Cuba. Informe final sobre el Coronavirus. Por el licenciado Rolando Gallardo.
¿Por qué Cuba se burla de la cuarentena?
Quito. Ecuador.- El mundo aguanta la respiración ante la amenaza real de una enfermedad altamente contagiosa y letalidad creciente. Mientras la naciones toman medidas drásticas para contener la propagación del COVID-19, el gobierno cubano se proclama como “país de puertas abiertas al turismo”, saca músculos y entre líneas declara a la Mayor de la Antillas un territorio inmune al coronavirus y listo para tratar con lo que asume como una afección respiratoria de poca relevancia.
Para comprender la postura de La Habana hacia el combate internacional contra la expansión de este flagelo debemos remontarnos a las medidas económicas y restricciones de viajes promulgadas por el presidente Donald Trump. Desde abril de 2018 hasta la actualidad se estima que el gobierno cubano ha perdido 7mil 500 millones de dolares por las restricciones de viajes de ciudadanos norteamericanos y otras medidas que afectan los ingresos del régimen. El PIB estimado por CEPAL para Cuba en 2019 fue de 0,5%, lo que supone una desaceleración abismal comparado con el crecimiento de 2,2% de 2018, cuando entraron en vigor medidas de recrudecimiento efectivo del embargo económico y comercial al gobierno comunista.
El turismo, una de las principales fuentes de ingreso del país, se encuentra en el ojo del huracán, cuando se prevé un crecimiento pírrico de 0,2% del PIB en el primer semestre de 2020. La medida de cierre de fronteras, es un lujo que la Habana no está dispuesta a asumir de manera inmediata. Esto supondría entrar directo en crisis económica, con una tendencia negativa que en el mejor de los casos tendría una recuperación de los índices de 2018 para 2024 (si el panorama en un segundo mandato Trump no cambia).
Ante este escenario al régimen solo le toca desplegar sus artimañas propagandísticas para minimizar la enfermedad y potenciar la entrada de turistas que serán la última bocanada de dinero si se decide finalmente, por presión internacional y reclamo de la emigración, cerrar a cal y canto la isla. Dolares y euros de tarjetas de crédito y seguros turísticos pagarán los gastos en salud de todos los que estornuden. Una alternativa indecente para quienes ven en temporada alta sus hoteles vacíos y deciden pescar a rió revuelto.
¿Qué argumenta la “potencia médica”?
El régimen de la Habana se ha dedicado a difundir que mientras persistan las altas temperaturas no es necesario tomar medidas sanitarias radicales. Un extraño mito que plantea un COVID-19 menguado en su capacidad contagiosa por los vapores tropicales del Caribe.
Mapa de la temperatura de la región del 19 de marzo de 2020.
Los efectos del mito no frenan al coronavirus en Florida, que para el día 18 contabilizaba 328 contagiados, 164 en México, una veintena en República Dominicana, mientras que Haití, por haber estado sumido en una profunda inestabilidad que frenó el turismo se encontraba limpia de coronavirus hasta hace unas horas, cuando se detectaron los primeros extranjeros portadores de la enfermedad.
Contagio lento y poco preocupante
Cuba desde el día 11 de marzo reportó los primeros casos de extranjeros enfermos de Covid-19, quienes habían transitado por la isla con la enfermedad en estado asintomático hasta que surgieron los primeros indicios. Otros extranjeros y un número muy bajo de nacionales han sido confirmados con la enfermedad. Al día 19 de marzo solo se han reportado 16 casos. Siguiendo el patrón de crecimiento de los contagios el número de casos se duplican y triplican en intervalos de 48 horas. Por lo que el número de infectados en la isla debería rondar los 50 para este momento. Pero el comportamiento promedio de los contagios no funciona en la isla. Un número tan elevado de contagiados iría contra el marketing que por orden del ejecutivo intenta mostrar el Ministerio de Turismo.
Comportamiento de contagio del Covid 19 ante el H1N1
Las medidas sanitarias de aislamiento son complejas en un país desabastecido, donde la mayoría de la población depende de una red muy limitada de productos de primera necesidad. La aglomeraciones, culturales o endémicas, serían muy difíciles de contener. El cubano, en todas partes de la isla, debe hacer grandes colas para conseguir alimentos y transportarse. No existen bodegas o tiendas de barrio en donde puedan apertrecharse de todo lo necesario para una cuarentena en el hogar. El internet como medio de información de las entidades sanitarias hacia la población es totalmente nuevo. Por lo que los cubanos están en desventaja a la hora de decretar una emergencia de salud como la que supone el coronavirus.
Ocultar información es el camino
Con el ingreso de turistas infectados, la desinformación sistemática de la población, la inoperancia del sistema de salud y el mantenimiento del status quo, la enfermedad debe estarse propagando de manera silenciosa en una población que se siente segura y resguardada por un gobierno “paternalista”. Cuando la curva de contagio se dispare el gobierno no informará la verdadera magnitud de la catástrofe. Es una tendencia en los países de estructuras soviéticas, totalitarios y sin libertad de prensa que los datos se maquillen para evitar el pánico o el dedo acusador de las masas.
El Covid 19 en sus proyecciones más críticas genera neumonía, arritmias o insuficiencia renal, todas estas variantes han llevado a la muerte a casi 10 mil personas en todo el mundo. La Habana podría usar estas manifestaciones fatales de la enfermedad para camuflar los muertos nacionales por coronavirus. A fin de cuentas será facil pasar a cualquier víctima entre las causas comunes de muerte en la isla (enfermedades cardiovasculares, infecciones y enfermedades respiratorias).
Cuba tiene la cura
Como parte de la propaganda para la captación de turismo de salud en tiempos de coronavirus, las redes del régimen han diseminado la idea de que Cuba es la productora del tratamiento efectivo al Covid 19. Con el Interferón Alfa 2B, se trata de apaciguar cualquier crítica al inmovilismo oportunista del régimen para no tomar medidas como los países de la región.
El medicamento se usa como parte del tratamiento de los afectados en China, pero no es ni por asomo una cura. Después de una semanas de boom propagandísticos los medios que lo alabaron como el bálsamo prodigioso hoy se apresuran a enmendar su error. El Interferón es un fármaco paliativo para mejorar las condiciones de los enfermos, pero hasta hoy nadie avala que haya salvado una sola vida.
Falacia Ad Consequentiam
En Cuba no tenemos que preocuparnos de los contagios porque el sistema de salud está "preparado" a todos los niveles.
Una idea que reprodujeron, casi con las mismas palabras, varias de las personas con las que hablé en la isla antes de escribir este artículo. Es una idea generalizada, un razonamiento erróneo diseminado con la intención de aplacar el pánico que subyace en las masas que experimentan por primera vez una crisis sanitaria global desde sus celulares y sus planes privados de datos.
Asociar la preparación del sistema de salud como un inhibidor de la capacidad contagiosa del virus es, de hecho, el criterio más lamentablemente risible de la farsa antiviral del régimen. Al parecer los sistemas de salud de Noruega y Canadá no funcionan al no poder frenar con su presencia los contagios por coronavirus. Esto pasará como parte del imaginario colectivo, con ese espíritu de lo real y maravilloso que caracteriza al cubano de la isla.
Incluso en el paraíso se muere la gente
Todo se derrumba cuando el país dueño de la cura, la potencia médica más grande del hemisferio occidental fue incapaz de salvar a su “único” paciente crítico, un italiano de 61 años, que ni siquiera estaba en el rango de edad de mayor riesgo.
Estimación total de la catástrofe
Las personas mayores de 60 años son la población con mayores riesgos de complicaciones ante la enfermedad. Como la Habana no ha decretado la emergencia, las probabilidades que la enfermedad se dispare en los próximos días y afecte a las personas de la tercera edad son muy altas.
En Cuba el 20% de la población es mayor de 60 años. Es el país más envejecido de la región, con niveles muy parecidos a los de Italia y España. Más de 2 millones de cubanos, mirando solamente por la edad y sin entrar en otros factores de riesgo como la diabetes, enfermedades respiratorias previas y cardiovasculares, son una población vulnerable al coronavirus.
El no tomar aun medidas puede generar un pico de contagio en los próximos 15 días. Los países que tomaron medidas a tiempo y desplegaron un sistema de prevención y diagnóstico oportuno como Corea del Sur, muestran los niveles más bajos de mortalidad. Aquellos que demoraron más en decretar medidas de contención han llegado incluso a superar las muertes ocurridas en China, como es el caso italiano.
Al continuar, el gobierno del Partido Comunista, con esta actitud irresponsable aumenta las probabilidades de una curva de mortalidad muy similar a la de Italia. Pero determinar el número real de los decesos por coronavirus será una tarea complicada y tardía que deberemos deducir de datos paralelos.
Solo la presión internacional y la orientación directa de familiares emigrados a sus parientes en la isla podrá frenar la crisis sanitaria que se avecina; de la que no tendremos noticias reales por el accionar secretista de un régimen que busca sacar jugosa tajada a expensas de la salud de su gente.
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