Naciones Unidas denuncia la represión artística en Cuba
EN UN DURO INFORME DE 4 RELATORES ESPECIALES DE NACIONES UNIDAS… Cuban Prisoners Defender 18 de octubre de 2019
El comunicado no deja un solo aspecto sin cubrir de la represión y violaciones a la libertad artística en Cuba y determina 22 puntos amplísimos de potenciales violaciones y a vigilar por Cuba con respecto a la libertad cultural, artística, de asociación, de libertad de expresión y de derechos humanos.
Analiza en detalle el Decreto 349 sobre “Contravenciones de las regulaciones en materia de política cultural y sobre la prestación de servicios artísticos”, un decreto que ha causado cientos de detenciones, Convictos de Conciencia y representado la sistematización de la represión de la cultura, y encuentra violaciones múltiples, transversales, que resultan escandalosas a su mera lectura.
El documento está realizado por la Relatora Especial sobre los derechos culturales, el Relator Especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, el Relator Especial sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación y el Relator Especial sobre la situación de los defensores de derechos humanos.
Aunque se publicó por Naciones Unidas en la tercera quincena de julio de este año, había pasado desapercibido para medios y organizaciones porque los denunciantes ocultaron su identidad en la denuncia y resulta evidente pensar que podría deberse a que podrían temer la fuerte represalia del régimen si le daban publicidad. La identidad de los denunciantes, sin embargo, está protegida por los más altos niveles de confidencialidad del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
1. El Comunicado de Naciones Unidas
En su comunicado, el Alto Comisionado en boca de 4 Relatores Especiales, indica que “Las normas contenidas en el Decreto 349 […], por lo tanto, entran en conflicto directo con las obligaciones de Cuba en virtud del derecho internacional de los derechos humanos con respecto a la libertad de expresión, la libertad artística y el derecho a participar en la vida cultural”.
También preocupa a la ONU que “el Decreto otorgue a los inspectores autoridad absoluta para imponer sanciones basadas en sus opiniones personales. Además, dado que el órgano sancionador y el órgano que tramita las apelaciones contra esas sanciones es el mismo, también nos preocupa que no haya un proceso de apelación significativo e imparcial y, por lo tanto, no constituye un recurso (judicial) efectivo por parte de las autoridades judiciales, administrativas o legislativas competentes”.
ENLACE AL COMUNICADO DE NACIONES UNIDAS
2. Presuntas violaciones del Decreto 349 a la legislación internacional
Los mencionados 4 Relatores Especiales recuerdan a Cuba sus obligaciones con respecto a los siguientes tratados y acuerdos, que podrían ser objeto de violación por este Decreto (extractos textuales) y/o que deben ser recordados para su vigilancia en este caso concreto:
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3. El Decreto 349 y la represión asociada al mismo
El Decreto No. 349/2018, promulgado por el Consejo de Ministros de Cuba y firmado por Miguel Díaz-Canel Bermúdez como Presidente del Consejo de Estado y de Ministros el 20 de abril de 2018, publicado en la Gaceta Oficial de Cuba en julio del mismo año, ha supuesto hasta la fecha cientos de detenciones en Cuba para artistas y personalidades de la cultura.
El Decreto exige, por ejemplo, la aprobación de las autoridades para que los artistas puedan presentar su trabajo al público y crea la figura del “inspector”, que podrá cerrar una exposición o terminar un concierto o expresión cultural si determina que ésta no es acorde con la política cultural de la Revolución.
Fue denunciado por Amnistía Internacional el 24 de agosto de 2018 en un extenso y duro comunicado. También Human Rights Watch, en su informe Cuba: Eventos 2018, describía, más someramente, y condenaba este decreto.
Maykel Castillo Pérez es uno de los artistas nombrados por Prisoners Defenders como Convicto de Conciencia, quien entró en prisión el 24 de septiembre de 2018, con un año y medio de condena, por oponerse al Decreto 349 al auspiciar un concierto en el espacio cultural oficialista La Madriguera en La Habana. Igualmente, Lázaro Leonardo Rodríguez Betancourt fue Convicto de Conciencia desde el 13 de noviembre de 2018 hasta el 23 de agosto de 2019, fecha en la que lo liberaron sin cargos sin haberlo sometido siquiera a juicio, por manifestarse pacíficamente en contra de dicho decreto.
Son muchos los artistas cubanos que han sufrido detenciones arbitrarias, golpizas y represión con motivo de este decreto y su oposición al mismo, como es el caso del conocido artista visual Luis Manuel Otero Alcántara, la artista Tania Bruguera, conocida por sus obras políticas y sociales y reconocida internacionalmente, o el poeta Amaury Pacheco. Pero éstos son sólo una mínima representación de la infinidad de artistas, simpatizantes y familiares que han sufrido la represión devenida de este Decreto.
Aunque este Decreto representó un paso más para poner blanco sobre negro la situación artística en Cuba, la represión artística en Cuba es una realidad desde hace 60 años. Artistas como Celia Cruz, Paquito D’Rivera, Arturo Sandoval o Bebo Valdés, entre otros cientos de figuras internacionalmente reconocidas, así como miles de músicos que consiguieron escapar de las Misiones Civiles de trabajo en el extranjero donde los salarios son requisados por el gobierno de Cuba en muchos casos en cuantías superiores al 90% y las condiciones son de esclavitud y trata de personas, son exponentes de una dictadura que reprime la expresión artística, la usa en su beneficio y sólo la aprueba cuando es un vehículo que sirve a sus intereses.
Ningún artista de los denominados “contestatarios” tiene abiertas las salas de concierto oficiales, todas ellas propiedad del Estado. Antes del Decreto 349, ante la prohibición de las salas para su arte, artistas como Raudel Collazo, quien fuera reconocido mundialmente por su desgarradora alegoría a la “Decadencia”, sufrieron el ostracismo y tuvieron que promover conciertos en casas privadas o los más insospechados lugares, con sus propios medios, difusión propia y alto riesgo tanto represivo como económico. Esta práctica empezó a extenderse, y las prohibiciones a este tipo de expresiones artísticas independientes fue en aumento. El Decreto 349 no fue más que la respuesta “institucional” del régimen a estas crecientes iniciativas populares para escapar de la represión artística.
La debilidad del régimen es tal que no puede permitir un solo espacio de libertad al cubano que no sirva para inactivarlo intelectual y políticamente.
Tras todo lo argumentado por Naciones Unidas, el Gobierno de Cuba no se atreve a nada menos, sin argumentarlo, que decir que “el Decreto 349 no limita la libertad de expresión artística y la creatividad, o el derecho a la libertad de expresión, consagrados en los artículos 54 y 32 de la Constitución de la República, respectivamente. La obra de la Revolución ha permitido niveles de educación e instrucción suficientes para que todas las personas puedan ejercer estos derechos, que no son en lo absoluto limitados por el Decreto 349”.
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