economía europea y su impacto negativo en América, la incertidumbre latente del Brexit, el cambio climático, el escenario político mundial extremadamente polarizado ya inmerso en otra guerra fría, y “Nuestra América”, la que profetizara José Martí, llevando la peor de las partes.
La región no encuentra el justo medio, Cuba, Venezuela y Nicaragua, aferrados con increíble obstinación viviendo más de consignas que de realidades y sumiéndose en la pobreza. Los vaivenes y coqueteos ideológicos balancean el resto del continente que sigue atento al "vecino rico del norte" sin mirar su patio mientras miles pasan al ejército de desempleados. La xenofobia crece y la educación se va por la borda del paternalismo facilista de la modernidad.
Que nos deparara el futuro: ¿la esperanza es lo último que se pierde o lo primero que se gana cuando todo está perdido?. Pensemos, no habrá esperanzas si no existe acción. No se arrodillaron a orar y esperar una solución los que tomaron la Bastilla en 1789, los que derribaron el Muro de Berlín en 1989, los que hicieron florecer la Primavera Árabe, o los que sobre las ruinas del 11 de septiembre construyeron un mejor país. Todos se arrodillaron, oraron pero luego salieron a forjar con sus manos el futuro.
América Latina debe transformar mentalidades, poner un basta por siempre y lograr el cambio que ella misma se niega. Una región que ya no necesita caudillos, necesita consenso; que no puede seguir victimizándose.
De seguro la vacuna contra el Covid-19 será un hecho, a esta pandemia vamos a sobrevivir, nadie tiene dudas; pero y ¿nuestra vacuna dónde está?
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