SOBREVIVIR EN UN MUNDO QUE CAMBIÓ, PERO SIGUE IGUAL. Por el Licenciado Frank Braña Fernández.
Bogotá. Colombia.- ¿Alguien duda que el mundo cambió; pero sigue igual? Este 2020 parecía ser otro año cualquiera, excepto por los vaivenes de la bolsa, el Impeachment de Donald, los embates del caso Odebrecht en América Latina y algún que otro proceso electoral que pudiera dar sorpresas; solo algunas noticias de la prensa amarillista sobre los meteoritos cerca del Planeta Tierra o algún desnudo político parecían sacar a los más incrédulos de la monotonía.
El 13 de enero luego de un controvertido período de falta de transparencia y acciones sanitarias cuestionadas como pobres e irresponsablemente mal manejadas por el régimen de Beijing, las autoridades de Tailandia reportan un caso de infección del coronavirus. El hombre infectado un ciudadano chino que había llegado de Wuhan; luego fue Japón, otras zonas de China, Washington, y ya en el propio mes los primeros casos de coronavirus en Europa, siguiéndole América.
El resto es parte de la realidad que vive la humanidad. No podrá ningún estudio, en años, dar cifras certeras de contagiados ni muertos. La pandemia ha sobrepasado a los estados, gobiernos e ideologías, poniendo al descubierto las debilidades y falacias de estos, así como de los sistemas de salud, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud de conjunto con varias organizaciones internacionales; el mundo con sus diversos establishment fracasó.
Cuando muchos perdían la fe en los momentos duros de la pandemia surgió un haz de esperanza. La solidaridad brotó espontáneamente de las personas con gestos y acciones dignas de la más épica de las historias contadas, enfermos de la tercera edad renunciando a los respiradores para que los jóvenes sobrevivieran; médicos y psicólogos ofreciendo servicios gratuitos; profesionales extranjeros de la salud que viven como migrantes -sin habérsele dado nunca la oportunidad de revalidar- ofreciendo sus servicios de manera gratuita en las peores condiciones y lugares más complejos; aplausos desde balcones, cantos para apoyar la labor que realizan los sanitarios y otros profesionales en la lucha contra el coronavirus y para que todos los servicios esenciales funcionen; muchos caseros para ayudar a sus inquilinos tanto en viviendas como en locales comerciales les condonaron el pago del alquiler ayudándoles en este difícil momento; donaciones de implementos médicos; confección de mascarillas por ciudadanos en un intento por frenar la propagación del virus; cartas de apoyo a pacientes y profesionales.
Parecía que al final habíamos entendido que se muere por falta de oxígeno, ese que tanto abunda, sin importar estatus social, nacionalidad, ideología, religión. Al fin, a un gran costo se aprendía la lección. Pero no, solo pasaron días y caímos en otra de las paradojas de la vida.
- * En varios países, luego de aplaudir públicamente, en los vecindarios proliferan mensajes poco amistosos: “Si eres médico, enfermero, farmacéutica, o te dedicas a la salud!!!, vete del edificio porque nos vas a contagiar a todos hdp!!! Tus vecinos”.
- * Un país como Cuba que según planteó, recibió por “solidaridad” un crucero con enfermos que nadie permitía llegar a puerto; niega ahora la entrada a nacionales que mantienen su residencia en la isla por temor a contagios externos.
- * China alerta de consecuencias que podría acarrear para Australia si esta insiste en investigar el origen de la pandemia.
- * En diversos países se ceba la xenofobia contra los profesionales de la salud desvalorizando sus conocimientos, volviendo a la equivocada idea que les roban sus trabajos, cuando cada día faltan más profesionales.
- * La prensa golpea y golpea sin importar consecuencias. Es mayor la crítica que la conciencia que siembran; salvo excepciones toman el amarillismo como bandera.
- * En política ni pensar que es diferente, no hay un alto, una tregua en momentos tan difíciles, sacar partido y desbancar la palabra de orden.
- * Los bancos sin condonar deudas a los más pobres cuando muchos no tienen ni donde enterrar a sus familiares.
Todos hablamos del cambio y la nueva etapa, de lo que hemos sido obligados aprender, de cómo será todo en lo adelante; pero no concretamos el pensamiento con la acción.
Puede ser o no el coronavirus una cepa producida mediante ingeniería genética que accidentalmente salió del laboratorio; haber surgido naturalmente y llegado a los seres humanos después de pasar de los murciélagos a un animal intermediario; ser una mutación de un tipo de coronavirus ya existente; restauración divina, o incluso, el comienzo del fin de los tiempos del que habla la biblia; pero lo que no podemos es perder la fe en el ser humano
Lo importante para lograr nuestros propósitos de luchar, enseñar sin cansarnos, predicar amor y solidaridad, es sobrevivir en un mundo que cambió, pero sigue igual.
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