'Hay que aguantar, son unos días': Díaz-Canel minimiza la crisis del combustible en Cuba
Diario de Cuba
12 de septiembre de 2019

Mesa Redonda - 11 septiembre de 2019

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Asegura que la situación actual 'es coyuntural' y 'culpa del Imperio'.

Miguel Díaz-Canel compareció este miércoles en la televisión estatal de la Isla para minimizar la crisis de combustibles que alarma a los cubanos, culpar de la situación actual a Estados Unidos y descartar una vuelta al "Período Especial".

El gobernante reconoció problemas con el abastecimiento de combustibles que han provocado la congestión de las paradas de ómnibus, pero insistió en que se trata de una situación "coyuntural" y llamó a los cubanos, cansados de atravesar momentos de este tipo, a verla como "un entrenamiento".

En el programa Mesa Redonda, de la televisión estatal, el funcionario se quejó de las medidas estadounidenses, dirigidas a frenar el suministro de petróleo venezolano a Cuba en medio de la aguda crisis del país sudamericano.

"Para evitar el arribo de los tanqueros amenazan brutalmente a las navieras, a los gobiernos donde están registrados los barcos que tienen negocios con Cuba y a las empresas de seguro", enumeró.

"Esta situación en estos días ha provocado una baja disponibilidad de diésel para la realización de las actividades de la economía y los servicios", añadió, pero enfatizó que el problema es "con algunos combustibles" y que "no hay problemas de abastecimiento de otro tipo".

"Al país están llegando barcos con alimentos", afirmó, aunque los cubanos siguen quejándose de escasez y poca diversidad de oferta.

En contraste con los discursos siempre a la defensiva de los funcionarios de la Isla, el gobernante intentó mostrar una actitud optimista, aunque muchos cubanos podrían verla como una burla a sus problemas.

"Contamos con una estrategia para vencer", dijo. "La belleza está en lo retador de las situaciones (…) lo que sucede conviene".

Hasta el 14 de septiembre "no va a entrar combustible" al país, advirtió Díaz-Canel. "Pero hay que aguantar, son unos días", agregó.

Apuntó que los posteriores embarques llegarán a finales de septiembre, y en octubre "volvemos a una situación relativamente normal".

El gobernante anunció un plan de medidas que, dijo, fueron discutidas en el Buró Político del Partido Comunista, con Raúl Castro a la cabeza.

Llamó a "compartir el fomento del ahorro como una práctica de vida y el altruismo como una actitud ante la falta de combustible". Asimismo, a "enfrentar con rigor y firmeza manifestaciones de delito asociadas al desvío de recursos, y a la posible actitud oportunista con que se puedan comportar determinadas personas en medio de esta situación (…) subiendo precios, acaparando productos o especulando".

Cuba produce actualmente una cantidad de petróleo que cubre el 40% de sus necesidades de combustible y el 48% de las necesidades de la generación eléctrica, precisó.

Aseguró que el Gobierno intentará evitar los apagones, pero pidió más "austeridad" a un país que durante décadas no ha conocido otra cosa.

Dijo que su gabinete "ajustará los niveles de actividad económica", buscará una planificación más estricta y eficiente del transporte de carga y de pasajeros, intentará desplazar los picos de demanda energética, y "desempolvará" medidas de la crisis de los 90, como un mayor uso de la tracción animal. Además, fomentará el trabajo a distancia y modificará los horarios laborales.

Ante la preocupación de los cubanos, Díaz-Canel descartó que el país esté en un nuevo "Período Especial".

"Hoy contamos con fortalezas que entonces no existían y eso dibuja un escenario cualitativamente distinto", dijo.

Sin embargo, algunas de las "fortalezas" que mencionó son precisamente elementos de los que desconfían los cubanos: la "estrategia de desarrollo económico y social" del PCC, la "conceptualización del modelo económico y social", las "bases para la elaboración del plan económico y social al 2030 y para seguir avanzando", y la nueva Constitución.

Díaz-Canel defendió que la situación actual "no responde a la incapacidad y falta de gestión" de su Gobierno, sino a "un plan genocida" de Estados Unidos "que tiene como objetivo afectar la calidad de vida de la población cubana, su progreso y hasta sus esperanzas, con el objetivo de herir a la familia cubana" y "modelar un estallido social".

"Si algún sufrimiento tiene el pueblo cubano es por cuenta del bloqueo", se exculpó.