Venezuela, Guaidó y The real politics. Por Alejandro Tur Valladares.
Juan Guaidó.
Cienfuegos. Cuba.- La frase, the real politics acuñada por los ingleses, sirve para reseñar esas manifestaciones que tienen lugar en todo proceso político, y que, por ejecutarse en segundo plano, resultan invisibles a la vista profana del neófito, que no las toma en cuenta a la hora del análisis, precipitando en él, el vertimiento de criterios equivocados.
En las redes sociales se viene apreciando desde hace días críticas al modo en que Juan Guaidó, Presidente Encargado de Venezuela, está implementando el plan para apartar a Nicolás Maduro, “el usurpador,” del poder.
Las diatribas alcanzaron su pico luego que Guaidó revelara su decisión de que representantes de la oposición asignados por él, iniciaran contactos con funcionarios del madurismo para delinear (no negociar) los modos y los tiempos en que deberá dar comienzo el proceso de transición, una vez Maduro haya renunciado a sus funciones, condición sine qua non para cualquier entendimiento.
Basta con entrar a las redes sociales para apreciar lo que aparentan ser lamentos, señalándonos la “probada” flojera o traición de Guaidó. Curiosamente, la mayoría de quienes así se expresan presentan perfiles en sus muros, de tipos duros, intransigentes, defensores a ultranza de una invasión militar que ponga fin al reinado del terror.
Dejando de lado el que vendrá a ser un futuro análisis, de cómo la contrainteligencia cubana y su proxy venezolana se inventan agentes, tanto en el mundo objetivo como virtual, que asumen falsas identidades para dividirnos, desalentarnos o simplemente desinformarnos, debemos admitir que un número indeterminado de quienes así opinan, lo hacen sinceramente.
Llegado a este punto debemos preguntarnos. ¿Es un traidor Juan Guaidó, es un blandengue, un comunista, un tonto útil? O acaso son estas afirmaciones el fruto de estados emotivos sazonados por el desconocimiento y por qué no, de la instigación calculada del enemigo camuflado. Después de todo como sancionara Gustavo Le Bon en su obra La psicología de las multitudes, las masas son emotivas, no racionales.
Basta con mirar al tablero político de Venezuela para percatarnos cuanto se ha avanzado, cuan débil se encuentra la dictadura y como con el transcurso de los días la maniobrabilidad de Maduro se atrofia sustancialmente. El mantra opositor que expresa “todas las opciones están sobre la mesa”, nos dice que los caminos a recorrer por las huestes libertarias están lejos de agotarse, solo que responsablemente aplican de forma gradual aquellos que causan menos sufrimiento a los venezolanos.
Como ha dicho el propio Guaidó, “no renunciamos a ninguna opción, incluso a la intervención militar”, pero antes deberán agotarse otras variantes que se han aplicado y están por dar sus frutos. Aunque no se hable de ello cada minuto, aunque no se den detalles de lo que se hace por no comprometer los resultados, aunque por momentos lo que es febril ajetreo en lo invisible parezca quietud, estancamiento, los demócratas venezolanos deben tener fe en que la victoria les pertenece.
Después de todo como expresara Antoine de Saint–Exupéry en su extraordinario libro El Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”.
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