Fallece Armando Sosa Fortuny, el preso político de mayor edad en Cuba RTV Martí 29 de octubre de 2019
Armando Sosa Fortuny. (Archivo)
El preso político de mayor edad en Cuba, Armando Sosa Fortuny, falleció en la madrugada del lunes en Camagüey, según informaron las autoridades a un familiar en La Habana.
Víctor Fortuny, primo del fallecido, fue contactado por un oficial del Ministerio del Interior para que se presente en Camagüey, donde el cadáver será cremado, dijo a Radio Martí Graciela Súarez, madre del preso político Humberto del Real.
Aquejado de serios problemas de salud, Sosa Fortuny, de 76 años de edad, permanecía hospitalizado en el hospital Amalia Simoni de la capital camagüeyana, donde su situación se habría agravado en los últimos días, según dijo el familiar a Suárez.
El opositor Jiordan Marrero Huerta confirmó la información en una llamada telefónica con el periodista Tomás Cardoso, de Radio Martí. La muerte de Sosa Fortuny, señaló "ha estremecido a todas las organizaciones prodemocráticas dentro de Cuba".
Marrero Huerta dijo que en la noche de este lunes estuvo en comunicación con Carmen Velázquez, madre del preso político Misael Canet Velázquez, quien le dijo que en el recuento de prisioneros en la cárcel La Empresita, un oficial pidió un minuto de silencio a los prisioneros por el fallecimiento de Sosa Fortuny.
El opositor contactó al primo del fallecido, quien corroboró la información.
Con anterioridad, del 31 de agosto hasta el 5 de octubre, el preso político estuvo internado en el hospital de la prisión de Kilo Ocho debido a un estado de desnutrición. A pesar de padecer varias enfermedades y haber sufrido una isquemia cerebral que le dejó inmovilidad parcial en el hemisferio izquierdo, fue retornado al centro correccional La Empresita, en Camagüey.
Sosa Fortuny cumplió 26 años de una condena de 30, en 25 de abril de 1996, por acusaciones de "infiltración, entrada ilegal a Cuba y otros actos contra la Seguridad del Estado". El militante anticastrista se infiltró en Cuba como parte de un grupo armado del exilio en 1994, pero no hizo uso de las armas.
Esta era su segunda sentencia, pues había cumplido parte de otra entre 1960 y 1978. Entre ambas condenas, pasó 44 años en cárceles castristas.
Durante sus largos años en prisión, se le negaron las visitas reglamentarias, los medicamentos enviados desde el exterior y el acceso a llamadas telefónicas en reiteradas ocasiones.
(Con reporte de Tomás Cardoso para Radio Martí) |