DE LA BURLA A LA REALIDAD ANTE UNA “CRISIS COYUNTURAL”. Por Alejandro Tur Valladares.
Cienfuegos. Cuba.- Por estos días las redes sociales se han llenado de memes aludiendo a las recientes declaraciones de los dirigentes cubanos, referentes a la crisis energética por la que atraviesa la isla.
Una de las propuestas que más me ha gustado es aquella que llama al actual estado de cosas “Período Coyuntural”, en franca burla a ese juego de palabras que suele utilizar el régimen para referirse a diferentes hechos de la realidad social que nos afecta. Por ejemplo, a la crisis que atravesó la nación durante los años 90 tras el desplome de los regímenes comunistas de Europa del Este se le llamó “Periodo Especial”, eufemismo retorcido con el que se buscó desvirtuar la hambruna brutal que nos afectaba.
Esta vez los internautas del patio, ni cortos ni perezosos, les ha dado por imitar a los marxistas caribeños y parodiar el referido nombre, cambiando la palabra especial por coyuntural, en franca burla a la reciente intervención televisiva de Díaz Canel y una clara alusión de que no se tragan la píldora tranquilizadora.
(Foto ARRIBA: La inmensa mayoría de las personas con las que he conversado no quedaron convencidos con las afirmaciones de Díaz-Canel, quien trató con exagerada persistencia de demostrarnos que no hay por qué preocuparse ya que en breve todo va a estar OK.
Siendo coherentes debemos recordar que la crisis que nos ocupa y preocupa a todos es anterior al anuncio de Díaz-Canel. Meses antes se venía dando el desabastecimiento de un número importante de productos en los mercados estatales, fundamentalmente en las tiendas dolarizadas, donde se había recurrido al viejo truco de llenar anaqueles vacíos con la repetición hasta el infinito de un mismo producto en existencia, todo en aras de cubrir los espacios y maquillar lo mal que se estaba.
Otra táctica consistía en cerrar establecimientos con la excusa que iban a ser remodelados, trasladando los pocos productos que aún les quedaban hacia aquellos mercados análogos que aún permanecían activos.
Muchos proyectos se habían paralizado ante la ausencia de divisas frescas. Tal es el caso del Polo Petroquímico que se pretendía erigir en los alrededores de la refinería ubicada en la periferia de la ciudad de Cienfuegos.
Hoy la crisis estrena una nueva temporada matizada por la falta de petróleo. Si bien es verdad que la administración de Donald Trump ha implementado un conjunto de medidas que al parecer están dando en la diana y comienzan a mostrar sus efectos, como es la prohibición a navieras para que no transporten crudo desde Venezuela a Cuba, también es cierto que el gobierno cubano fue poco previsor y los excedentes de petróleos que lograba con las compras al país suramericano, prefirió venderlos en el mercado internacional antes que hacerse de una reserva vigorosa que le ayudase a campear tiempos tormentosos.
Análisis aparte lo que sí es un hecho es que mientras escribo estas notas un número importante de industrias se ha visto forzada a paralizar sus labores parcial o totalmente. La cementera Karl Marx, una de las mayores consumidoras de portadores energéticos del país paró por “mantenimiento”.
Tal vez el sector más afectado se encuentre en el Transporte público. Se ha ordenado parquear un número sustancial de vehículos de grandes industrias tras haber agotado las cuotas de combustible asignadas. En las terminales de ómnibus se han interrumpido un número significativo de rutas, fundamentalmente las interprovinciales, dejando en manos de los transportistas privados la encomienda de trasladar a los necesitados viajeros.
En los servicentros hemos percibido irregularidad en la venta de la gasolina. En algunos de estos establecimientos se ha agotado el combustible y su reposición ha tardado horas. Los expendedores de los carburantes tienen terminantemente prohibido vender a los clientes que no acudan en sus vehículos y traten de llenar porrones.
Por su parte el nerviosismo se ha entronado dentro de la población ante la creencia de que pudieran agotarse determinados productos como los de aseo y se han lanzado compulsivamente a comprar, por ejemplo, jabón. Lo mismo sucede con alimentos como el aceite y todo producto considerado de alta demanda y, por ende, candidatos a desaparecer de la red comercial.
En conclusión, basado en la información que hemos ido recabando, me atrevo a augurar que apenas estamos en el dintel de lo que será una crisis prolongada y que llámese como se quiera, “Especial o Coyuntural”, afectará irremediablemente nuestras vidas.
|